Creo que todos estamos conscientes que en este momento político que vive Puebla se aplica a la perfección lo que conocemos como la fábula de los cangrejos mexicanos, pero no está de más recordarla. Ahí va:
En un popular mercado, ubicado muy cerca de la playa, un pescador ofrecía sus productos en dos cubetas. Cierto día un turista le pregunta qué vende y el pescador le responde: “cangrejos”.
Sin embargo al turista le pareció raro que una cubeta estuviera tapada con una tabla y un ladrillo encima, mientras la otra estaba descubierta.
“¿Y qué hay en la cubeta tapada?”, preguntó el turista: “Cangrejos también”, responde el pescador. “¿Y por qué si en las dos cubetas hay cangrejos, una está descubierta y la otra destapada?”, insiste el turista.
“Es que en la cubeta tapada hay cangrejos japoneses y gringos y en la descubierta tengo a los cangrejos mexicanos”, dice el pescador. Entonces el turista, ya intrigado al máximo, pide una explicación más clara. “¿Cuál es la diferencia entre unos y otros”, quiere saber el preguntó?
“Pues la diferencia no es mucha, incluso casi nada. Mire: los cangrejos japoneses, los gringos y los mexicanos tienen la misma carnita, son inteligentes por igual, incluso los mexicanos son más abusados; el sabor no es muy distinto y al momento de probarlos casi ni se nota cuál es cuál. La única diferencia, casi imperceptible, es la forma de subir…”
“¿De subir?”, dice el turista ya totalmente sacado de sus casillas. “Si –responde el pescador- deje explicarme: Cuando los cangrejos japoneses quieren escaparse, el de a mero abajo se va subiendo entre los demás, mientras el resto lo apoya, formando una especie de escalones para que suba lo más rápido posible. Estando arriba, los demás lo empujan para que pueda escaparse”.
Sigue el pescador: “Cuando a los cangrejos japoneses se les pone difícil subir, entran en acción los cangrejos gringos y es cuando no solamente le pongo una tabla a la cubeta, sino un ladrillo encima porque los canijos cangrejos gringos se ponen muy locos”.
Ya sin habla, el turista exige: “¿Y luego?” Sigue relatando el pescador: “Cuando uno de los cangrejos gringos se escapa, desde afuera de la cubeta extiende sus tenazas para jalar a los otros cangrejos, no importa si son japoneses o gringos. Hacen una especie de alianza, porque saben que entre todos se escaparán más rápido. Como todos ayudan a subir, la forma de ascender es mucho más efectiva”.
“Muy bien, pero ¿y la cubeta donde están los cangrejos mexicanos por qué está destapada?”, inquiere el turista y se asombra con la respuesta:
“Pues porque cuando un cangrejo mexicano quiere escaparse, en cuanto empieza a subir, los de abajo lo jalan y no dejan que se vaya. Así es que esa cubeta no necesita tapadera. Los cangrejos mexicanos no pueden subir porque no se ayudan entre sí”.
¿Moraleja? Ustedes ya saben cuál es la moraleja. Es una fábula tan, pero tan vieja, que estamos cansados de oírla cada rato y por cualquier cosa.
Lamentablemente es una dolorosa verdad que vivimos en todos lados, en nuestras oficinas, públicas o privadas, en la política muy oportuna esta fábula en estos momentos y en toda actividad que participamos.
Este estado de Puebla es noble, es una ciudadanía que siempre tiende la mano en momentos difíciles, basta recordar los temblores y demás calamidades, porque sabemos que donde nos necesiten ahí estaremos. No importa si somos ricos o pobres, policías, bomberos, empleados públicos o privados, empresarios y ciudadanía en general.
En cada acto de solidaridad están presentes los sentimientos de cada Poblano, nunca se vencen o se dejan intimidar o convencer con espejitos, el escenario político está con una turbulencia enorme. Entre los candidatos se destaca uno que se ha olvidado de todo lo que la Política tiene como norma que es el bien común como destino final y solo en su pensamiento pues así lo demuestra está el interés personal, la incongruencia se está apoderando de este personaje.
Este tipo de peleas de carácter político aunque ustedes no lo piensen, repercute en la Seguridad todos los actores de la ciudadanía están expectantes y entre ellos los delincuentes.
Cuando se ven estos actos de ambición y traiciones la delincuencia ustedes no creen, que digan mira si así están los que nos gobiernan pues tenemos campo abierto. La inestabilidad política tiene como consecuencia un impacto en la Seguridad, en la economía, en el desarrollo y en toda actividad productiva de nuestro Estado, considero entonces que el seguir con estos desmanes disque de política mejor llamados politiquería afectan nuestro convivir diario.
Fue bastante lo que experimentamos en las pasadas elecciones, si hay que hacer política pero política de altura con propuestas viables, con acciones que sean medibles a los ojos del ciudadano, no más descalificaciones y pleitos de barrio de valientes, el político no se enoja ni se enfrasca en obtener su fin contra todo, pasando por encima de quien se ponga eso lo conocemos como oportunismo no lo crees amable lector.
Cada funcionario en este momento, más que nunca debe estar concentrado en su función, primordialmente en el campo que me ocupa que es la Seguridad ahí es un factor de control y de gobernabilidad para que precisamente todos podamos en su momento ejercer nuestro derecho de elegir a nuestro próximo gobernador, quien tendrá los destinos del Estado en sus manos para ese desarrollo que coloque a Puebla en los primeros lugares de la Nación como ejemplo que en tiempos pasados lo fue.
“La mentira más común es aquella con las que las personas se engañan a sí mismas.”
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