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Superar el estigma de las enfermedades mentales

Especial

15 noviembre, 2019 12:58 pm




En México, se estima que aproximadamente 17% de las personas en México presenta al menos un trastorno mental y una de cada cuatro lo padecerá como mínimo una vez en su vida. Actualmente, de las personas afectadas, sólo una de cada cinco recibe tratamiento.

Frente a este panorama nacional, además de revelarse una urgente necesidad de invertir en la prevención y tratamiento de estos padecimientos, es importante luchar contra la estigmatización de las personas que viven con una enfermedad mental.

Un estigma sucede cuando alguien te ve de manera negativa por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considera, o realmente es, una desventaja (un estereotipo negativo).  Este tipo de actitudes puede dar lugar a discriminación, la cual puede ser evidente y directa, por ejemplo, si alguien hace un comentario negativo sobre la enfermedad mental o sobre el tratamiento. Puede también ser no intencional o sutil, como cuando alguien te evita porque asume que podrías ser inestable, violento o peligroso a causa de tu enfermedad mental.  Incluso, es posible que tú mismo te juzgues.

De acuerdo a los especialistas de Mayo Clinc, algunos de los efectos nocivos del estigma comprenden:

Resistencia a buscar ayuda o tratamiento

Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas

Menos oportunidades laborales o de participación en actividades escolares y sociales, o problemas para encontrar una vivienda

Hostigamiento, violencia física o acoso

Seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental

La creencia de que nunca superarás ciertos desafíos o de que tu situación no mejorará

Es importante comprender que las enfermedades mentales no respetan condición social, ubicación ni edad aunque destaca el hecho de que ocho de cada 10 enfermedades mentales atacan en la edad más productiva del individuo, es decir, de los 18 a 30 años.

Medidas para sobrellevar un estigma

A continuación, te ofrecemos algunas formas de lidiar con un estigma:

Busca tratamiento. Tal vez te muestres reacio a reconocer que necesitas tratamiento, pero no permitas que el miedo a que te etiqueten como “enfermo mental” te impida buscar ayuda. El tratamiento puede aliviarte porque identifica el problema y reduce los síntomas que interfieren en tu vida laboral y personal.

No permitas que el estigma te avergüence y te haga dudar de ti mismo. Tal vez creas erróneamente que tu afección es un signo de debilidad personal o que deberías poder controlarla sin ayuda. Buscar asesoría, informarte acerca de la afección y conectarte con otras personas que tienen una enfermedad mental puede ayudarte a mejorar tu autoestima y a sobrellevar la autocrítica destructiva.

No te aísles. Si tienes una enfermedad mental, posiblemente dudes en contárselo a los demás. Tus familiares y amigos o los miembros de tu comunidad pueden ofrecerte apoyo si saben de tu enfermedad mental. Acude a personas de confianza en busca del apoyo y la comprensión que necesitas.

No te equipares con tu enfermedad. No eres una enfermedad por lo tanto, en lugar de decir «soy bipolar», mejor di: «tengo trastorno bipolar». En lugar de autodenominarte «esquizofrénico», di: «tengo esquizofrenia».

Únete a un grupo de apoyo. Algunos grupos locales y nacionales ofrecen programas locales y recursos por Internet que pueden ayudar a reducir el estigma al instruir a las personas que tienen enfermedades mentales, sus familiares y el público en general.

Busca ayuda en la escuela. Si tú o tu hijo tienen una enfermedad mental que afecta el aprendizaje, averigua qué planes y programas pueden ser de ayuda. Es ilegal discriminar contra un estudiante debido a una enfermedad mental y los educadores de los niveles primario, secundario y universitario tienen la obligación de hacer todos los arreglos que estén a su alcance para los estudiantes que los necesiten.

Habla en contra del estigma. Considera la posibilidad de expresar tus opiniones en eventos o en Internet. Eso puede ayudar a infundir valor en otras personas con desafíos similares y a educar al público sobre las enfermedades mentales.

Es importante recordar que quienes viven con una enfermedad mental no están solos y que son muchas las personas que libran o libraron su propia batalla. Tal fue el caso por ejemplo de Ludwig van Beethoven (depresión y trastorno bipolar) o Martin Luther King (depresión) y más recientemente Leonardo DiCaprio (trastorno obsesivo-compulsivo), Catherine Zeta-Jones (trastorno bipolar), por solo nombrar algunos ejemplos.

Las valoraciones de los demás casi siempre provienen de la incomprensión del tema, más que de información basada en hechos. Aprender a aceptar tu afección, reconocer lo que debes hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a los demás puede marcar una gran diferencia.





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