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Opinión | Siempre hay una más

Por Antonio ABASCAL

7 noviembre, 2023 7:43 am




El Puebla está vivo y con opciones de meterse al play in y hasta la calificación directa (para lo que se necesitan los tres puntos que se pelean ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo y una combinación de resultados), está vivo porque no se dio por vencido el viernes cuando León tomó una ventaja de 1-3 al irse al descanso aprovechando graves descuidos defensivos de la escuadra local como dejar recibir en el área tras un saque de manos, estar mal ubicado en el cobro de una falta a mediocampo y perder un balón en la salida, las acciones que precedieron a los goles de Federico Viñas y Nicolás López.

El partido del viernes pasado será recordado por mucho tiempo por la explosión de emociones que significó, porque el equipo de la Franja fue capaz de resistir golpes muy duros (incluyendo el empate a cuatro de los esmeraldas) para sumar un triunfo que lo deja a las puertas de un play in que parecía muy improbable a lo largo de este Apertura 2023.

Lejos de lo que fue el partido en Toluca donde el Puebla jugó por nota, empezando por la aplicación defensiva, el partido del viernes fue un compendio de errores defensivos ante una escuadra muy potente de mediocampo hacia adelante, pero con severos problemas en la retaguardia; el León de Nicolás Larcamón ya tiene el sello del argentino: Es muy dinámico, tiene muchas variantes ofensivas, es peligroso en la táctica fija a favor, pero tiende a salir de concentración, le falta disciplina, marca muy mal y sufre en la táctica fija en contra.

Por eso el viernes se vivió un partido de locos, que tuvo a los aficionados al borde de la butaca y que ofreció algunos registros históricos que más adelante vamos a comentar, sin olvidar que el pésimo trabajo del árbitro Edgar Morales a quien todo le dictaron por el VAR, donde estaba Eric Yair Miranda, le puso más sazón.

En la previa del partido se decía que el Puebla tenía que repetir el nivel de concentración defensiva para tener opciones ante el León, en la previa había morbo por el regreso de Nicolás Larcamón quien dividió opiniones al ingresar a la cancha del Cuauhtémoc, hubo aplausos para el argentino pero también abucheos por la forma en la que se fue.

En la previa se conocía que el equipo de la Franja tendría que pegar primero, situación que logró a los tres minutos con una jugada donde participaron defensores antes de que Guillermo Martínez la mandara al fondo con un potente remate, tras un tiro de esquina Ferrareis abrió al central Sebastián Olmedo quien estaba por derecha, el paraguayo mandó un buen centro a primer poste que prolongó el otro central, Gastón Silva, peinando el balón para que al segundo poste llegara Guillermo Martínez empalmando el esférico  aunque tras la revisión silenciosa del VAR se decretó que el delantero poblano estaba adelantado, pese a ello era una declaración de intenciones enviando muchos elementos al frente.

Sin embargo el que golpeó primero fue el León al aprovechar la primera desconcentración local, era la primera que se asomaba al arco de Iván Rodríguez, era un saque de manos que ejecutó Osvaldo Rodríguez enviando el balón al área, Olmedo se tapó y Gastón Silva (una vez más) consintió a Nicolás López quien controló y dejó el balón muerto para que Viñas venciera a Iván Rodríguez con un disparo pegado al poste, en una jugada a balón parado cayó el gol esmeralda; el Puebla reaccionó bien, pero la dinámica de León dificultaba que entraran en contacto con el balón Diego de Buen y Pablo González, Daniel Álvarez no estaba cómodo por izquierda y los avances más promisorios para el Puebla se daban por derecha con Kevin Velasco y Gustavo Ferrareis aunque sin causar mucho peligro en la meta de Rodolfo Cota, al diecinueve se dio el gol del empate ya que Olmedo fue al mediocampo a pelear un balón junto con Diego de Buen, Nicolás López se quedó reclamando una falta en la acción mientras De Buen organizó la acción con Martín Barragán quien devolvió a su capitán para que lanzara un gran pase a Guillermo Martínez quien entró entre los centrales guanajuatenses para fusilar por abajo a Cota.

