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Opinión | Un buen equipo

Por Antonio Abascal

20 diciembre, 2021 1:11 pm




Durante los últimos días las redes sociales se han llenado de expresiones como: “¿Cuándo tendremos un buen equipo?” y “¿Por qué la directiva del Puebla se la pasa vendiendo a los jugadores más importantes?” Hay memes de Nicolás Larcamón sufriendo ante las decisiones de la directiva y algunos más que hacen referencia a la falta de refuerzos cuando otros equipos ya han anunciado a los suyos. Por ello es necesario hacer un alto en el camino y repasar los hechos para ser más fríos en el análisis: Las bajas confirmadas son las de Christian Tabó, Daniel Álvarez, Clifford Aboagyé y Dieter Villalpando; de ellas sólo Tabó era titular indiscutible para Larcamón, mientras que Clifford no contó para el timonel argentino en el torneo que finalizó, Villalpando tuvo algunos destellos como sustituto pero nunca tuvo un rol protagónico y Álvarez tuvo una mala campaña en la que no pesó tanto como en el Clausura 2021 donde siempre fue un revulsivo, en la temporada pasada hasta tuvo un episodio contra la afición de Puebla cuando la mandó a callar tras un gol.

Otro hecho es que hasta este lunes 20 de diciembre por la mañana no se ha anunciado algún refuerzo, que sí hace falta ante la baja de Tabó, y para mantener la competencia interna que ha sido uno de los factores que ha propiciado el estilo de Larcamón al hacer cambios constantes de alineación. En resumen, estamos hablando de una baja entre los titulares y la falta de refuerzos como hechos confirmados hasta las primeras horas del 20 de diciembre cuando el torneo arranca el viernes 7 de enero con el duelo en el Cuauhtémoc frente al América.

En su primera comparecencia ante los medios de comunicación antes de viajar a la pretemporada de Acapulco, Nicolás Larcamón fue muy claro en varios aspectos: 1.- La directiva se ha comprometido a que no saldrán más jugadores claves, entre ellos Israel Reyes; 2.- Sólo ha pedido dos refuerzos extranjeros, un mediocampista creativo y el hombre que sustituya a Tabó por la banda derecha; 3.- La venta de Tabó significa una mayor estabilidad económica para la institución; 4.- El Puebla trabaja para competir, seguirse alejando de los últimos lugares de la tabla porcentual y una vez que por competir se meta a la pelea por la liguilla, los objetivos irían creciendo, pero para arrancar el Clausura 2022, el equipo de la Franja tiene que ir partido a partido. De las palabras del timonel argentino se desprende que no habrá muchas incorporaciones y que las necesarias son las que marcó el propio Larcamón quien volvió a mostrar una de sus mayores virtudes ante los medios: La claridad de sus conceptos y de los objetivos para el cuadro camotero.

Hoy el Puebla mantiene la base del torneo anterior con Antony Silva, Gustavo Ferrareis, el propio Israel Reyes, Juan Pablo Segovia, Emmanuel Gularte, Lucas Maia, Javier Salas, Maxi Araújo, George Corral, el chileno Pablo Parra quien fue de menos a más en su primer torneo en México, se está a la espera de la recuperación de Daniel Aguilar, los juveniles Alberto Herrera e Ivo Vázquez quienes acabaron contando para Larcamón y jugando minutos importantes en el torneo, además de Fernando Aristeguieta, (quien parece recibirá otra oportunidad), Amaury Escoto y Guillermo Martínez en la delantera, en la cual también trabaja el joven Ángel Robles. La base del torneo pasado se mantiene, si bien es cierto a esta serie de futbolistas ya mencionados les falta el salto de calidad que deberían dar los refuerzos que expresamente ha pedido Larcamón. Pero para aquellos que se quejan de nunca tener un buen equipo, esta lista desmiente ese sentir de una parte de la afición poblana porque resulta que hoy tiene un buen equipo que ha sido capaz de meterse a tres liguillas consecutivas (por el gran trabajo de Larcamón y antes de Juan Reynoso), pero también porque la base del plantel se ha mantenido y también ha conseguido una estabilidad en la parte del cociente que el Puebla no había gozado prácticamente desde los años 90 ya que desde la instauración de los torneos cortos, la Franja siempre había tenido que voltear con preocupación a esa tabla y ahora está arriba de media tabla, alejado de los equipos que podrían pagar la multa ya que todavía este semestre seguirá sin haber ascenso y descenso.

