Deportes

Deportes | BAÑO DE HUMILDAD

Por Antonio ABASCAL

24 agosto, 2021 11:54 am




El común denominador indica que la crisis del Puebla de la Franja se gestó a partir de las bajas de futbolistas como Omar Fernández, Salvador Reyes, Santiago Ormeño y Maximiliano Perg, los tres primeros porque llegaron muy buenas ofertas y el cuarto, el líder de la defensa, porque no se arregló con la directiva; y aunque el mal inicio poblano significa un baño de humildad para una directiva que se había acostumbrado a paliar de buena manera las bajas de jugadores de peso como sucedió con Brayan Angulo y luego con Vikonis, González y Osvaldito Martínez, ahora no ha sido capaz de conseguir al mediocampista que pide el técnico. Sin embargo, y por desgracia, el problema del Puebla es mucho más agudo que una directiva que se durmió en sus laureles tras las semifinales de la temporada pasada y dos liguillas consecutivas.

Desde el 17 de abril pasado el Puebla ha dejado de anotar goles: Esa tarde en San Luis marcó cuatro para convertirse en la mejor ofensiva del “Guardianes 2021” en un despertar goleador tras la sorpresiva derrota ante el Atlas que se dio el 12 de marzo, 4-4 con Toluca, 3-1 a Mazatlán, 3-1 al Pachuca en la “Bella Airosa” y el comentado 4-1 frente al San Luis en tierras potosinas, pero una vez que se llegó a presumir de la posición de privilegio en cuanto a goles a favor se produjo una sequía de la cual todavía no se sale:   0-0 con Pumas en el Cuauhtémoc, 0-0 con Santos Laguna, en el juego que significó amarrar el cuarto lugar de la tabla, fueron los duelos que cerraron el calendario regular para dar paso a la liguilla. 0-1 con Atlas en la ida, 1-0 a los mismos rojinegros con el autogol de Anderson Santamaría para acceder a semifinales por la mejor colocación en la tabla; 0-3 ante Santos Laguna en un juego donde se generaron muchas llegadas y se desperdiciaron varias inconcebibles y una victoria de 1-0 ante los mismos laguneros para quedar eliminados tras un gran torneo y en una vuelta donde el equipo no pudo crear tantas llegadas como lo había hecho días antes en Torreón. Todo se resume a dos goles en seis partidos todavía con los cuatro mencionados líneas arriba en la cancha.

Vino el receso, las bajas de esos futbolistas clave y las contrataciones de Fernando Aristeguieta, Pablo Parra, Ramón Juárez y varios jóvenes que desde un principio, Nicolás Larcamón fue claro en señalar que llegaban para tener un proceso en la sub 20 y que refuerzos como tales eran el venezolano, el chileno y el central de cantera americanista, pero los números señalan que el Puebla es uno de los cuatro equipos que todavía no gana tras seis partidos, que está en la parte baja de la tabla con tres empates y tres derrotas con saldo de tres goles a favor y nueve en contra (ya que sus tres descalabros han sido por idéntico marcador de 0-2 frente a Chivas, América y Pumas). Tres goles a favor en seis partidos, es decir que si sumamos los últimos seis del torneo anterior y los sumamos a los actuales nos daremos cuenta que en los recientes 12 juegos de los Camoteros sólo se han marcado cinco, por lo que el problema es mucho más profundo que haber perdido hombres clave.

La derrota frente a Pumas es muy preocupante porque los universitarios tampoco habían ganado pero además habían dado muy malos partidos, es cierto que el Puebla tuvo algunas llegadas en el primer lapso pero en lo general fue un partido flojo que tuvo el castigo de una derrota y ahí llegamos a un problema mucho más grave que la falta de cuatro integrantes base. La falta de autocrítica del cuerpo técnico que encabeza Nicolás Larcamón: Ayer tras el descalabro en la capital de la República, el argentino dijo: “Es un momento para hacernos cargo de este presente, para tomar las riendas y hacer esa autocrítica que veníamos haciendo pero que hoy tiene que ser más clara y profunda y a partir de ahí construir y afrontar de la mejor manera el partido del viernes, que para nosotros es claramente una final”, pero en realidad la autocrítica no ha estado presente en el técnico camotero que no ha podido resolver las respuestas que los equipos tuvieron desde el torneo pasado para frenar al Puebla y, sobre todo en la liguilla, Atlas y Santos demostraron cómo se podía hacer daño a la escuadra poblana, algo que replicó Chivas y, por momentos Tijuana y América.

