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OPINIÓN | Becas FEMEXFUT y ceguera nacional

Por Antonio Abascal

31 marzo, 2021 12:16 am




Gerardo Martino ha dirigido a nueve clubes (el Libertad en dos ocasiones) y a tres selecciones nacionales logrando seis campeonatos de clubes (tres con Libertad en Paraguay), otro con el Cerro Porteño de la liga paraguaya, el Newell´s Old Boys de Argentina y el Atlanta United en la MLS. Fue campeón de la Supercopa española con el Barcelona, equipo con el cual logró los subcampeonatos de Copa y de Liga en la campaña 2013-2014, mientras que con selecciones nacionales sólo ha ganado el campeonato de la Copa Oro en 2019 con la selección mexicana, acumulando subcampeonatos de Copa América con Paraguay en 2011 donde no ganó un juego ya que acumuló cinco empates para llegar a la final que perdió ante Uruguay y luego sumó dos subcampeonatos más con Argentina en las Copas América de 2015 y 2016 mismas que perdió ante Chile en penales. En mundial llevó a Paraguay a su mejor participación histórica al llegar a Cuartos de Final al perder 1-0 con España en un juego donde Oscar Cardozo falló un penal que pudo haber adelantado a los guaraníes.

Su mejor trabajo, sin duda alguna, fue con Paraguay a quien llevó a ese subcampeonato de Copa América en 2011, a los Cuartos de Final de Sudáfrica 2010 donde finalizó como líder de grupo tras empatar a uno con la campeona defensora, Italia, vencer 2-0 a Eslovaquia y empatar a cero ante Nueva Zelanda; en octavos empató a cero con Japón y se impuso en penales por 5-3 antes de perder 1-0 ante los españoles con el gol de David Villa al minuto 83. Previo a ese Mundial donde sacó provechó de la competitividad paraguaya y de sus buenas costumbres defensivas, había brillado en la eliminatoria donde finalizó en tercer lugar con 33 puntos (empatado con la selección chilena de Marcelo Bielsa), sólo por debajo de Brasil que sumó 34 puntos, pero tanto chilenos como paraguayos fueron los líderes en victorias con 10, de hecho venció 2-0 a Brasil en Asunción, 3-0 a Chile en Santiago, 1-0 a Colombia en Bogotá, 1-0 a Argentina en la capital paraguaya y empató con los propios argentinos en Buenos Aires. En casa sólo perdió ante Chile y Colombia (el último ya clasificado) por 2-0.

Foto: Especial

Números y datos destacados que, sin duda alguna, le abrieron las puertas a una beca muy lucrativa por parte de la Federación Mexicana de Futbol. En su larga trayectoria como técnico, que inició en 1998, siempre había tenido que trabajar mucho para llegar a los resultados: Dirigir en la eliminatoria sudamericana es muy complejo y Martino lo solventó con gran éxito en Paraguay, así como también había tenido un gran inicio en la eliminatoria para Rusia 2018 con Argentina aunque ahí la inestabilidad en la Asociación Argentina lo llevó a renunciar cuando sólo se llevaban seis partidos disputados de los cuales había ganado cinco y empatado el otro con 18 goles a favor y dos en contra. En cada uno de sus trabajos tuvo grandes retos como en el Barcelona que venía de los éxitos de Guardiola y tomó a la escuadra tras la baja por la delicada salud de Tito Vilanova (qepd).

Pero en México, Martino encontró su beca: Dirigir al autodenominado “Gigante de CONCACAF” cuando su Federación decidió dejar de jugar Copa América, lo cual deja al “Tri” sólo ante los grandes retos de ganar la “Copita Oro”, la nueva Liga de Naciones de la misma zona y la eliminatoria rumbo a Qatar 2022, que a su vez redujo el número de partidos para sus grandes potencias. Sin roce internacional, nuestro personaje sólo ha tenido que gestionar el torneo regional el cual ganó como lo hicieron muchos de sus predecesores y partidos amistosos, algunos de ellos en Europa (tras la pandemia) donde ha ofrecido una buena imagen, sobre todo, contra Holanda en Ámsterdam y, por ello, en 23 partidos al frente de la escuadra tricolor acumula 19 triunfos, 2 empates y 2 derrotas tras la del fin de semana ante el cuadro alternativo de Gales.

