El próximo 7 de mayo se iniciará el cónclave más internacional en la historia del Vaticano para elegir al sucesor del Papa Francisco. Este evento marca un hito por su diversidad geopolítica, reflejando la transformación global de la Iglesia impulsada por Francisco.
Con 134 cardenales electores, el cónclave representa un mapa cardenalicio más diverso, con una notable presencia de América, Asia y África.
El Papa Francisco ha modificado significativamente la distribución de cardenales, reduciendo el eurocentrismo y aumentando la representación de regiones en crecimiento.
Países como Haití, Argelia y Mongolia tendrán representación por primera vez.
El proceso está regido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, requiriendo al menos dos tercios de los votos para elegir al nuevo Papa.
La elección podría ser compleja, pero simboliza un paso hacia un liderazgo más inclusivo. Entre los candidatos destacados figura el cardenal Pierbattista Pizzaballa, conocido por su gesto humanitario en Gaza.
Este cónclave no solo busca un líder espiritual, sino alguien capaz de enfrentar los desafíos contemporáneos de la Iglesia. La elección será un momento de profundo discernimiento espiritual, más allá de consideraciones políticas.
