Aunque muchos ciudadanos niegan que, en este país, la iglesia y la política, caminan por diferentes senderos que nunca se unen, en la práctica es diferente y en la mayoría de las comunidades, la religión, aunque no está íntimamente ligada con la política, sí va de la mano.
Ejemplo de ello, es lo que sucede en el municipio de Cuautlancingo, donde el domingo pasado, un grupo de choque, conformado por unos cuarenta pobladores, la mayoría ebrios, irrumpieron la misa dominical y sacaron por la fuerza al párroco, Mario Pérez Pérez, simplemente porque no les gustó la construcción de una capilla de adoración perpetua al Santísimo Sacramento.
Y usted se preguntará, la política qué tiene que ver; bueno pues le platico que el personaje que está atrás de todo esto, es decir la mano que mece la cuna, es un individuo enfermo de poder, que siempre ha querido ser presidente municipal y que hoy, a través de la iglesia, pretende tener el control del pueblo y convertirse en un verdadero contra peso político del alcalde en turno, pese a que actualmente por conveniencia, no por convicción, comparte la misma ideología del grupo que gobierna la comunidad.
Su nombre es Víctor Cuaxiloa, pues voces de verdaderos creyentes y no solo habitantes que se esconden bajo el manto de un “fiscal”, aseguran que, en su afán de ser alcalde, el domingo pasado organizó el golpe para que, con lujo de violencia, corrieran al padre de la comunidad, quien incluso tuvo que salir custodiado por elementos de la Policía Estatal.
Y es que luego de tener varios desencuentros con el sacerdote, Víctor Cuaxiloa se percató que no podía manipularlo y convencerlo para que se sumara a su proyecto político-electoral, rumbo al 2024, es decir, el padre Mario no comulga con el político disfrazado de empresario y por eso este tomó como pretexto la construcción de la nueva capilla, pues con mentiras logró que parte del pueblo se le enfrentara y hoy la comunidad se ha quedado sin párroco, ya que la Arquidiócesis de Puebla no está dispuesta a ceder a ningún tipo de presión.
Incluso el padre, Mario Pérez Pérez, por cierto, de una trayectoria intachable en la Sierra Norte de Puebla, este martes acudió a la Fiscalía General del Estado a levantar una denuncia por allanamiento en propiedad federal, agresiones e incluso golpes que se suscitaron en contra de algunos feligreses y de su equipo litúrgico.
Así que las autoridades ministeriales ya tienen en la mira a Víctor Cuaxiloa, quien es fácil de localizar, seguramente saben que es propietario de los baños públicos “Las Brisas”, ubicado sobre el bulevar Forjadores y Périférico Ecológico, establecimiento que tiene varias cuentas pendientes con la Secretaría Estatal de Medio Ambiente debido a que todos los días emite al medio ambiente, humos altamente contaminantes.
Veremos qué pasa.
