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Opinión | SABER SUFRIR (Club Puebla)

Por Antonio ABASCAL

7 febrero, 2022 12:42 pm




Tres triunfos consecutivos en los cuales sólo se ha recibido un gol en contra mantienen al Puebla de la Franja en el liderato del Clausura 2022 con un Nicolás Larcamón que va recuperando efectivos como el capitán Javier Salas quien ya superó la lesión que sufrió en el cierre de la pretemporada y ayer salió a la banca sin que fuera necesario apresurar su regreso o Daniel Aguilar quien ya entrena con el grupo tras su fractura del ligamento cruzado en la fecha uno del torneo pasado, aunque en su caso habrá que ir paso a paso para no forzar el regreso a las canchas, por lo que ahora el timonel argentino cuenta con equipo completo para realizar los matices que imprime en relación a las características del rival en turno.

El marcador de 0-2 en Querétaro a favor del Puebla pudo parecer de rutina tras un gol en el minuto uno por parte de Lucas Maia y otro de Juan Pablo Segovia al 31 quien aprovechó un gran servicio de Federico Mancuello para marcar el que parecía era el tanto de la tranquilidad, pero los Gallos Blancos vendieron cara la derrota y en el segundo lapso encerraron a los Camoteros en su área, fueron más intensos en la recuperación de la pelota, Mancuello ya no tuvo el balón para repartir y los locales empezaron a crear peligro en la meta poblana obligando a Antony Silva a dos grandes atajadas, una abajo tras un remate de cabeza en un centro tras una falta desde la banda y otra cuando Sepúlveda cabeceó solo en el centro y cuando ya se cantaba el gol que acercaba, el guardameta paraguayo apareció para sacarla del ángulo y mantener la ventaja poblana.

Nicolás Larcamón movió su banca y aunque Kevin Ramírez no apareció cuando ingresó en lugar de Jordi Cortizo, ahora sí ante la intensidad del Querétaro prefirió cuidar a los hombres que tenían amonestación como Ferrareis y Segovia, poco a poco fue enfriando a los Gallos a tal grado que en los minutos finales gozó de varias oportunidades para acrecentar el marcador pero Toño Rodríguez en alguna ocasión y en otras disparos apenas desviados de Aristeguieta y Parra evitaron que el marcador se moviera, pero también hay que destacar que los cambios le dieron aire a la Franja ya que el venezolano y el chileno entraron bien y se volvieron a conectar con Mancuello que incluso también estuvo cerca de estrenarse como goleador con un  disparo desde fuera del área que resolvió bien Rodríguez.

Por eso al finalizar el partido, Larcamón destacó el juego de Gallos Blancos al que calificó de digno y como un equipo que ha hecho mejor las cosas de lo que dicen sus dos puntos en el torneo, pero también resaltó otra cualidad de su Puebla: Saber sufrir cuando no está cómodo por la presión del rival. El Puebla dio un buen primer tiempo en “La Corregidora”, muy cercano al nivel mostrado en los duelos anteriores, Jordi Cortizo hizo una gran jugada que permitió la llegada de Ferrareis al área pero su disparo fue desviado por Rodríguez y en el rebote Lucas Maia aprovechó para abrir el marcador de forma tempranera y aunque Querétaro desde ese primer lapso ya obligó a Silva a responder, en general el Puebla dominó los tiempos gracias a la inteligencia de Mancuello quien en sus primeros partidos con la Franja está demostrando su capacidad, por lo que de mantener esa tendencia puede ser el jugador que eleve las prestaciones del equipo porque agrega pausa a la intensidad carcaterística. El segundo gol, obra de Segovia, parecía dar tranquilidad pero los cambios de Leonardo Ramos le dieron vida a su equipo ya que Godínez ingresó con mucha hambre y empezó a conectar con Jefferson Montero que metió en problemas a Ferrareis y cuando el brasileño salió a George Corral que regresó a la lateral derecha, mientras que en la otra banda Sequeira también fue peligroso.

