Puebla

Columna | La delgada línea en la criminalidad

Héctor Manuel Pérez Cuéllar

29 octubre, 2021 9:10 am




Los diversos escenarios, que la Delincuencia Organizada y la Criminalidad, nos presentan en diversas Regiones de nuestro México, existe La Delgada Línea, que separa, de Crimen Organizado o la Insurgencia.

En la conformación Democrática de nuestro País, tenemos Estados de la República debidamente sustentados en la Constitución de la Nación, con sus Autoridades correctamente conformadas; pero que, a la luz de los avances de la Criminalidad en cualquier vertiente, se ven rebasadas en su misión primordial que es el de brindar la Seguridad de todos los Gobernados.

Es ya una constante, que los escenarios de violencia si se vieran en el contexto del pasado, parecerían Insurgencia de Territorios, en ese contexto las acciones Gubernamentales, se realizan con la misma proporción que en un pasado realizo el Estado Mexicano, para el combate de las Insurgencias de los años 70s, donde si bien en la visión del momento se utilizó el Ejército, para que, de acuerdo a las fechas era justificado, pero también, se tenían muchos abusos de Autoridad contra los Derechos Humanos de los Ciudadanos.

Hoy que el Crimen Organizado, no da tregua a las Autoridades de cualquier Estado de la República, pues en todos está presente, es justo señalar, que nuestros representantes en el Poder Legislativo, deben razonar desde una visión ontológica, si el Crimen Organizado, no se está convirtiendo en una Insurgencia, con tintes económicos, que debe tener un tratamiento diferente, desde los diversos puntos que se debe atacar.

Las amenazas no convencionales a la Seguridad de los mexicanos, no siempre emplean la violencia como herramienta racional de política y, en caso de ser así, es fuera de los formatos tradicionales conocida como asimetría, donde se presenta la incertidumbre estratégica o, la presencia del miedo en forma extrema, que se puede traducir como la percepción negativa de la Autoridad ante la Inseguridad.

La caracterización de una violencia transfronteriza, se pudiera considerar, al contener en los grupos criminales, diversos guerrilleros provenientes de otros Países, que le imprimen a la Criminalidad del País, acciones de carácter guerrillero como lo observamos en cualquier atmosfera que se ve la presencia de la Delincuencia Organizada, la expansión de la misma repercute en la Gobernabilidad, cuyo deterioro más allá de ciertos niveles, puede erosionar la capacidad del Estado Mexicano, para ejercer la Autoridad, sobre todo en los Territorios con presencia de la Criminalidad.

La lógica, de este vínculo es que el proceso como descriptivo y sintomático, de la frágil reacción del Gobierno, es la perdida de espacios geográficos cada vez más amplios y ello los torna más atractivos para los asentamientos criminales y que, en muchas veces, se les puede considerar Terroristas, con la observación del desplazamiento de personas de sus comunidades, lo que se asemeja a Insurgencia.

De acuerdo a la Organización de Estados Americanos, la violencia del Crimen Organizado tiene carácter pandémico, y les cuesta a los ciudadanos más de 16 mil millones de dólares anuales en la Región, de ese tamaño es el problema, nuestra Nación, tiene ciudades que están colocadas dentro las 10 ciudades más violentas del mundo, con la presencia de estos grupos delincuenciales fuertemente.

Diversos Autores que analizan estos comparativos de la Criminalidad y la insurgencia, hablan de las cinco guerras de la globalización, como las idénticas expresiones del Crimen Organizado, Tráfico de drogas, armas, personas, propiedad intelectual y dinero; en el caso de la tercera, nuestro México, está categóricamente siendo invadido por estampidas humanas, que fueron desplazados de sus países de origen, por la violencia y la pobreza

No todos son ciudadanos necesitados, muchos tienen un desplazamiento con intereses de incorporación a la Delincuencia Organizada o ya forman parte de ella, como saber quién sí y quién no, tarea difícil de control gubernamental; nuestro Territorio, tiene una inmensidad de campo fértil para la Insurgencia, los Grupos Criminales, lo saben, toda esa mano de obra es barata y sujeta a el trabajo forzado, para la misma violencia o la producción de drogas.

Los Cárteles Mexicanos, pasaron de ser Narcotraficantes a Grupos que ejercen la Insurgencia, como método de control, los ejemplos son diversos muy publicitados los vemos en Michoacán, donde se observan trincheras de combate, perfectamente elaboradas, no llamarían ustedes a ello Insurgencia, las campos de exterminio que proliferan en el País, no le llamarían Insurgencia, la desaparición de personas, no le llamarían Insurgencia, en fin es delicado y sujeto al análisis de nuestros Diputados, bueno si no están enfrascados en sus estériles discusiones partidistas, y si se tomaran la molestia de pensar en México.

“Cuando el pueblo salta sus barreras, casi ningún esfuerzo es bastante poderoso para detenerlo”. (Guadalupe Victoria)

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