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OPINIÓN | A LA DERIVA

Por Antonio ABASCAL

26 febrero, 2024 8:15 pm




Cuando se tiene un presupuesto limitado el mayor reto para cualquier área de inteligencia deportiva es optimizar cada dólar en la conformación del plantel; el modelo de negocio, mismo que se podría cuestionar, no ha cambiado en el Puebla de la Franja, pero sí cambió la dirección deportiva: Hace dos semanas explicamos que Jorge González llegó a la dirección deportiva en 2021 desde entonces se han ido: Antony Silva, Israel Reyes, George Corral, Juan Pablo Segovia, Emanuel Gularte, Maxi Araújo, Pablo Parra, Guillermo Martínez, Lucas Maia, Jordi Cortizo, Kevin Ramírez, Fernando Aristeguieta y Raúl Castillo, sin olvidar al canterano Emilio Martínez quien fue vendido al Necaxa, donde cada vez se ve mejor, y se prestó al juvenil delantero Samuel González al Cancún. En cambio han llegado Fernando Arce, Carlos Baltazar, Facundo Waller, se dieron los regresos de Daniel Álvarez, Omar Fernández y Pablo González, así como los de Lucas Cavallini y Santiago Ormeño para esta temporada; se sumaron como refuerzos Luis Arcadio García, Kevin Velasco, Horacio Gabriel Carabajal, Lucas de los Santos, Sebastián Olmedo, Gastón Silva, Fernando Navarro, Miguel Sansores y Federico Mancuello.

Es decir, la calidad de los que se han ido no ha podido ser subsanada por los que se han sumado al Puebla a pesar de Pablo González ha sido importante, Mancuello fue clave pero ya se fue, mientras que Olmedo y Velasco han tenido destellos, Waller es un buen jugador pero que vive lesionado por lo que su aportación ha sido mínima, de tal forma, el trabajo de Jorge González como director deportivo ha sido muy malo y para una institución concentrada en el modelo de negocio llama la atención la paciencia que ha tenido con él, porque está dilapidando el presupuesto en apuestas fallidas y complicando la posibilidad de vender bien a alguno que destaque.

Hoy el Puebla de la Franja languidece en el penúltimo lugar de la tabla, con seis derrotas a cuestas, con la peor defensiva del campeonato (diecinueve goles en contra en ocho juegos, es decir 2.37 goles por encuentro), se ha quedado sin técnico tras la triste actuación del viernes pasado cuando fue superado por los Gallos Blancos del Querétaro, otra vez con un Ricardo Carbajal buscando soluciones y descomponiendo lo que había servido el torneo pasado: Velasco por izquierda rompiendo la sociedad con Ferrareis, Angulo en todas partes y en ninguna (tal y como sucedió en los últimos partidos de Eduardo Arce), la franja fue un equipo desordenado que mejoró un poco tras el paso por los vestuarios con el ingreso de Ángel Robles por Lucas Cavallini para darle movilidad a la delantera pero que el propio timonel rompió al recibir el gol en contra luego del desvío de Olmedo y sus nuevas modificaciones sólo ampliaron la confusión del equipo, al tiempo de señalar a líderes del vestuario como Diego de Buen quien fue sustituido tras otro partido por debajo de su nivel.

El sábado la directiva anunció la destitución de Ricardo Carbajal para nombrar como director técnico interino al venezolano, Fernando Aristeguieta quien tiene al Puebla sub 23 en la sexta posición con cuatro triunfos, dos empates y dos descalabros, once goles a favor y nueve en contra para ubicarse en línea de calificación. Sin embargo, cabe recordar que el “Vikingo” tomó el cargo apenas en diciembre por lo que sólo lleva dos meses de experiencia, mientras se habla de Federico Vilar como el principal candidato para tomar al equipo.