Desde hace unas semanas en estos espacios hemos destacado las cualidades de este Puebla: Ya hablamos de la identidad y de la madurez del estilo de Larcamón, la semana pasada hablamos de los matices a la obra que se han generado a partir de la llegada de Mancuello y Cortizo, y ahora de acuerdo con el propio timonel argentino debemos destacar el saber sufrir, el mantenerse firme ante la presión del rival, lo que habla una vez más, de que ese segundo tiempo en Querétaro se debió más a los méritos del rival que a una dejadez o a un exceso de confianza poblano. De tal forma, el Puebla ya es un equipo con más empaque que el de campañas pasadas porque mantiene la identidad (esa a la que Larcamón llama identidad Puebla), muestra una madurez tanto de los jugadores como del técnico, las incorporaciones ya mencionadas ofrecen matices a la obra y dentro de la madurez ya comentada habría que  agregar este saber sufrir lo que nos lleva a otro aspecto muy importante.

Silva respondió cuando fue requerido, Reyes no fue titular pero ingresó en un momento candente del juego y ayudó a que Montero ya no fuera peligroso, Ferrareis se ha consolidado como titular, al igual que Corral en sus nuevas posiciones desde la campaña pasada, Segovia no jugó ante Tijuana por decisión táctica, pero reapareció en Querétaro e hizo un juego sólido, Gularte se ha consolidado en la defensa, Maia aporta siempre que le dan minutos, de Buen ha aprovechado y ha dado buenos juegos en la central, ya hemos destacado a Mancuello, Araújo genera sensaciones de peligro en los rivales, pero luego están los Parra, los Aristeguieta (quien se nota más confiado), los juveniles como Ivo Vázquez, por mencionar a algunos lo que nos lleva a subrayar que otro de los logros de Larcamón al llevar a este grupo es que juegue quien juegue o tenga que ingresar algunos minutos responde. Desde su llegada el argentino ha destacado el valor del equipo por encima de cualquier atributo o individualidad y este primer mes de actividad en el Clausura 2022 su Puebla lo ha dejado patente: Es un equipo donde un día destaca uno y al siguiente destacan otros, pero en el que hay espacio para todos.

Identidad, madurez, matices, saber sufrir y equipo por encima de las individualidades son los ingredientes claves de este Puebla que ahora afrontará una de las partes más duras de su calendario: Es cierto que tendrá dos juegos consecutivos en casa, pero son dos buenas pruebas ya que este viernes se recibirá al campeón Atlas que llega con los mismos puntos que el Puebla, aunque menor diferencia de goles, sin embargo al igual que la Franja es una escuadra que domina su estilo de juego, que ahora tiene una gran confianza tras acabar con la maldición por lo que debe ser un juego cerrado como han sido los duelos entre Diego Cocca y Larcamón, tras la visita del campeón seguirá la del decepcionante Monterrey que viene de fracasar en el mundial de clubes pero que cuenta con una plantilla de jugadores que en cualquier momento puede reaccionar; en la fecha siete el cuadro poblano viajará a Guadalajara para medirse a las Chivas que ofrecen mejores sensaciones para regresar a casa y medirse a los Bravos de Juárez que con Ferreti empiezan a ser más competitivos y efectivos en su sistema para luego viajar a la capital de la República para medirse al Cruz Azul que también está en la parte alta, es decir, el que viene es un mes muy duro que servirá para medir con mayor exactitud el crecimiento de esta versión camotera.

El triunfo en Querétaro significa también otra muestra más de la fortaleza mental de este grupo ya que tras alcanzar el liderato general (que sigue siendo anecdótico), con los elogios de la prensa nacional no sólo a Larcamón sino a los jugadores, con un técnico al que en cada rueda de prensa se le pregunta sobre su futuro desde equipos con mayor nómina hasta incluso la selección nacional, el riesgo de empezar a escuchar el canto de las sirenas era muy alto, pero en la cancha el Puebla demostró que sigue a lo suyo y que tal y como dice su técnico sólo está concentrado en la Franja y en lo que puede conseguir este torneo, que por lo pronto, y no es poca cosa, es ilusionar a una afición que había perdido la fe en su equipo tras tantas campañas de mediocridad.

Foto: Especial




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