Esa falta de autocrítica queda de manifiesto cuando Larcamón insiste en colocar el juego del martes pasado en Tijuana como una buena salida porque se logró puntuar y se olvida de la forma en la que se produjo el empate: Con una gran actuación del guardameta paraguayo, Antony Silva quien sostuvo al Puebla con sus atajadas al inicio del segundo tiempo y luego con el gol de Guillermo Martínez en la única acción ofensiva que pudo coordinar su equipo, ya con el empate, el Puebla regresó a perder muchos balones en la salida que provocaron nuevas llegadas de peligro que no terminaron en gol por la mala puntería de los locales, por una barrida a tiempo o por otra buena acción de Silva; es decir, el equipo de la Franja no jugó bien y se encontró con un punto, pero desde esa noche hasta la conferencia de prensa de ayer el técnico ha insistido en colocar ese partido en el cajón de “las buenas presentaciones del equipo”.

La ecuación entonces ya tiene más elementos: Bajas de jugadores titulares, falta de autocrítica del cuerpo técnico que se traduce en mantener decisiones cuando los demás equipos ya muestran antídotos para frenar al equipo de la Franja y podríamos agregar la insistencia en hacer cambios partido a partido, de no repetir alineación como otro de los problemas. La anterior versión poblana soportó esos cambios constantes porque, aquí sí, tenía más talento, pero ahora con la cobija más corta daba la impresión de que había de consolidar un cuadro antes de buscar matices. Esta temporada el mejor partido del Puebla fue el de la fecha cuatro ante Tigres en casa y alcanzó para empatar a uno, pero esa noche jugando con línea de cinco: Silva, Corral, Gularte, Segovia, Reyes y Araújo; con Salas, de Buen y Álvarez (a pesar de su intermitencia) en mediocampo, Tabó y Aristeguieta en la delantera daba la impresión de que había encontrado a su once ideal, pero tras un buen juego el martes siguiente cambió a línea de cuatro, sacrificando a Segovia y Gularte para dejar una central con Maia y Reyes, agregar al mediocampo a Araújo (quien ofreció un mal juego) y ayer frente a Pumas volvió a la línea de cinco con Reyes, Segovia y Maia, además del juvenil Ivo Vázquez (quien ha cumplido de buena manera frente a Tijuana y Pumas), pero en el mediocampo sacrificó a Diego de Buen para darle la titularidad a Amaury Escoto, por lo que el equipo luce confundido ya que ahora también se dio paso a la improvisación en la búsqueda de soluciones para el mediocampo.

Hay más problemas ante la falta del refuerzo para el mediocampo que pide Larcamón, el argentino ha probado soluciones sin dar en el clavo pero tampoco da más minutos a elementos que siguen estando en la plantilla: Gustavo Ferrarreis ayer jugó poco más de 15 minutos buscando una especie de revulsivo a la desesperada, casi siempre cuando se va perdiendo o buscando el resultado y ya con el equipo tirando muchos pelotazos: un minuto ante Monterrey, tres frente a Chivas, 29 contra América, seis contra Tigres, seis frente a Tijuana y los comentados quince ante los Pumas para sumar 60. Esa falta de confianza en algunos jugadores cuando la cobija es tan corta y cuando otros como el propio Escoto (que tampoco ha pesado mucho) han gozado de más es otro factor que está jugando en contra del equipo.

Ahora sí llegamos al balance entre las bajas y las altas ya que Juárez no ha jugado, Parra fue titular frente a Monterrey y Chivas donde sólo jugó 45 minutos para perder su puesto tras lo cual no jugó contra América y Tigres para ofrecer 32 buenos minutos en Tijuana y 33 ante los Pumas, mientras Aristeguieta ha sido muy voluntarioso, pero se ha visto afectado por la falta de producción ofensiva y cuando ha tenido oportunidades las ha fallado, sumando un gol (de penal) en 433 minutos, por lo que claramente hay un déficit entre los futbolistas que dejaron la institución y los que llegaron.

Peso de las bajas, pobre productividad de las incorporaciones, espera de un refuerzo llamado a ser el que marque diferencia en mediocampo y que no llega, falta de autocrítica en el cuerpo técnico, constantes cambios en el parado y falta de confianza en elementos que forman parte de la plantilla son los factores que han regresado al Puebla a los últimos lugares de la tabla. La derrota ante Pumas debe ser un baño de humildad para la directiva (que se confió), pero también para un cuerpo técnico que tras sus grandes resultados del torneo pasado da la impresión que se fue llenando de soberbia y, por lo tanto, no ha tenido la capacidad para adecuar al equipo ante una realidad distinta de la que vivió hace seis meses, ahora es necesaria una autocrítica que haga reaccionar a estos jugadores ya que tras una actuación aceptable frente a Tigres, en las salidas contra Tijuana y Pumas se jugó muy mal, sigue Querétaro que no ha ganado y ya perdió a su técnico, Héctor Altamirano, es el partido que permitirá conocer si esta versión poblana aspira a la liguilla, al repechaje, o verdaderamente ha vuelto a las andadas de la mediocridad absoluta.





Artículos Relacionados

Back to top button