Para algunos el caso de Fernando Aristeguieta puede ser incomprensible ya que el venezolano quedó a deber en su primer torneo con el Puebla: 12 juegos, 509 minutos, un gol (de penal) y una tarjeta amarilla fueron sus números en el Apertura 2021 muy lejos de lo que había logrado seis meses antes Santiago Ormeño, pero la directiva considera que es un futbolista seleccionado por su país, con experiencia europea y que ha respondido en otros equipos mexicanos como Morelia y Mazatlán, además de su profesionalismo e implicación con el grupo. Aquí la comparación es inmediata con jugadores que ahora extraña la afición poblana pero que en su momento también fueron señalados: Omar Fernández y Christian Tabó, ambos tuvieron torneos muy malos con el Puebla, ambos alternaron titularidades con la banca, ambos parecían vivir de destellos y hubo un momento que parecía increíble que la directiva les diera oportunidad tras oportunidad ya que su rendimiento era sumamente irregular; la directiva los aguantó y ambos crecieron primero con Juan Reynoso y explotaron con Nicolás Larcamón, por lo que ahora no es de extrañar que la misma directiva quiera ofrecer una nueva oportunidad a Aristeguieta a quien se le ha tomado en cuenta la dura lesión que sufrió en la cara ante Querétaro ya que el tema de la recuperación frenó su adaptación al equipo.

A la estabilidad en la tabla porcentual, a la mejor administración de los recursos, porque la venta de Tabó dejó dinero en las arcas del club a diferencia de lo que sucedía hace no tantos años cuando llegaban algunos buenos futbolistas y el Puebla no podía sacar provecho de ello ya que la carta no era suya, se suma un mejor trabajo en fuerzas básicas ya con elementos en el primer equipo como los mencionados Herrera y Vázquez, con el debut de Emilio Martínez (quien ahora hace pretemporada en Acapulco), con Ángel Robles tocando la puerta, entre otros, lo que habla de una mayor seriedad en el proyecto en algo que debe verse como los cimientos de las fuerzas básicas y no algo consolidado, pero en el que también hay avances. Todo esto pertenece al terreno de los hechos, no a las “bombas” mediáticas, no a los rumores, no a las posibilidades de contratación que se caen y luego se retoman para nunca llegar.

Existe una esperanza que la directiva es cauta en señalar pero que al mismo tiempo alimenta: La famosa ciudad deportiva del Puebla, un sueño de toda la vida para la institución ya que se escuchaba desde los dorados años 80 pero que nunca se pudo materializar y que ahora esta directiva dice estar cerca de dar a conocer tanto la ubicación del terreno como el proyecto (que sería por etapas); ese sueño todavía pertenece a los buenos deseos y no es un hecho, pero sería el equivalente a un campeonato porque significaría dejar un legado, dejar de ser nómada en su propia tierra y, sobre todo, ayudaría a la estabilidad financiera del club ya que ahora se tiene que firmar convenios con los lugares donde el primer equipo y las básicas entrenan y juegan (ahora la Fundación Alpha, como antes fue La Noria o Los Olivos) y eso significa una fuerte inversión de dinero. La realidad es que mientras no se tenga el terreno y se empiece a construir, esta directiva está  como las anteriores que mencionaron la posibilidad, todavía en el plano de los sueños, pero insisto que de lograrlo sería uno de los mayores éxitos en la historia de la institución porque significaría la mayor estabilidad y el ingreso a la modernidad del futbol.

Las ansias no son buenas compañeras y no suelen servir para dar consejos, pero este resumen de hechos y el ejemplo de un sueño intentan explicar que este Puebla ya tiene cimientos sólidos si bien a veces no se entienda que se deje ir a jugadores que brillaron el torneo anterior. La actual directiva del Puebla no es perfecta y se ha equivocado también, pero hoy se le debe reconocer que ha traído estabilidad al futbol poblano, una palabra que no se conocía desde principios de los años 90 y que, a falta de refuerzos que permitan crecer a este grupo de jugadores de Larcamón, hoy existe una base para decir sin estridencias que es un buen equipo, tal vez a secas, pero ya es un buen equipo.

 





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