Luego de tres años y medio en Televisa Puebla, este viernes 15 de julio termina mi estancia en uno de los canales regionales más influyentes de la importante televisora de habla hispana.
Desde que era niño, siempre soñé trabajar en televisión, soy un apasionado de los medios de comunicación y cuando llegué a la universidad, el destino me llevó a TV Azteca Puebla, ahí comencé mi formación como periodista a nivel profesional, aunque antes hice mis pininos en el SICOM, donde tuvo la oportunidad de producir y dirigir cuatro programas de radio.
Para TV Azteca trabajé 10 largos años, después colaboré en dos proyectos de Efekto TV, luego regresé a la radio con Don Enrique Montero Ponce, el decano del periodismo en Puebla, a quien le aprendí mucho, entendí que era el momento de aprovechar sus conocimientos y así lo hice, eso me llevo a ocupar, años más tarde, la subdirección de noticias en Puebla TV hasta que terminó mi ciclo para ese organismo del Gobierno de Puebla.
Cuando me informaron que salía de Puebla TV inmediatamente analicé y busqué varias opciones, una de esas fue Televisa Puebla, donde el director de noticias, Arturo Luna Silva, mi recibió con los brazos abiertos, sin embargo, con mi currículum no era suficiente para ocupar una de sus plazas y acudí a Recursos Humanos para que me aplicaran los respectivos exámenes psicométricos, afortunadamente y luego de tres largas semanas me informaron que los había aprobado, ya era parte de la empresa.
Eso se convirtió en otro reto profesional, regresaba a trabajar como reportero de los Noticieros Televisa, hoy N+, así que reflexioné en torno a lo que eso significaba y siempre, hasta mi último día, no solo me puse la camiseta, la sudé y estuve a la altura de las circunstancias, no es porque yo lo diga, sino porque así me lo expresaban mis jefes y compañeros de los que me despido con gran cariño.
Gracias a mis compañeros reporteros: Ana Celia Lara, Maribel Espinoza, Cristóbal Lobato, Genaro Zepeda, Ehécatl Mello y Héctor Rangel, quienes siempre se mostraron dispuestos cuando les solicitaba su apoyo o asesoría; no olvidaré mi primer día de trabajo con Ana, cuando en nuestro afán de buscar la nota nos metimos a una vecindad (picadero) con todo el peligro que eso implicaba.
Gracias a mis carnales, como siempre les dije, los camarógrafos: Luis Antonio Hernández (Maicol), Miguel Ángel Hernández (Orejón), Alejandro Sánchez (Scrapy), Miguel Sánchez (Elvis) y Alfredo Santos (Hitchcock), con quienes siempre llevé una excelente relación, eso nos permitió elaborar valiosas piezas informativas, conocer nuevos lugares y pasar agradables momentos en los trayectos de la talacha diaria o cuando parábamos en diferentes changarros para desayunar o comer, que buenos lugares conocí, gracias a todos incluso por la confianza y revelarme algunos secretos.
También agradezco la paciencia y el compromiso de los editores con quienes siempre mantuve una relación de respeto, pero todos los días estaban abiertos a mis comentarios para armar una nota o reportaje de la mejor manera posible y que esta fuera útil para los televidentes, como olvidar la pieza del Cuexcomate que tantos dolores de cabeza nos dio. Gracias Laurita, Gil, David, Lalo y Edgar, son muy fregones.
De mis amigas las productoras también me despido con mucho cariño y gracias por expresarme sus críticas sanas y enriquecedoras que me sirvieron para mejorar todos los días mi trabajo. Gracias Lili, responsable del noticiario Matutino, gracias Tere, coordinadora del espacio vespertino, con quien logré un buen entendimiento cuando me tocaba conducir y gracias Nataly del espacio informativo nocturno porque siempre me pidió notas para abrir el noticiario, es decir de 8 columnas.
No quiero dejar de agradecer todo el apoyo que siempre me brindaron los ingenieros y los diferentes staff que integran camarógrafos de estudio, iluminadores. maquillistas y los floor manager, Gerry y Nacho, dos excelentes personas o con quienes logré una buena amistad.
Finalmente, les digo que me voy de Televisa Puebla feliz y satisfecho por haber logrado todo lo que me propuse, éxito que no hubiera pasado sin el apoyo y dirección de Arturo Luna, quien dos o tres veces me abrió los ojos sin gritos y solo con la palabra indicada, con la ayuda de mi hermano, Germán Campos que supo diferenciar nuestra amistad con el trabajo y siempre tuvo tiempo para escuchar algunas quejas mías, gracias carnal, y por supuesto sin los consejos de mi querida Lucero Carrera, una mujer sumamente profesional que hoy se ha convertido en parte fundamental para el trabajo de los reporteros. Gracias totales.
En el periodismo, la carrera difícilmente concluye, estamos formados para trabajar todo el día o hasta que el cuerpo aguante, sé que está mal, pero somos masoquistas, así que pronto tendrán excelentes noticias de mí, pero ahora en la radio.
No dejen de escuchar la 95.5 de F.M. Nos leemos pronto.