Había mucho partido por desarrollar y la Franja había igualado aunque a partir de ese momento dejó de ser peligroso salvo en una jugada en la que Barragán desplazó a Moreno y cruzó demasiado su disparo ante Cota, mientras que León dejó patente su peligrosidad en otra jugada por izquierda que finalizó López con un riflazo al que respondió muy bien Iván Rodríguez para mandar a tiro de esquina.

Eran momentos donde había muchas reclamaciones por la falta de personalidad del árbitro, parecía que se iba a llegar al descanso con un empate que de nada servía a los dos contendientes, pero en la recta final el Puebla perdió la concentración, León encontró una grieta entre Brayan Angulo y Gastón Silva que aprovechó Ángel Mena para meterse al área y ante la salida de Rodríguez tocar al centro para que Nicolás López devolviera la ventaja a los visitantes.

La desconexión del Puebla se alargó ya que un minuto después, León volvió a atacar la banda izquierda de la defensa local, el poblano Iván Moreno mandó un gran centro para que Federico Viñas rematara con la suela al superar la marca de Sebastián Olmedo y lograr un golazo que parecía dar rumbo al juego; cabe destacar que este tanto de Viñas me recordó a uno de Jorge Campos en aquella semifinal mágica contra Pumas en la 89-90 que se saldó con un empate a cuatro en el Estadio Cuauhtémoc para que en la vuelta la Franja se impusiera 4-2 en CU.

Al Puebla de Carbajal no le servía el empate por lo que necesitaba una gran remontada pero tras el paso por los vestuarios el timonel no modificó a los once sino que cambió la ubicación de Kevin Velasco, a quien mandó a la izquierda, y de Daniel Álvarez al que mandó a la derecha. Larcamón hizo tres cambios de un jalón, dos por las lesiones de Osvaldo Rodríguez y Federico Viñas, pero lo cierto es que como le pasó tantas veces en Puebla, su equipo lo resintió. De inmediato la idea de Carbajal pesó ya que en una jugada que arrancó Pablo González abrió a la derecha, Álvarez mandó un gran centro que Barragán desperdició al rematar desviado cuando el mismo González ya se relamía los bigotes ya que entraba pleno, pero cinco minutos más tarde otra vez Álvarez envió un centro medido que Martínez remató con furia para acercar a la Franja, era lo que buscaba el Puebla para revivir: Un gol tempranero; sin embargo lo que vino después fueron minutos de desorden en la cancha a partir de constantes reclamaciones al árbitro por parte de los esmeraldas, se jugó poco y lo que se llegó a jugar fue una acción peligrosa de los visitantes con Brian Rubio cuyo disparo fue rechazado por Iván Rodríguez en otra acción clave para lo que se viviría más tarde.

Los minutos pasaban, el Puebla quería pero se estrellaba, León ensuciaba el juego con sus constantes reclamaciones, el árbitro era un mar de dudas y cuando los verdes sobrepasaban el mediocampo se sentía peligro, mientras que el Puebla ya había movido ficha con Miguel Sansores en lugar de Martín Barragán que se había producido al minuto 63, más tarde ingresaron Horacio Carabajal por Pablo González y Carlos Baltazar por Kevin Velasco al 74, pero no generaba peligro hasta que Brayan Angulo fue abriendo camino y encontró a Sansores para combinar hasta llegar al área donde el colombiano sacó un disparo al que respondió bien Cota. Al 79, el Puebla aprovechó las dudas de los equipos de Larcamón en la táctica fija ya que Angulo mandó un buen servició que desvió De Buen para empatar el juego ante la algarabía del público poblano, que lanzó a los suyos por el gol de la victoria ante un León sin respuesta.

