No existe una posición clara de la Federación para salvar el río Atoyac, dijo el gobernador Miguel Barbosa al subrayar que CONAGUA debe antes que nada clausurar las fuentes de contaminación del afluente.
“Es un tema sensible, no tenemos una posición de CONAGUA para clausurar todas las fuentes de contaminación a lo largo del trayecto del río en Puebla y Tlaxcala”, fustigó el mandatario.
Dijo que la primera acción debe ser cerrar las fuentes de descarga y esa no es una facultad del Gobierno Estatal, además de que dijo que se requiere una inversión importante y la federación no ha destinado recursos.
“Lo hemos planteado a cada momento a las autoridades federales”, expresó.
El Atoyac y su afluente Hueyapan, ocupan una franja de unos 200 kilómetros en los estados de Puebla y Tlaxcala, con una población estimada de 2 millones 300 mil personas en esa línea geográfica.
Las descargas al Atoyac provienen de industrias, municipios y asentamientos humanos, aunque el principal enemigo es el lavado de mezclilla clandestino y otros procesos que se realizan sin las autorizaciones oficiales necesarias, pues se vierten directamente al afluente con un daño permanente.
En la región hay unas 2 mil fábricas y manufactureras, lo que supone una actividad vigorosa y se suma el trabajo petroquímico, sin que el problema de contaminación se haya focalizado o frenado, sobre todo por las descargas ocultas.
