Increíble lo que le sucedió a esta mexicana, su pareja canadiense con engaños se la quitó
La poblana, Fabiola Pérez Islas, es víctima de un engaño internacional que hoy la mantiene lejos de su tierra, de su padre, de sus hermanas y amigos, pero sobre todo del amor de su vida, una bebé de dos años que prácticamente le fue arrebata por quien durante poco más de 24 meses se convirtió en su pareja.
Fue en julio de 2018, cuando Fabiola conoció en Puebla a un hombre canadiense, quien responde al nombre de Leeland Askew, comenzó a salir con él, se hicieron amigos, ella se convirtió en su guía de turista y lo llevó a conocer las bellezas del estado sin nunca imaginar que este individuo se convertiría en su peor pesadilla.
Con mentiras, Leeland, quien supuestamente se desempeña como asistente en una agencia que produce comerciales para televisión, la enamoró y tuvo una hija con ella para obtener, hoy sabemos, una pensión de 500 dólares mensuales del gobierno de Canadá.
El canadiense obligó a la poblana a firmar un contrato legal para garantizar la supuesta pensión con la que vivirían, pero ella nunca se enteró que sería el comienzo de la pesadilla, ya que por medio de este documento le arrebatarían a su hija.
“Voy al consulado mexicano, en el consulado mexicano, el cónsul, Atanacio empatiza muy bien con mi situación y me dice señora no tenemos dinero para pagarle abogados, lo que más le conviene, es regresar a México, usted firme, regrese a México y no vuelva a Canadá nunca más, allá en México trate de echar abajo ese contrato que la están obligando a firmar y ya no regrese”, afirmó Fabiola.
Tras no obtener ningún apoyo de la representación consular mexicana en Canadá, Fabiola buscó asesoría legal en nuestro país, comenzó a tramitar la guardia y custodia de su bebé, pero ese tiempo lo aprovechó su pareja para acusarla por la supuesta extracción ilegal de la infante y tramitó la pensión gubernamental del gobierno de Canadá, país donde supuestamente vivían, pese a que jamás lograron consolidar una familia en ese país.
“Entonces me dicen, la niña tiene que ser regresada a su residencia habitual, les digo es que nosotros nunca hemos vivido en Canadá, nunca, hemos ido siempre de visita pero nunca a vivir allá y la última vez fue circunstancial y estuve 4 meses y medio, no estuve más”, detalló.
Sin embargo, Fabiola no logró demostrar que su residencia siempre había sido en Puebla y las autoridades mexicanas, incluso de la Secretaría de Relaciones Exteriores la obligaron a entregar a su hija al canadiense, pese a que tampoco estaban casados.
“El 11 de marzo, llego a la corte y veo que ya hay mucha gente, pensé que ya era otro caso que iban a tener, todas esas personas eran representantes de derechos humanos, de relaciones exteriores, de varias partes y yo dije que va a pasar acá y me dicen señora hoy va a entregar usted a su hija, donde está su abogado y le digo mi abogado me dijo que ahorita venía”, recordó.
Al final, su representante legal llegó tarde, nunca entró a la audiencia y únicamente fue un testigo más de esta injusticia que hoy Fabiola trata de revertir en un país ajeno, donde pese a estar cerca de su bebé únicamente tiene contacto con ella a través de video conferencias, un caso que las oficinas de Atención al Migrante y Gobernación deberían retomar para ayudar a esta poblana víctima de servidores públicos con nula carrera en el servicio exterior.
