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Opinión | Circunstancias, Hechos y Decisiones

Por Antonio Abascal

7 septiembre, 2020 9:15 am




En el vaivén del futbol mexicano el Puebla de la Franja, que venía de golear 4-1 al Toluca, cayó por el mismo marcador ante Pumas (que sigue invicto y mejorando partido a partido), para sumar su cuarta derrota en los últimos cinco juegos a la puerta de otra jornada doble donde volverá a dirimir sus tres juegos en un espacio de seis días. La derrota frente a los universitarios podría explicarse a través de tres grandes apartados: Circunstancias, como que previo al duelo en la capital de la República se anunciaron seis casos positivos por Covid-19 (el mayor número desde que volvieron a los entrenamientos), hechos como la estadística ya señalada de cuatro descalabros en los últimos cinco juegos y decisiones que competen al técnico Juan Reynoso.

El Puebla de la Franja no es un equipo con una nómina muy elevada, es una organización que ha mejorado en el orden administrativo, en adquirir cartas de jugadores y no vivir del préstamo pero en realidad no es una plantilla en la que se gaste mucho dinero (comparada con otras de la Liga MX), lo que se traduce en una lista de jugadores con más calidad que en torneos anteriores pero todavía limitada en cuanto a número; por ello, cuando se tienen seis o siete bajas como sucedió contra Pumas, lejos de ser un pretexto es una circunstancia digna de ser tomada en cuenta. Ese día faltaron Nicolás Vikonis en la portería, los dos laterales derechos que teóricamente se disputan la titularidad George Corral y Arturo Paganoni, Néstor Vidrio que hasta el juego contra Tijuana había disputado todos los partidos, Javier Salas que es el gran socio de Pablo González en el mediocampo, Daniel Álvarez quien venía de hacer un golazo al Toluca y Santiago Ormeño, el goleador del equipo.

Tantas bajas a una nómina como la del Puebla sí afectan a pesar de que en la primera mitad el equipo compitió bien, se fue al frente en el marcador con un buen gol de Salvador Reyes (quien sigue aprovechando las oportunidades que le dan), luego Pumas presionó a Pablo González y Daniel Aguilar en una muestra de que el rival también juega y, como en otros partidos, el Puebla empezó a sufrir, sin embargo, Iván Rodríguez hizo atajadas importantes. Ya dominado, el cuadro visitante tuvo una oportunidad en una jugada que Salvador Reyes encontró en el área y obligó a Talavera a realizar una gran desviada con el pecho. Del 0-2, nos fuimos al 1-1 en una buena jugada de los locales y donde Alejandro Chumacero perdió la marca de Favio Álvarez que hizo un golazo.

Cuatro minutos más tarde se marcó un penal de Pablo González sobre Manuel Mayorga que varios calificarán como rigorista, fue un mínimo contacto del mediocampista poblano sobre el defensor incorporado al ataque que el árbitro Fernando Hernández, muy cerca de la jugada, concedió y en el que Carlos González no falló para colocar a Pumas arriba en el marcador. Juan Reynoso movió su banca para arrancar el segundo tiempo y ordenó la reaparición de Christian Tabó quien en la primera jugada que tuvo se escapó y obligó a Juan Iturbe a detenerlo con falta afuera del área y que le valió la tarjeta amarilla. Hasta ahí podemos hablar de circunstancias: La enfermedad que afectó a varios titulares y un penal que puede ser calificado de rigorista.

En el apartado de los hechos, el Puebla sólo ha podido remontar una vez, ante Toluca la semana pasada donde perdía 0-1 y terminó ganando 4-1, en sus derrotas se fue abajo muy rápido  2-0 contra Tigres y finalizó 2-1, cayó en casa 0-1 contra Pachuca y 0-1 como visitante ante Tijuana. Otro hecho que se ha repetido en el campeonato es que esta escuadra camotera recibe goles en contra en pocos minutos: Contra Tigres recibió los goles en un lapso de dos minutos (5 y 7) y ahora contra Pumas al 31 y al 35, así como al 58 y 62,  lo que habla de que la solidez defensiva que alcanzó la campaña pasada no se ha podido sostener en el “Guardianes 2020”. En el apartado de hechos también podemos colocar que cada vez que Juan Reynoso ha tratado de darle la vuelta a un marcador a través de los cambios el equipo lejos de verse más peligroso se ha desdibujado.

