La Grilla

Columna | NI COMO AYUDARLES

Héctor Manuel Pérez Cuéllar

16 septiembre, 2019 7:28 pm




El 29 de Octubre del 2018; publiqué mi columna Reflexiones, hago mención de haber entregado un proyecto de Seguridad a la Presidente actual del Municipio de Puebla Capital, ha pasado casi un año y su flamante Secretaria de Seguridad Pública, declaró el jueves 12 del presente mes y año, que ha dividido el municipio en 3 Regiones, 9 Sectores y 271 “Vectores”, las cuales contarán con una patrulla y dos elementos permanentes.

Me causa extrañeza; emplear el vocablo Vector, en temas de Seguridad, si lo emplean por una función matemática se quebraron mucho la cabeza; y déjenme explicarles que no es otra cosa que la Vigilancia por Cuadrantes, que cito en mi columna antes mencionada y que a continuación reproduzco, con la finalidad de que tu amable lector, tengas la visión de que los plagios disimulados existen, me halaga su publicación de lo que harán de una forma tardía, pues tenían el proyecto desde el principio, lastima su falta de profesionalismo para reconocer el trabajo de otros.

Sin más aquí te reproduzco mi columna;

ANGELES Y DEMONIOS DE LA SEGURIDAD.

REFLEXIONES

Como lo mencione en la entrevista que me realizaron hice entrega de un proyecto a nuestra Presidenta Municipal de Puebla Capital en el cual se hizo un análisis de la Seguridad Pública con la visión de un cambio profundo que incluye una Reingeniería en todos sus aspectos de acción. Pero hablar de ello es fácil aquí les dejo un bosquejo general de que contiene para su éxito.

Mucho se habla del incremento de la delincuencia, que genera preocupación e inseguridad en la población como del mal funcionamiento de la Policía, que conlleva a su alto cuestionamiento. Lo más llamativo de todo esto, es reconocer en algunos discursos oficiales, el reciente descubrimiento de que la problemática de la seguridad y la cuestión policial, hayan adquirido tintes de tal magnitud, que se convirtieran en asuntos de Estado.

Esto verdaderamente nos alarma, pues para los profesionales de la seguridad, tanto ésta en lo general como la corporación policial en particular, siempre fueron inequívocamente asuntos de Estado y sistemáticamente, fueron desoídas todas sus advertencias sobre un pronóstico oscuro y la necesidad y urgencia de promover un cambio en el sistema para no llegar justamente, a la realidad que estamos viviendo.

Pese a nuestra afirmación y determinación, no cuento con una fórmula mágica, aplicable para cualquier caso y que además tenga el éxito asegurado. Tampoco, propongo modelos, pues entendiendo y pretendo que ello debe ser una construcción nueva y original, consecuente con la historia, la vida cultural, social y económica de cada Estado y por supuesto Municipio; entonces, a continuación ofrezco una serie de consideraciones, orientaciones y recomendaciones para observar ante una situación de cambio policial que fueron incluidos en el Proyecto entregado

Se:

  • Tomará razón de la realidad policial y generar su profunda reversión.
  • Rescatará el espíritu de la Sociedad en materia policial y de seguridad en términos de Ley. (Cultura de la Legalidad)
  • Fortalecerán sus relaciones con la Comunidad. (Seguridad por Cuadrantes)
  • Cambiará el accionar y la metodología. Operatividad con cientificidad y tecnología. (Seguridad por Cuadrantes)
  • Establecerán las bases necesarias para una transformación cultural de la Policía hacia la protección de los derechos humanos. (Carrera policial)
  • Definirá una racional estructura organizativa y funcional de la policía.
  • Instituirán mecanismos de control de gestión y evaluación de la labor policial.
  • Asignará y distribuirá adecuadamente el presupuesto para el correcto desempeño de la Policía y el bienestar de sus integrantes.

Los temas tratados, me permitieron tomar razón de la realidad policial, que si bien se nos presenta como una problemática emergente, es en verdad centenaria aunque urgentemente, hay que revertirla. Esta reversión, hacia un nuevo modelo policial no hegemónico y a la vez sustentable para un Estado de Derecho, no es imposible pero sí costosa, sobre todo en lo cultural y espiritual más que materialmente, a la vez que debe apoyarse necesariamente sobre una firme voluntad de realización por parte de todos los actores sociopolíticos, y donde el Estado cumple un rol fundamental, pues implica la destrucción de ese Modelo Policial Hegemónico, que convenientemente creará y se sostuviera en América latina, a través de sus sucesivos gobiernos.

