A la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa
El 25 de noviembre pasado, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra Las Mujeres, la comunidad universitaria encabezada por la IBERO Puebla, institución que cuenta con un serio Observatorio de Derechos Humanos, denominado “Ignacio Ellacuría”, realizó en Casa Aguayo, sede del Gobierno Estatal, el pase de lista de las 57 mujeres, que de acuerdo a su registro, han sido víctimas de probables feminicidios en lo que va de este año.
En ese marco y pocos días previos a la conmemoración del “Día Naranja”, medios locales y nacionales, documentaron un caso que sin duda cimbró a la sociedad poblana, el de Susana Cerón Zenteno, una mujer que fue vista por última vez desde el sábado siete de noviembre y que tras permanecer 13 días desaparecida fue encontrada sin vida en inmediaciones del Periférico Ecológico, en la zona conurbada de Puebla.
El principal sospechoso es Efrén H. un elemento de la Policía Estatal que era pareja sentimental de la mujer de 34 años y que hasta el cierre de esta edición aún se encontraba prófugo de la justicia.
De acuerdo a testimonios externados por los familiares de Susana, quien era madre de tres niñas de 5, 9 y 11 años de edad, antes de matarla, el presunto feminicida la torturó durante nueve días y es ahí donde me pregunto qué estamos haciendo como sociedad para que surjan verdaderos monstruos.
Cada 25 de mes algunos sectores de la sociedad o integrantes de colectivos se visten de naranja como muestra del rechazo a la violencia, de todo tipo, que se ejerce en contra de las mujeres, pero creo que como sociedad no debemos limitarnos a eso, al menos como poblanos, es necesario que desde el seno familiar trabajemos en el fortalecimiento de nuestros valores y que nuestros hijos, principalmente varones, sepan lo que nuestros padres y abuelos nos decían “a una mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa”.
Para prevenir más feminicidios, es necesario que las familias nos involucremos y cada uno, desde nuestras casas, emprendamos acciones, pero en especial fortalezcamos nuestros valores para acabar con este mal social, es decir poner manos a la obra y no dejarle todo a los gobiernos que sin duda han emprendido acciones para eliminar la violencia, pero estas han sido insuficientes porque como ciudadanos no hemos terminado de entender el brutal impacto negativo que traen consigo los feminicidios.
¡Hagamos algo ya!
