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MATEMÁTICAS VS MEMORIA

Por Antonio Abascal

29 agosto, 2022 4:54 pm




Nueve partidos sin ganar, seis empates consecutivos, octavo lugar de la tabla (por diferencia de goles ya que está empatado en catorce puntos con otros tres equipos), pero con cuatro equipos pisándole los talones para ingresar a la zona de recalificacíon, la quinta mejor ofensiva con 17 goles a favor y la novena defensiva con 15 en contra son los datos numéricos del Puebla de la Franja tras once juegos del Apertura 2022. Otros datos numéricos indican que la escuadra camotera dejó escapar ventajas en la jornada tres contra León (1-1) recibiendo el gol del empate en el minuto 78 en táctica fija, en la jornada cuatro contra Cruz Azul la Máquina empató en poco tiempo tras el gol poblano y le dio la vuelta con un gol en táctica fija al 23 y ahí la Franja fue capaz de rescatar el empate, contra Necaxa en la jornada nueve donde los de Aguascalientes igualaron dos veces y el definitivo cayó en táctica fija con un defensa central que literalmente entró caminando para marcar al minuto 82, en la jornada once Juárez volvió a igualar dos veces la primera vez con un gol en táctica fija al minuto 18 y en el partido adelantado de la jornada 16, Toluca igualó con un hombre menos con un gol en táctica fija al minuto 82.

La lista crece con el juego de la jornada diez cuando Atlas también le empató al Puebla al minuto 45 tras un balón perdido en cancha contraria y el viernes pasado Juárez logró la igualada definitiva al minuto 68 tras un balón perdido por los Camoteros en territorio contrario. Las matemáticas se definen como la ciencia formal y exacta que, basada en los principios de la lógica, estudia las propiedades y las relaciones que se establecen entre los entes abstractos. Este concepto de ‘entes abstractos’ incluye a los números, los símbolos y las figuras geométricas, entre otros. De tal forma estamos hablando que el Puebla ha dejado escapar al menos ocho ventajas en algún momento de los partidos, que en sólo dos ocasiones ha podido dejar su arco en cero (jornada dos ante Santos 1-0 y jornada seis contra San Luis 0-0), pero lo más grave es que en esta mala racha ha recibido cinco goles en táctica fija a los que debemos sumar el gol de Medina en Monterrey que significó la única derrota del campeonato ante los Rayados.

Seis goles en táctica fija en los que hay detalles que se repiten y para ello le pongo el ejemplo de los goles en contra de Toluca y Juárez: Pelota a parada a unos 25 metros del arco de Antony Silva, ambos cargadas a la derecha, en el primero el centro fue a primer poste y Mosquera cabeceó entre Aguilar y Mancuello; el viernes contra Juárez, Carlos Fierro ingresó como Pedro por su casa al segundo poste entre De Buen y Ferrareis para igualar de forma momentánea en el marcador; estamos hablando de un problema que no es de este torneo sino que ya se daba en el cierre del anterior y el equipo no ha sido capaz de aprender de esos errores; tras el duelo en Toluca, Nicolás Larcamón dijo que esa jugada era la gota que derramaba el vaso, que tenían mucha “bronca” y que estaba seguro que generaría la reacción de sus jugadores, pero eso no ha sido así y tal parece que en el entorno poblano están comprando los elogios fáciles ya que Jordi Cortizo dijo que habían mejorado en las acciones a balón parado por no recibir gol por esa vía ante Atlas cuando en el desarrollo del juego cada acción de táctica fija rojinegra generaba sensación de peligro.

De los equipos que están más abajo del Puebla al único que le ha podido ganar es al hermano Mazatlán en la fecha uno,  empató con San Luis, Necaxa, Tijuana, Juárez, León y Cruz Azul; le falta enfrentar a los Gallos Blancos del Querétaro y a Pumas, mientras que de la parte alta perdió con Monterrey, empató con Toluca y venció a Santos por lo que en el cierre del campeonato todavía debe enfrentarse a un América a la alza, a un Pachuca en la misma línea, a los Tigres y a las Chivas también en su mejor momento; por ello era de especial importancia vencer a Juárez y el equipo de la Franja no pudo salir de la mala racha.

El problema es más grave de lo que se cree porque la falta de atención en táctica fija ya se viene dando desde el torneo anterior, pero a este equipo le falta lo que los clásicos llamaban manejo de partido y eso se traduce en todas las ventajas perdidas, en los goles que ha recibido por parte de Atlas y de Juárez donde si bien es cierto que se derivan de balones recuperados por el rival en su propio territorio, luego la defensa poblana no ha reaccionado bien: Un pelotazo al que Israel Reyes le hizo confianza terminó en el gol de Julián Quiñones la semana anterior y el viernes pasado hubo un momento que el contragolpe juarense parecía que había perdido un tiempo por un mal control sin que alguien en el mediocampo aprovechara esa duda, la jugada continuó por la banda derecha, vino el centro donde  De Buen rechazó tibiamente y García aprovechó para ponerla en el ángulo. Si hablamos de manejo de partido el Puebla ha recibido goles en los cierres del primer y segundo tiempo, justo los momentos en los que el “librito” recomienda mayor atención. Pero lo peor es que el técnico no está viendo estos temas, ha carecido de autocrítica y su declaración en la rueda de prensa posterior al duelo contra los fronterizos lo revela: Larcamón dijo que su equipo no ganó por Talavera al que habían convertido en figura y aunque el veterano tuvo acciones meritorias como la mano que sacó a un tiro de Mancuello, el timonel argentino se equivoca ya que si su equipo no ganó fue porque al margen de la actuación de Talavera no supo manejar dos ventajas que tuvo en algún momento del duelo.