Un hecho que no tiene que ver con el Puebla, pero demuestra que el rival también cuenta fueron las decisiones que tomó Andrés Lillini tras recibir el gol en contra ya que ordenó la presión alta que ahogó a Aguilar y González y además ya con el triunfo parcial sacó del campo al joven Jesús Rivas quien estaba sufriendo con Omar Fernández por el lado izquierdo y le dio minutos a Alan Mozo que cerró por completo ese sector y sólo en la parte final ya con el 4-1 y con Tabó cargado a ese lado volvió a existir peligro camotero.

También en los hechos podríamos agregar el mal momento que atraviesan dos jugadores que perdieron la titularidad en el Puebla pero que cuando ingresan poco aportan: Alejandro Chumacero a quien se le dio la oportunidad contra Pumas y simplemente corrió a lo loco ya que a él se le va la marca de Álvarez en el gol del empate, mientras que a la ofensiva poco aportó. El otro elemento es Alan Acosta que en su mejor momento perdió la titularidad y luego esta campaña ha mostrado una falta de confianza total ya que ha sido incapaz de desbordar en el uno contra uno, ha perdido balones que han significado una tarjeta roja para él y un gol en contra ahora contra Pumas ya que perdió el duelo contra Iturbe y eso generó el contragolpe que finalizó Juan Dinenno con un golazo.

Finalmente en el departamento de las decisiones del técnico se puede cuestionar los pocos minutos que ha ofrecido en el torneo a Osvaldito Martínez (109 minutos) cuando es un hombre con mucha capacidad y experiencia, capaz de crear futbol ofensivo y ante la presión de Pumas pudo haber dado más tranquilidad al mediocampo. Esa sí es una decisión cuestionable del técnico ya que en una plantilla limitada no está aprovechando a uno de los pocos jugadores distintos, capaces de cambiar situaciones de los partidos.

De la misma forma se debe analizar cómo cada vez que el Puebla busca abrirse, lejos de ser más peligroso se desdibuja, ya que da la impresión de que la banca también cae en la desesperación. Tabó ingresó por Chumacero y se cargó a la derecha donde Salvador Reyes había hecho un primer tiempo aceptable, luego (al 55) salió Israel Reyes para dar su lugar a Alan Acosta en ese mismo momento salió Escoto para dar su lugar a Herrera, luego al 69 salió Omar Fernández que ya no podía con Alan Mozo pero ingresó Osvaldito Martínez y más tarde entró Gularte por Salvador Reyes, es decir, primero se incorporaron fichas a la ofensiva y luego se sacó la bandera blanca. En el momento de ir perdiendo, tampoco se ve calma en la banca camotera y eso ha contribuido a desdibujar al equipo.

Sin embargo, conviene recordar que este Puebla carece de una plantilla potente, que está armado para pelear a media tabla y para alejarse de los últimos lugares de la tabla de cociente y si bien van las cosas asomarse al séptimo u octavo lugar. Este Puebla no ocupa los tres últimos lugares de la tabla de cociente (que pagarán una multa económica) ya que en este momento son Juárez, San Luis y Atlas. En la general, el equipo de la Franja es décimo y estaría clasificado al repechaje; es decir, el equipo está peleando en la zona para lo que fue construido y no está metido de lleno en los problemas de cociente; este Puebla no es una escuadra que se haya confeccionado para campeonar y quién asegure lo contrario está vendiendo espejitos.

Claro que hay cosas por mejorar: La producción ofensiva o la capacidad de reacción cuando se va abajo en el marcador, hay una decisión cuestionable (los pocos minutos a Osvaldito Martínez), pero también hay que reconocer que este Puebla ya tiene una forma de juego, un estilo (nos guste o no en cuanto a lo que quisiéramos ver), que se nota que hay trabajo y ese sello también es responsabilidad del cuerpo técnico. No se puede quemar todo por una derrota, este Puebla ya sabe a lo que juega, ya compite en su estilo y sufre cuando se sale del mismo, pero está en la pelea en un futbol cuyo sello distintivo es la irregularidad.





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