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Columna | Espejismo y realidades

Por Antonio Abascal

25 abril, 2022 4:45 pm




Un error de Antony Silva (el guardameta que en múltiples ocasiones ha salvado al Puebla y le ha permitido regresar en los partidos) fue suficiente para que los Rayos del Necaxa de Jaime Lozano le quitaran a la Franja lo invicto en el Cuauhtémoc y complicaran su pase directo a la liguilla, ya que la obliga a ganar al hermano Mazatlán en la última jornada con la complicación de que los apodados “Cañoneros” necesitan puntuar para evitar el pago de la multa de 33 millones de pesos por finalizar en antepenúltimo lugar de la tabla de cocientes. La buena noticia para el equipo de Nicolás Larcamón es que tras los resultados de la jornada 16 sigue dependiendo de sí mismo para terminar entre los cuatro primeros de la tabla general y clasificar directo a la liguilla aunque el único resultado que le da el boleto sin necesidad de esperar a ver lo que ocurre sábado y domingos próximos es el triunfo ante sus hermanos.

En la previa ya se había comentado que el Necaxa no sería sencillo para el Puebla ya que pasaba por un buen momento y porque necesitaba los puntos para mantenerse en zona de repechaje y, sobre todo, para no pagar la multa, de hecho tras su victoria en el Cuauhtémoc y la derrota de Toluca, así como el empate lleno de pundonor del Querétaro para regresar de un 0-2 en contra en los minutos finales ante su hermano a la fuerza, Tijuana, ya le dio a los necaxistas su salvación. El cuadro de Aguascalientes le cerró los espacios al Puebla durante el primer tiempo generando un duelo muy soso en el que la escuadra local no tuvo la imaginación para hacer daño y además sufrió otra mala noticia con la salida al minuto 24 de Federico Mancuello quien se suma a la lista de jugadores camoteros que han llegado al final del torneo con molestias físicas, el joven Alberto Herrera tomó su lugar para formar un mediocampo con otro canterano, Diego Zago y con el chileno Pablo Parra.

Tras el paso por los vestuarios, el Puebla aumentó la intensidad y empezó a mostrar variantes como la incorporación por la banda derecha de Emanuel Gularte, así como un Jordi Cortizo con mayor libertad para moverse, dichas modificaciones generaron que el cuadro local se asomara al arco de Malagón (quien siempre ofrece grandes noches en el Cuauhtémoc) y Zago ya había disparado a la puerta necaxista, así como Aristerguieta había desperdiciado un buen centro con un  cabezazo que se fue desviado, pero cuando mejor jugaba el cuadro de la Franja, una falta lateral rechazada por Parra se convirtió en el gol del partido cuando Silva y Aristeguieta no se hablaron, chocaron ligeramente y el balón quedó a merced para que Milton Giménez empujara el balón a la red.

Si con el 0-0 Necaxa había cerrado los espacios, con la ventaja lo hizo mucho más buscando contragolpear a un Puebla que hizo modificaciones con la salida de Herrera para dar paso a Martín Barragán quien se ha ganado la confianza de Larcamón, pero que en realidad no aporta claridad a los ataques poblanos, Diego Zago dejó su lugar a Daniel Aguilar quien por segundo partido consecutivo le dio al equipo una mayor fuerza para encontrar algunos espacios, mientras que Cortizo se movía por todo el frente de ataque y así el Puebla encontró opciones que no supo resolver: El propio Cortizo hizo una gran jugada individual cargado por izquierda que finalizó con una diagonal retrasada a la cual no le pegó bien Pablo Parra y permitió la reacción de Malagón, hubo otro disparo de Aristeguieta y alguna otra ocasión a la que el arquero necaxista respondió bien, así como un cabezazo incómodo de Martín Barragán tras una buena jugada individual por izquierda de Parra pero entre más pasaban los minutos, los Rayos dejaban patente de su peligrosidad en el contragolpe y el Puebla era presa de la ansiedad ya que hasta Cortizo equivocó trazos y realizó algún disparo sin ton ni son, fueron minutos en los que el equipo local quería pero no podía, muy partido con algunos jugadores que acusan una baja de juego justificada por sus molestias físicas como Maximiliano Araújo quien regresó a la titularidad pero ofreció un juego gris.

Con más pundonor que ideas, en los minutos finales el Puebla se lanzó al frente y pudo alcanzar el empate pero Malagón hizo la parada de la noche ante un disparo de Diego de Buen que iba al ángulo, el Puebla todavía tuvo una acción en la que Ferrareis cayó en el área pero que tras revisar en el VAR, el joven árbitro Ismael Rosario López Peñuelas desestimó tomado una buena decisión. El viernes, como antes el martes en Pachuca, el Puebla falló en las áreas y así es muy difícil sacar resultados positivos ya que aunque el error de Silva fue claro en una jugada que parecía no ofrecer peligro, dicha acción se volvió a generar en una jugada de táctica fija que se ha convertido en un dolor de cabeza para los Camoteros: La primera derrota de la campaña contra San Luis se dio en una jugada a balón parado, el empate de Santos Laguna en un saque de manos, el gol de Pachuca en un tiro de esquina y ahora este lo que finalmente son distracciones que han costado puntos valiosos.

