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Visión de la seguridad pública y propuestas | Segunda parte

Héctor Manuel Pérez Cuéllar

El Estado Mexicano; en sus tres niveles de gobierno – en particular todas las autoridades involucradas de manera directa e indirecta – deben coadyuvar, de la mejor manera posible para atacar el problema de la Inseguridad, con el fin de poder crear condiciones adecuadas para que la población pueda gozar de manera apropiada sus Derechos Humanos reconocidos no solamente en el Ordenamiento Jurídico Mexicano, sino también, en Ordenamientos Internacionales, es decir, tratados y convenios en materia de Seguridad y Derechos Humanos signados por nuestra nación.

No podemos interpretar; el poder coactivo del Estado Mexicano, ni mucho menos la Seguridad Pública, como una posibilidad de afectación a la población en cuanto a la violación de dichos Derechos Humanos, sino todo lo contrario, debemos interpretarla siempre siguiendo el estricto Marco del Derecho, para poder prevenir situaciones de violencia y violación a los Derechos Fundamentales.

En este orden de ideas; los conceptos de Seguridad Pública y Derechos Humanos no son opuestos, sino condicionados el uno del otro, en un pleno equilibrio, tomando a la Seguridad Pública al servicio de los Derechos Humanos, tal como lo reza nuestra Carta Magna en su artículo 21.

CITO:

“…la actuación de las instituciones de seguridad pública se regirán por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución…”

Luego entonces; la Inseguridad que afecta a los ciudadanos de cualquier zona urbana, es una mezcla de realidad y percepción.  Uno de los mejores ejemplos hoy en día es México; donde los despliegues de prensa y la visibilidad  de actos criminales a nivel nacional e internacional, lo ponen en el ojo del huracán en cuanto a la Opinión Nacional y Mundial.

La realidad; es que hay países y zonas urbanas con índices de violencia y criminalidad mucho más altos, que los de México, pero no son noticia que venda periódicos ni apoye peroratas políticas basadas en ignorancia, en la mayoría de los casos y de conveniencia en otros; especialmente en el extranjero. Y aunque la percepción; sea que los elementos criminales controlan el país, esa no es la realidad por más que el nivel de criminalidad y violencia sean altos. Por supuesto; México tiene problemas, y está librando una lucha por resolverlos. La más visible; es el poder derrotar a los grupos criminales más violentos, prácticamente la mayoría de estos participan en algún aspecto de la producción y distribución de drogas. Este tema; no hay que dejar de mencionar, la lucha  entre  estos grupos por el control de rutas y mercados, que a pesar de su violencia no están enfocados en la población ni en tomar control sobre las instituciones de gobierno; son luchas que están sucediendo con toda visibilidad, al margen de la sociedad en general.

Paralelamente; existen varias formas de crimen común, como el que roba carreteras, bancos, Cuentahabientes, los secuestradores, los asaltantes de caminos, etcétera. Existen desde antaño; y seguirán existiendo y corresponde a los cuerpos policiales Estatales y Municipales atender, cuando la furia del mercado de drogas se mude a lugares donde sea mejor “negocio” que en México, y esto será a través de la acción firme del Estado Mexicano lo que hará alcanzar la Paz deseada por todos los mexicanos.

En suma; el reto a la Seguridad Pública, radica en poner solución a los problemas de criminalidad; pero sobre todo, de cambiar esa percepción que existe en la mente de la mayoría y que dice que “no hay seguridad en todo México”. Independientemente;  de definir las fronteras entre la realidad y la percepción, el hecho es que la situación crea un alto nivel de incertidumbre en la ciudadanía, dando como resultado una condición de Inseguridad. Para lograr apagarla; es necesario tener certidumbre, la cual se traduce en una condición de confianza. Esencialmente; se deben implementar sistemas que por medio de acciones derroten a los criminales, creándoles incertidumbre en su capacidad de seguir logrando sus objetivos con probabilidad de éxito y/ o impunidad.

La Seguridad; es un derecho innato de todo ciudadano honesto que vive, trabaja y paga impuestos en un gobierno democrático.

Éste a su vez; tiene la responsabilidad y obligación claramente establecidas en la Constitución (sin jerarquía, pero en cooperación con los tres niveles de Gobierno). El éxito depende en la función correcta de los factores: Ley, Instituciones y Sistemas; y la voluntad, de cumplir con ello la Sociedad en su conjunto (Cultura de la Legalidad). Con respecto a la Seguridad, la Constitución  fundamenta y establece objetivos y responsabilidades igualmente entre los tres Niveles de Gobierno: Federal, Estatal y Municipal. Al contrario de lo que se cree o práctica, ésta no le da supremacía a ninguno de los tres.

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