Cuatro minutos más tarde, Carabajal pesó al filtrar un gran balón a Guillermo Martínez quien no falló en el mano a mano ante Cota para decretar la voltereta poblana y dio paso a unos minutos de felicidad y conexión total entre público y equipo, porque León estaba ofuscado y porque los locales se quedaron cerca del quinto en un gran disparo de Carabajal que dejó parado a Cota y pasó muy cerca del travesaño. Carbajal quiso asegurar y mandó a la cancha a Orona para armar una línea de tres que no cuajó, León quiso regresar de la mano de Omar Fernández y lo consiguió en el minuto noventa cuando el colombiano aprovechó la duda de los tres centrales que no pudieron reaccionar en un intento de jugada de pared, ante la duda de sus defensores Iván Rodríguez salió tarde y Fernández aprovechó para darse un autopase y empujar al fondo para empatar a cuatro. El gol fue un duro golpe para la Franja y para su público, León con más pundonor que otra cosa se lanzó por la victoria y estuvo cerca del triunfo en otra jugada de rebotes donde Ángel Mena pudo empujar el quinto pero falló de forma inexplicable y dio paso al despeje de Angulo, a la carrera llena de fe de Sansores, a la polémica por el jalón del delantero del Puebla al defensor leonés, la jugada siguió y el “yuca” no perdonó para redondear la noche, establecer el 5-4 histórico y para volverle a dar vida a una escuadra que ha trabajado muy bien a partir de la llegada de Ricardo Carbajal a la dirección técnica.

En lo numérico el Puebla de la Franja toca la puerta del play in aunque sigue estando obligado a ganar el juego del próximo domingo en el Azteca ante Cruz Azul, a la espera de la sesión de mañana del Tribunal de Arbitraje Deportivo donde se podría definir el tema de la alineación indebida ante Tijuana, pero el equipo camotero el viernes consiguió mucho más que mantenerse con vida en el Apertura 2023 ya que logró conectarse con su afición, que volvió a gritar el “Puebla, Puebla” con fervor, fue capaz de demostrar que se ha dado un trabajo serio de los jugadores con este cuerpo técnico, que hay un compromiso por parte de los futbolistas y que ya no es sólo la lógica que Carbajal implantó a su llegada. En un juego tan rico en cuanto a las emociones hay muchos detalles importantes: Las dos paradas de Iván Rodríguez, una al “Diente” López y otra a Rubio que mantuvieron al equipo en momentos complicados, el matiz de Carbajal al cambiar de banda a Velasco y Álvarez que permitió que el “Fideo” volviera a pesar, la manera de luchar tras fallar en situaciones de concentración defensiva y levantarse para sumar tres puntos que parecían improbables, sin olvidar que hay otra moraleja en clave del futbol mexicano: El futbolista nacional necesita confianza para explotar, Guillermo Martínez la ha tenido por parte de los cuerpos técnicos de Eduardo Arce y Ricardo Carbajal y ahora vive su mejor momento como profesional porque ha jugado repetidamente.

Larcamón regresó a Puebla para sufrir una dura derrota que le complica el pase a la liguilla, que lo mantiene con alfileres en el play in y que lo deja con muchas dudas por parte de la afición leonesa, su León fue un equipo dinámico, agradable, incluso potente de mediocampo hacia el frente pero que sigue sufriendo en táctica fija, que se desubica con tantos cambios de jalón; genio y figura, el argentino sigue sin ajustar en los problemas que ya había demostrado en el Puebla y ahora corre peligro. En cambio, el equipo de la Franja pudo conectar con su afición, sigue vivo y ha rescatado un torneo que parecía ser muy malo a partir del esfuerzo de los futbolistas y del trabajo del cuerpo técnico. La del viernes fue una noche mágica en el Cuauhtémoc no sólo por la victoria y sus significados numéricos, incluso mucho más de la historia al ser el primer 5-4 en fase regular de liga en el Estadio Cuauhtémoc (hay uno contra Santos en semifinales del Verano 2001) y el primero en 77 años desde 1946 cuando se impuso por ese mismo marcador al España de Isidro Lángara (dato del historiador, Héctor Padilla) en “El Mirador”. Más importante que todo eso es que la Franja regaló a su afición una noche que se recordará y mencionará por muchos años, porque el futbol es emoción y el viernes fue lo que más hubo en el Cuauhtémoc.

La fe de Sansores al ir por la pelota despejada por Angulo, fue la fe de la afición de Puebla, al final un jugador que no estuvo en la era Larcamón dio el detalle final de una noche memorable: Siempre hay una más y fue para el Puebla, un equipo que ha recordado la frase a la hora buena para superar un pésimo inicio, para superar una era con un técnico lleno de ego, para superar la mala planeación de este semestre y hasta las decisiones de la Comisión Disciplinaria. Siempre hay una más y así este Puebla llega con vida a la última jornada, una idea que es parte de la historia de un club que tuvo que renacer de las cenizas de “El Mirador”.





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