Para ello, se sugiere un proceso de reforma con la Policía y con los policías, y desde ningún aspecto, sin o contra ella y sus integrantes; que estará orientado a esa destrucción pero ejecutado muy cuidadosamente y mediante una estrategia de sustitución simultánea que evite los efectos perjudiciales y desalentadores, producidos a causa de los vacíos sistémicos.

Toda reforma, además de contar con un importante cuerpo axiológico del cual se emanan sus políticas; se sustenta sobre una serie de pilares o ejes principales a cuyo alrededor, giran las estrategias y tácticas que se pondrían en marcha.

En este sentido, y reconociendo a todos los trabajadores como los actores fundamentales, y el potencial más valioso de cualquier empresa o corporación; el eje director de cualquier reforma policial que se denomine como tal; tendrá entonces como protagonistas y sin lugar a dudas, a los funcionarios policiales encargados de hacer cumplir la ley como sus condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, en el concepto más amplio posible: selección, formación, salario, salud y bienestar, capacitación y actualización, seguimiento del desenvolvimiento profesional como todo otro aspecto que haga a la defensa de sus derechos en complementación con su servicio comunitario. Con relación al cuerpo axiológico que guiará a la empresa, determinándole su futuro perfil institucional, comprenderá y fijará claramente que el propósito fundamental del trabajo policial, es la prevención del delito y la protección de la vida comunitaria.

Para ello, ejecutará un accionar sistemático, ínter-colegiado y multi-sectorial, a la vez que orientado hacia los niveles pertinentes de la prevención, ya sea en la eliminación de oportunidades como en la observación y reconocimiento de las causas culturales, sociales y

económicas determinantes para la producción delictual, en coordinación con todos los organismos oficiales y privados comprometidos en la modificación del panorama social y aún más, con una respuesta profesional que permita indicar la oportunidad y grado de responsabilidad que éstos deban asumir.

Entonces, la Policía es un agente de control social de contacto y referencial, en lo externo y en el ámbito colectivo, importante y necesario, cuyas incumbencias van más allá de la preservación del orden público, la seguridad pública y la investigación de hechos delictivos, sino también, la determinación de sus causas generadoras, colaborando para mejorar la calidad de vida de la comunidad, virtud a una coordinación con todos los actores sociales. (Seguridad por Cuadrantes)

Esta coordinación se logrará a través del planeamiento policial que le permite un trabajo eficaz y eficiente ante los requerimientos de seguridad, asegurándole la correcta asignación y desempeño de sus funcionarios en tareas que le son específicas, a la vez que el buen uso de los recursos y de una adecuada estructura organizativa y funcional. De esta manera, se estaría ratificando lo dicho sobre la plena y necesaria consideración de sus funcionarios y sus condiciones generales de labor como de los sistemas y medios logísticos y financieros disponibles para que éstos, puedan cumplir con el mandado de la comunidad, expresado en términos de Ley

Se debe comenzar entonces con la producción de un diagnóstico de la realidad policial, imprescindible y pretendiendo definir un universo compuesto por todas las variables ordenadas conforme sus características y efectos (identificando particularmente las negativas) y agrupadas en: independientes, interdependientes y dependientes, permitiéndome a partir de allí, producir un plan integral que establezca objetivos generales y operacionales como las políticas, estrategias y tácticas, necesarias para la puesta en marcha de una reforma policial sustentable

Al decir diagnóstico, me estoy refiriendo a la fase del proceso planificador donde se lleva a cabo la observación, selección y análisis de los signos (lo que se ve; lo objetivo) y los síntomas (lo que se siente; lo subjetivo) de la realidad a tratar. Esto hace necesario determinar una situación que será analizada integralmente para responder a preguntas tales como: ¿Dónde se está? ¿Cómo se está? ¿Qué se tiene? ¿Dónde se quiere ir? ¿Qué se necesita? y ¿Cómo se hace para llegar a la meta?

En este contexto, está comprendida la realidad criminológica territorial donde la Policía lleva a cabo su misión; por ello, contará con los necesarios estudios de victimización y tendencias delictivas con la correspondiente cartografía delictual y los informes científicos sobre la delincuencia; conciliando para un futuro modelo prevencional, el tradicional esquema de eliminación de oportunidades con aquél que promueva el trabajo sobre las causas generadoras del delito.

Efectivamente, esto quiere decir que la policía debe comenzar a trabajar sobre una prevención basada en políticas que hacen al desarrollo social y con el conjunto de los operadores del sistema porque de no suceder así y continuar como hasta ahora, las comunidades en general y la policía en particular, fracasarán en su lucha contra la delincuencia común y organizada.

Ahí está; no hay desperdicio.

“Cuando oigas a un hombre hablar de su amor por la patria, es signo de que espera que le paguen por eso”.

Tus comentarios: hepercu@hotmail.com





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