Tras la derrota, las redes sociales se volvieron a llenar de comentarios de todo tipo, muchos de ellos haciendo menos lo que ha conseguido el equipo, por eso conviene puntualizar algunos aspectos: No se puede llamar espejismo a un equipo que por tercer torneo consecutivo hace más de veinte puntos cuando la media del Puebla antes de la llegada de Larcamón eran los veinte o menos puntos por campaña, no se puede llamar espejismo a una escuadra que ha hecho olvidar el tema del cociente, un fantasma que había atormentado a los aficionados camoteros al menos durante un cuarto de siglo (25 años), no se puede hablar de espejismo cuando a pesar de haber ganado un juego de los últimos siete el Puebla sigue dependiendo de sí mismo; no se puede hablar de espejismo cuando la directiva ha sido capaz de consolidar el trabajo de fuerzas básicas a tal grado que canteranos vuelven a tener participación e incluso no se puede calificar como espejismo a esos canteranos ya que hay que dejar claro que los Herrera, Zago, Vázquez y Robles no son productos finalizados sino que viven un proceso en el que necesitan ser pulidos, no son cracks que cambian las dinámicas de los partidos, pero tienen condiciones, ellos no son los culpables de la mala racha, por lo contrario su presencia demuestra la valentía de Larcamón, la congruencia de directiva y timonel, ya que a su llegada se dijo que era un técnico que apostaba por los jóvenes, y también demuestra que en la institución llamada Puebla hay trabajo y que se está haciendo bien. La afición por su parte también creó un espejismo al idealizar a este plantel y olvidar que pese a sus grandes virtudes es una plantilla corta que no tiene tantas respuestas como los equipos poderosos que cuentan con jugadores que están en la banca y resuelven problemáticas.

Así que el Puebla no es un espejismo, pero forma de un futbol irregular por naturaleza en el que el sistema de competencia privilegia la mediocridad permitiendo que doce equipos puedan  llegar a la liguilla. Es una realidad que el Puebla ganó seis de los primeros nueve y luego ha perdido cuatro de los últimos siete, es una realidad que ha dejado de ser solvente en las jugadas de táctica fija en contra, es una realidad que su intensidad le ha pasado factura en forma de suspensiones de jugadores claves, de la mano de esa intensidad es una realidad que físicamente no ha llegado bien a la parte final del campeonato donde varios acarrean molestias musculares y al final de cuentas es una realidad que algunos de sus integrantes sí escucharon el canto de las sirenas como el caso de Maxi Araújo que ha dejado de aportar por izquierda y hoy parece más preocupado de fingir faltas, si bien es cierto que es otro de los jugadores que acarrean molestias pero por calidad es uno de los jugadores a los que se les debe exigir mucho más, sucede lo mismo con Guillermo Martínez quien tras ser el héroe frente al Atlas y perder la titularidad cada vez que ha entrado ha tratado de repetir en el rol de héroe desperdiciando oportunidades por no ceder el balón a un compañero como sucedió en Pachuca.

La situación del Puebla se explica como una suma de factores: Bajas de juego de piezas importantes, otros que han olvidado que su mejor versión ha ido de la mano de la mejor versión colectiva, errores atribuibles a la falta de concentración, suspensiones y lesiones en una plantilla corta, pero a pesar de todo ello, el equipo de la Franja sigue dependiendo de sí mismo; al finalizar el juego contra Necaxa, Larcamón habló de aferrarse a los valores colectivos y al potencial de la plantilla cuando está completa y dijo que ya está cerca de que vuelva a estar junta; el torneo y su irregularidad, a la que el Puebla se ha sumado, le ofrece a los Camoteros la oportunidad de seguir dependiendo de sí mismo, una oportunidad que se ganó con su gran inicio de torneo, pero antes del duro juego en Mazatlán convendría que todos desde los jugadores hasta los aficionados recordarán lo mucho que ha logrado este equipo a partir de una idea colectiva, cuando el Puebla estuvo invicto nueve partidos fue porque más allá de algunas jugadas puntuales o de algún héroe, siempre primó la idea colectiva, hoy es necesario que tanto jugadores como aficionados vuelvan a las bases: Este equipo se hace fuerte desde lo colectivo porque no es la plantilla con más recursos del futbol mexicano pero supo encontrar una forma con la que compitió muy bien, es tiempo de desempolvarla.





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