Foto Agencia Enfoque

Larcamón se ve presionado y sus actitudes en la conferencia de prensa lo delatan; el viernes cayó en lugares comunes: “seguir ajustando, seguir trabajando”, pero al siguiente partido los ajustes no llegan porque los errores se repiten. Por primera vez en el torneo no habló de liguilla directa sino de la reclasificación, apeló a la memoria, a la humildad y a las sensaciones. Pero ya es momento de ser claros, las sensaciones no dan puntos, es decir, al final del torneo Mikel Arriola no llamará al Puebla para decirle que sus partidos fueron muy atractivos, que mereció mejor suerte ante Necaxa, Atlas y Juárez (al menos) y que por lo tanto subirá un lugar en la tabla de posiciones, eso no va a suceder. Por el contrario ya es hora de decir que este Puebla es un equipo incompleto, no por los lesionados, sino porque es incapaz de mantener su nivel, es incompleto porque alterna momentos muy buenos con otros donde desaparece y se generan grandes desatenciones defensivas, este Puebla arrancó el torneo con la idea de crecer y el propio Larcamón comentó que era una de las mejores plantillas que había tenido desde que llegó al equipo de la Franja, pero en la cancha ha sido incapaz de redondear y en gran parte se debe a que el cuerpo técnico se está equivocando en el análisis: Al sólo voltear a la parte ofensiva “tiramos más de veinte veces”, “hicimos figura a Talavera”, no se han terminado de admitir los severos (por repetidos) problemas defensivos del equipo.

Tal parece que sólo se enfoca en la parte ofensiva y ha perdido de vista que su mejor temporada al frente del equipo, la primera donde alcanzó las semifinales, se produjo por un buen quehacer de todos los sectores con una defensa que estuvo entre las menos goleadas del Clausura 2021 con sólo catorce goles recibidos en 17 partidos y seis puertas a cero, como si comprara la estadística inútil que apareció la semana pasada en redes sociales que señalaba que el Puebla era el equipo que menos tiempo había ido perdiendo en todo el torneo, pero hablando de estadísticas inútiles hay otra que no se menciona tanto: En los últimos diecinueve partidos que van desde la fecha diez del Clausura 2022 a los once del Apertura 2022, el Puebla ocuparía los últimos lugares de una hipotética tabla general con diecinueve puntos producto de tres triunfos, diez empates y seis derrotas, empatado con Tijuana y sólo por arriba de León que suma 18, de Querétaro con 16 y de Juárez con 15 ya contando los resultados del pasado fin de semana.

El estratega poblano dice que no escucha los comentarios en los medios o en las redes pero da la impresión de que se ha acostumbrado al elogio fácil de cada rueda de prensa por varios de los que se conectan al ejercicio periodístico y está perdiendo la mesura que lo ha caracterizado y, sobre todo, la capacidad de autocrítica. También es justo mencionar sus méritos: su equipo sigue teniendo identidad, su equipo no escatima esfuerzos, su equipo ha sido capaz de competir a pesar de la ola de lesiones que lo ha aquejado en este torneo, el problema no ha sido la forma en que ha “remendado” el once inicial porque ahí se ha encontrado con buenos trabajos de los canteranos y de Iván Moreno, Jordi Cortizo no ha parado de crecer al igual que Martín Barragán, pero cuando vienen los ajustes de los contrarios y los propios ahí es donde ha bajado el nivel. El viernes pasado fue muy claro que tras la salida de Iván Moreno el equipo vino a la baja porque Amaury Escoto no entró conectado, pero en este caso hablamos de una decisión del técnico que tiene una fe ciega en el ex jugador de Lobos BUAP, una fe que pocas veces ha rendido dividendos pero incluso generó que se cediera a Morelia a un delantero promisorio como Ángel Robles (que está marcando goles) para que el veterano mantuviera su lugar en la Franja.

Visiblemente molesto apeló a la memoria cuando se le preguntó sobre el abucheo del público poblano, pero ya que Larcamón fue quien apeló a la memoria convendría que platicara con Carlos Poblete para que le contara sobre los años donde la afición presionaba fuerte al equipo; la comparación no va en el sentido de lo que eran unas y otras plantillas, tampoco es con el fin de jugar al vidente, la única comparación posible es que la afición de Puebla es exigente y lo ha hecho con muchos técnicos incluyendo a Manolo Lapuente a quien abuchearon tras varios partidos de la temporada 89-90 porque una escuadra muy potente no jugaba tan bonito como la de un año atrás con Pedro García; el hombre de la boina no se quejó, no amenazó con irse, siguió trabajando y cumplió con los objetivos planteados por la directiva que eran ser campeón y Manolo logró los títulos de Copa y Liga. Tal vez hoy los objetivos son otros pero urge que Larcamón se serene, para verdaderamente hacer autocrítica, ser frío en el análisis para encontrar los errores de su equipo, esos donde se puede ajustar como el manejo de partido y la concentración en la táctica fija en contra, en lugar de fijarse en las virtudes del rival como un guardameta inspirado. La situación del Puebla y el cierre de torneo que se avecina requieren de un técnico con la cabeza fría, requieren de una mayor estabilidad emocional de la plantilla empezando por el líder.





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