Seis meses más tarde el Puebla de la Franja está en la misma situación: Sin técnico, hundido en los últimos lugares de la tabla, con el estratega de la sub 23 nombrado como interino. Hace seis meses la búsqueda del timonel, otra responsabilidad de la dirección deportiva, fue caótica se habló con Gerardo Espinosa quien trabajaba en la Federación Mexicana de Futbol al frente de la sub 23, se le convenció pero cuando se iba a presentar un comentarista en la ciudad de México tuvo que recordar el reglamento ya que no podía llegar directamente, por lo que el fichaje se frustró y dejó en claro que en el Puebla no conocían los estatutos, luego se habló con Eduardo Fentanes y sólo ante los buenos resultados del interino Carbajal se decidió a dejarlo lo que restaba del torneo. La calma, la lógica de Ricardo Carbajal le dieron estabilidad momentánea al equipo de la Franja y lo llevaron más lejos de lo esperado, pero ahora que los malos resultados sumieron en la desesperación al timonel se decidió jalar la guillotina aunque esto demuestra la ausencia de proyecto deportivo.

Ricardo Carbajal se ha ido pagando las consecuencias de haber concertado con los jugadores el regreso para la pretemporada tras clasificar a la liguilla ya que los futbolistas pidieron más vacaciones. La pretemporada inició el 28 de diciembre y hasta la fecha el equipo de la Franja no alcanza su mejor nivel físico, con varios partidos en los que ha mostrado un declive pronunciado de rendimiento en el segundo lapso, mientras que los dos delanteros adquiridos en el “mercado de la nostalgia” que necesitaban tomar ritmo siguen sin lograrlo, ambos se notan pesados y fuera de forma. Carbajal se va por sus decisiones en los últimos partidos donde al buscar soluciones acabó con los cimientos que había edificado en los meses anteriores y terminó como su antecesor, Eduardo Arce, tratando que Angulo tuviera mucha injerencia en el juego lo que acabó de desordenar al equipo.

Sin embargo, los problemas del equipo camotero no desaparecerán, tal vez en el mejor de los casos sean maquillados como sucedió con el propio Carabajal, porque la realidad es que poco a poco, calladamente, la calidad de la plantilla ha ido en retroceso gracias a las decisiones de la dirección deportiva. Hoy la Franja cuenta con un central uruguayo no es bueno para cabecear, ni para la marca uno a uno, no gana duelos individuales, no se hace sentir en la marca –como todo buen uruguayo- y hasta se voltea en jugadas como las del segundo gol del Querétaro, tiene a un juvenil uruguayo  que casi no juega y cuando lo hizo se equivocó groseramente ante Pumas, tiene a un argentino de buena técnica pero incapaz de sostener el ritmo de los partidos por lo que estos dos últimos han vivido más tiempo en la banca que en el terreno de juego desde que llegaron a México. La última gran idea fue la llegada de un joven brasileño para la sub-23 registrado en el primer equipo, pero ni siquiera ha debutado en esa escuadra con límite de edad. Es decir, varios de los extranjeros del Puebla no tienen peso en la plantilla, mientras que otros como Ferrareis, Olmedo y Velasco son muy irregulares, los dos últimos forman parte de las contrataciones realizadas por la actual dirección deportiva del equipo camotero, de tal forma el único extranjero que está rindiendo es Brayan Angulo, al tiempo que la cantera se ha olvidado a pesar de que hay algunos elementos interesantes que no han podido crecer por la falta de continuidad.

Ángel Robles es un ejemplo de ello, campeón goleador de la sub-20, Larcamón le dio algunas oportunidades pero siempre en otra posición, Eduardo Arce acentuó el cambio, una lesión lo frenó en el momento de la llegada de Carbajal y cuando regresó lo puso en la banda derecha. El único momento en que Robles se acercó a su puesto original, sí por derecha pero haciendo diagonales hacia el centro para aprovechar su buena pegada fue hace un año ante los Pumas en CU en una victoria poblana por 3-2 con dos goles del canterano, es decir, cuando estuvo cerca de su posición original hubo dividendos. El viernes pasado ante Querétaro, Robles ingresó al iniciar el segundo tiempo en lugar de un Lucas Cavallini, lento, lejos de su forma física y sin confianza (en el primer tiempo tuvo una en la que limpió la zona y no se atrevió a disparar por lo que cedió el balón a un compañero), por lo que Carbajal lo puso en su posición; la movilidad de Robles empezaba a mostrar que podía ser una vía de acceso cuando Escamilla sacó un disparo que pegó en Olmedo y le desvió la trayectoria a Iván Rodríguez quien ya no pudo regresar para el primer gol visitante, el problema fue que en lugar de insistir en esa idea de juego con Robles en punta, Carbajal hizo más cambios sacando a De Buen por Carabajal, a Navarro por Luis Arcadio García y más tarde a Velasco para dar paso a Ormeño, con ello, mandó a la izquierda a Robles, donde se perdió, para volver a colocar a dos centros delanteros sin confianza como Sansores y Ormeño.