El récord de victorias de Martino con la selección mexicana incluye a Chile, Paraguay, Venezuela y Ecuador de CONMEBOL, a Cuba, Canadá, Martinica, Haití y Estados Unidos en la Copa Oro donde en Cuartos de Final empató a uno ante Costa Rica y se impuso en penales. Luego al regresar los amistosos le pegó nuevamente a Estados Unidos y a Trinidad y Tobago, pero también cayó por goleada de 0-4 frente a Argentina para perder el invicto; vino la “exigente” Liga de Naciones de CONCACAF donde sumó triunfos ante Bermudas y dos veces frente a Panamá. Luego el triunfo de 1-0 ante Holanda y el empate a dos frente en Argelia en octubre de 2020, para cerrar el año con las victorias ante Corea del Sur y Japón. La foja de Martino es como la de un pugilista al que a pesar de sus buenas condiciones sólo le ponen bultos para engrosar los números, pero en el caso del futbol el público sigue cayendo en la trampa y no se acuerda que este proceso de enamoramiento ya lo vivió en los últimos tiempos con Juan Carlos Osorio, con Miguel Herrera y hasta con José Manuel de la Torre cuando ganó la “Copita Oro” con aquél golazo de Giovanni Dos Santos.

Los requisitos para mantener la beca son: Gestionar los amistosos, muchos de ellos moleros como el mañana sostendrá contra Costa Rica en Austria, con buenos resultados, ganar la Copa Oro, ganar los partidos oficiales de la Liga de Naciones y gestionar al plantel para lo cual ha sido muy cómodo en llamar no sólo a los que están en un buen momento, sino a los mediáticos, a los que con su nombre ayuden a inflar el globo tricolor. De la misma forma ha tenido que llamar a los que interesan al sistema como Efraín Álvarez un joven que coqueteaba con México y Estados Unidos tras brillar en el Mundial sub 17 donde México se quedó con el segundo lugar. En el ciclo 2019-2020, Álvarez anotó un gol y dio dos asistencias en 34 partidos con  el Galaxy de Los Ángeles, números muy pobres para conseguir un llamado a cualquier selección nacional, pero había que llamarlo para adelantarse al vecino.

Ni en Paraguay, ni en Argentina, ni en el Barcelona, Martino hubiera convocado a un jugador que está saliendo de una lesión a trabajar con sus compañeros como hizo con Raúl Alonso Jiménez, interrumpiendo además el proceso que ha llevado el Wolverhampton con él. Ni en Paraguay, ni en Argentina ni en el Barcelona hubiera convocado a cuatro porteros para disputar dos partidos, pero en México sí se ha atrevido a hacer eso porque ha sido un buen alumno para cuidar la beca: No exigir, no buscar revolucionar, mantener el status quo de ciertos jugadores y de la Federación, contribuir al proceso cuatrienal, es decir, dar razones para el romance de la afición con su selección y que el producto se venda como pan caliente.

Lo peor del caso es que la parafernalia que rodea a la selección nacional nubla por completo e impide que volteemos a ver a otras disciplinas y a otros deportistas que están logrando grandes resultados. Un medio de circulación nacional titulaba que el “Tri” Olímpico y Sergio Pérez ponían en alto el nombre de México. Pero más allá de reconocer que la selección de Jaime Lozano cumplió su obligación al ganar en casa el boleto para Tokio 2020, habría que destacar la meritoria carrera de Sergio Pérez para lograr un quinto puesto tras haber caído a la última posición por un problema eléctrico y ser reconocido como el piloto del día, pero tras “Checo” hay mucho más para sentirse orgulloso: La selección de gimnasia rítmica que se metió a finales de la Copa del Mundo de Bulgaria sumando un séptimo lugar en el all around, un cuarto puesto en la prueba de cinco pelotas y un quinto lugar en el ejercicio compuesto (tres aros y dos clavas), destacando que ahí se rozó a potencias como Bulgaria, Israel y Rusia, además de recordar que en este tipo de deportes de apreciación escalar posiciones a nivel internacional cuesta mucho trabajo por la vena conservadora del jueceo. Este equipo mexicano buscará en mayo su boleto a Tokio 2020 lo que sería histórico para el deporte mexicano ya que nunca se ha participado en unos Juegos Olímpicos.

Daniela Campuzano y Gerardo Ulloa ganaron sus respectivas pruebas de ciclismo de montaña en Puerto Rico, Luis Álvarez ganó la plaza olímpica en tiro con arco, Ana Paula Vázquez ganó el Panamericano de tiro con arco rompiendo el dominio colombiano, la poblana Tanna Sánchez Carreto por segunda semana consecutiva marcó gol en el futbol universitario de Estados Unidos para la Universidad de Alabama. Todos son nombres propios que demuestran que el deporte mexicano da muchas razones para sentirse orgulloso, por lo que le pido que hagamos un ejercicio: ¿Y si hablamos más de todos estos deportistas, y muchos más, que con su esfuerzo ofrecen muchas historias de superación y nos generan una sonrisa? No está mal seguir a la selección nacional de futbol, lo que está mal es dejarse cegar y no darse cuenta que estamos en la misma etapa en la que se ha estado con otros entrenadores; lo que está mal es que mientras nos centramos en el “Tri” dejemos de contar tantas historias de deportistas mexicanos que están consiguiendo grandes resultados internacionales.





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