Sabemos que los políticos, cualquiera, cuando quiere decir si, disfraza sus intenciones con un no.
Dos frases vertidas por el secretario de Gobernación y coordinador de Claudia Sheinbaum Pardo en Puebla o viceversa, Julio Huerta Gómez, lo detallan correctamente.
A preguntas expresas soltó: “No soy ni aspirante ni suspirante” y “No me obsesiona ningún cargo público”.
Cuando esas respuestas salen de inmediato de los discursos de los políticos, en este caso del encargado de la política interna del estado, es que quiere todo.
Por supuesto.
También, llamó la atención el pedir de inmediato frenar el pintado de bardas en apoyo, impulso y solidaridad de los aspirantes a la carrera por la sucesión por la gubernatura del estado.
Digo que acaparó la atención, porque es él, el que mayor número de bardas tiene y que se pintaron de la noche a la mañana.
Si Julio Huerta Gómez tiende a ser competitivo, que abra sus cartas, no que las enseñe un día y las resguarde al otro.
Su comunicación, mejorarla. Sin duda.
Huerta Gómez, se subió al potro de las aspiraciones por el gobierno del estado, que se sostenga pese a los reparos que la política da.
Se caen los pelos nacidos en el lomo de los caballos, cuánto y más los jinetes.
Así es la política.
Tehuacán su operación
Aunque señalara el funcionario estatal que “Ningún cargo público me obsesiona” lo he escrito por cuarta o quinta ocasión, bien podría ir a pelear en el 2024 la presidencia municipal de Tehuacán.
El coordinador de la jefa de la ciudad de México en Puebla, no puede despejar de su mente cualquier cargo de elección popular.
Que no le alcanza para la carrera gubernamental, que juegue su cartas al municipio que amaba su primo.
Creo que ese rumbo va.
Al tiempo