La falta de liderazgo en la cancha es evidente, nadie grita, algunos sólo recriminan al eslabón más débil pero nadie toma responsabilidad, lo mismo sucede fuera de la cancha con un director deportivo que trabaja en las sombras, que no aparece en los medios para explicar sus decisiones, que sigue trayendo gente del Atlas como el español Albert Espigares para las fuerzas básicas a pesar de que con los Rojinegros su trabajo desesperó a varios, pero sobre todo cuyas apuestas en la cancha han hundido al Puebla. Esa falta de liderazgo también se hizo evidente cuando los jugadores tuvieron la última palabra sobre la fecha del regreso para la pretemporada, sin olvidar que varios jugadores que se han ido de la Franja como Gularte, Maia o Silva no recibieron un trato adecuado al dejar la institución.

Esa dirección deportiva a cargo de Jorge González nuevamente encabeza la búsqueda del nuevo director técnico, como ya se recordaba la de hace unos seis meses fue caótica y se encontró con el buen trabajo del interino para salvar la papeleta, pero no fue porque hubiera un proyecto que lo sostuviera, por eso a la primera crisis Carbajal tuvo que hacer las maletas. La primera decisión fue colocar como interino a un hombre con dos meses de experiencia en los banquillos, y el que suena más fuerte para tomar la dirección técnica es un hombre con pasado en el futbol mexicano, un buen guardameta, figura del Atlante, también para jugó para Morelia, Atlas y Xolos, pero como estratega Federico Vilar suma veinte victorias, quince empates y 31 derrotas en 69 juegos dirigidos con Cancún FC (de la liga expansión), La Calera en Chile y Arsenal de Sarandí en Argentina, es decir tiene un porcentaje de 36.24% de productividad,  sin dejar pasar que sus últimos trabajos sólo han durado cinco meses: Mayo-octubre de 2022 en La Calera y mayo-septiembre de 2023 en el Arsenal de Sarandí.

Son muchas piedritas las que han ido llenando el saco y parece que ya reventó, el modelo de negocio funcionó tan bien que todavía pudo sostenerse a pesar de las malas contrataciones, por ello el dato de seis de las últimas siete liguillas, y de las siete fases finales consecutivas, pero la realidad es que la plantilla carece de la calidad necesaria para ser protagonista y ahora se le ha sumado la mala planeación del torneo, la baja de juego de algunos que habían sido claves como Diego de Buen. Parece que el propio Puebla lleva cerca de tres años boicoteando lo que la propia directiva había construido al tomar las riendas y eso es lo llamativo o lo que abre la posibilidad de hacer varias preguntas: ¿Por qué algunos juegan siempre a pesar de cometer errores en cada partido? ¿Por qué algunos otros futbolistas como Horacio Carabajal han gozado de minutos a pesar de que es evidente que, pese a su buena técnica, no puede con el ritmo del futbol mexicano? Y la más importante ¿cómo una empresa que se ha caracterizado por defender su modelo de negocio no se da cuenta que cada vez es más difícil colocar jugadores en otros equipos porque ya la materia prima de calidad escasea, o dicho de otra manera por qué no ha pedido cuentas del declive del modelo de negocio? La dirección deportiva del Puebla ha sido incapaz de mantener una línea ascendente de buenos resultados y tampoco ha potenciado el modelo de negocio que es lo que importa en el Ajusco.

Hace unos meses el buen trabajo de Ricardo Carbajal maquilló la crisis del Puebla, pero la realidad es que la erosión causada por las salidas de jugadores importantes que no ha podido ser llenada por los que han llegado (lo que sí sucedió hasta 2021) tiene al Puebla como penúltimo lugar de la tabla, con apenas un triunfo y como la defensa más goleada del certamen (otro error no buscar un central de garantías). Si lo deportivo no interesa, en el Ajusco deberán entender que el modelo de negocio también está a la deriva y puede colapsar de la misma manera que ya lo hizo el equipo en la cancha.

 





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