La Grilla

Opinión | La pelota es floja

Por Antonio Abascal

3 agosto, 2020 3:08 pm




El Puebla de la Franja empató a uno contra Cruz Azul en un partido celebrado bajo torrencial aguacero y que dejó a los Camoteros con cuatro puntos de seis disputados en un buen arranque para los de Juan Reynoso; en los dos juegos celebrados hasta el momento se ha visto la misma idea, un equipo que trabaja mucho en la recuperación del balón, que cierra los espacios del rival y que busca contragolpear aunque la producción ofensiva sigue siendo mínima tal y como lo demuestran las estadísticas del duelo ante Cruz Azul: 30% de posesión del balón, sólo cuatro centros al área celeste, un mano a mano ganado en ofensiva por derecha y que finalizó en el gol de Pablo González, ese fue toda la producción del equipo local que volvió a encomendarse a Nicolás Vikonis.

El guardameta uruguayo no tuvo su mejor presentación el lunes pasado ante Mazatlán ya que dudó mucho en los balones laterales aéreos, aunque también es justo decir que realizó dos grandes intervenciones que fueron vitales en la victoria poblana ya que un manotazo evitó el 2-1 de Fernando Aristeguieta y en  la segunda parte tuvo un mano a mano con el venezolano que ganó el jugador poblano para negar el 2-2; sin embargo, el viernes ante Cruz Azul, Vikonis estuvo en su nivel y fue la gran figura del partido al negarle el gol a Caraglio y en otras ocasiones a la delantera celeste que dominó de principio a fin el primer tiempo sin encontrar el gol de la ventaja.

Juan Reynoso movió su banca para dar paso a George Corral y a Christian Tabó en detrimento de Osvaldito Martínez (el estado de la cancha tras el aguacero hizo que no fueran las condiciones ideales para el lucimiento del paraguayo) y Daniel Álvarez; el ingreso de Corral permitió que González se adelantara al mediocampo y rápidamente el Puebla encontró un gol en un buen desborde de Tabó y la resolución del canterano poblano, ya con la ventaja el timonel poblano decidió ser más cauto y sacó a Escoto para debutar al uruguayo, Emmanuel Gularte; cabe destacar que el Cruz Azul ya no tuvo tantos espacios como en la primera parte y que su peligrosidad disminuyó pero tuvo el mérito de seguir buscando y así en un rebote, Pineda hizo un golazo para decretar el empate.

Don Fernando Marcos quien fue jugador, entrenador, árbitro y un destacado comentarista, acuñó muchas frases pero una de las más famosas fue: “La pelota es floja y se anida en la portería que tiene más cerca”, ese es el mejor resumen del juego del viernes en el Cuauhtémoc, el Puebla, con los cambios de Reynoso, fue capaz primero de irse al frente en el marcador cuando el trámite del primer tiempo no daba razones para el optimismo y luego también fue capaz de acabar con la imaginación de la Máquina, aunque la escuadra visitante también tuvo el mérito de seguir insistiendo y encontró su premio en un  disparo de media distancia en las acciones finales porque la pelota es floja…y la portería que estaba más cerca era la poblana.

Aquí conviene resaltar una diferencia, una cosa son los gustos y otra la capacidad para sacar resultados. Hoy el Puebla no es un equipo espectacular y lo que hace en la cancha no gusta, pero se debe reconocer que ya tiene una idea de juego, que los futbolistas se notan convencidos y que han ido tomado confianza en ese estilo por lo que ya son un equipo competitivo. Es cierto que con esa postura se depende de Vikonis, de la concentración de los defensas, de las fallas o aciertos rivales, hasta de alguna arbitral; es decir, son muchos factores los que pueden aparecer para evitar un buen resultado, pero también es cierto que entre el Clausura 2020 y los dos primeros partidos del Guardianes 2020, este Puebla acumula seis juegos sin perder (lo que ya es una marca compartida en torneos cortos) y que Vikonis se quedó a 56 minutos de igualar la mítica marca de Pablo Larios de mantener su arco imbatido.

Puede no gustar, en lo particular creo que este Puebla ya tiene más argumentos para dar un  paso al frente, pero esa cuestión subjetiva no debe nublarnos el juicio para destacar virtudes de la escuadra y del trabajo del técnico peruano: Un equipo ordenado que muestra convencimiento de lo que pretende en la cancha, un grupo de jugadores que compite por alcanzar la titularidad y que esa competencia interna ha generado ya beneficios para el equipo que da la impresión de ser serio, una seriedad que se dio desde la pretemporada donde todos los refuerzos (a excepción de Bernardo Cuesta) llegaron a tiempo para ponerse a tono físico y comprender la idea del equipo. Hoy, el Puebla sin grandes estridencias se muestra en la cancha como una escuadra trabajada, con una idea definida y que hace su labor de forma seria.

Las comparaciones nunca han sido justas, y ahora mucho menos porque el torneo apenas está arrancando y todavía no se puede decir para qué están los equipos, pero sólo con el objetivo de presentar un panorama completo, conviene recordar que varias de las versiones más exitosas del Puebla han privilegiado el trabajo defensivo para llegar a la liguilla. El equipo de la Franja de la campaña 91-92, que resultó subcampeón, era una escuadra bien ordenada donde destacaba el trabajo defensivo con Pablo Larios y con Roberto Ruiz Esparza como líder de la defensa, un mediocampo trabajador con Juan Carlos Chávez y la llegada para la segunda parte del torneo de Milton Antonio Nunez, “Zico” y con un gran goleador como Carlos Poblete. Ese equipo ganó 13 juegos, empató 15 y perdió 10 con 44 goles a favor y 42 en contra en 38 juegos. No era un  equipo espectacular, pero era efectiva y llegó lejos en la liguilla. Otros ejemplos de versiones conservadoras que tuvieron buenas campañas son las del Puebla de Alfredo Tena en la 94-95, la de Aníbal Ruiz en el Invierno 96, o hasta la del campeonísimo 89-90 ya que a lo largo de la fase regular el público poblano exigía más espectáculo a Manolo Lapuente y ese equipo no explotó en todo su poderío hasta la liguilla.

Que quede claro que no estoy diciendo que este Puebla vaya a llegar tan lejos como las anteriores versiones enumeradas, sólo estoy señalando que la continuidad en un estilo de juego produce resultados (más allá de que guste o no), y que esta Franja de Juan Reynoso ya tiene una personalidad, un estilo; atributos que han logrado que sea una escuadra competitiva. La afición pedía a un equipo que peleara, que compitiera en los juegos y que regrese a la liguilla. Reynoso ya logró las primeras dos exigencias: Luchar y competir, bajo esas ideas el reto es llegar a la liguilla y para ello falta todo el torneo por lo que ahora es tiempo de seguir construyendo, mantener la seriedad de los entrenamientos para ir puliendo esa idea que ya se tiene pero que es perfectible para no dar tantas facilidades como se dieron en el primer tiempo en el cual se tuvieron que encomendar a Vikonis, pero sobre todo, para pulir la producción ofensiva, los contragolpes para no llegar al final de los partidos con el resultado entre alfileres porque la pelota es floja como ya se comprobó ante Cruz Azul.

Hoy el Puebla ya tiene una idea de juego definida, hace falta pulir los puntos finos que le pueden dar más tranquilidad y esos puntos finos están en mejorar la producción de mediocampo hacia el frente; pero más allá de gustos, hay que reconocer que el equipo camotero ya dio un salto y ahora se nota como un equipo trabajado.





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