La Grilla

Columna: Harakiri

Por Luis David García @ldgarcia_mkt

2 marzo, 2022 1:28 pm




Los gobiernos no entienden que las redes son la llave de su éxito

Hoy en día la mayoría de los gobiernos municipales y estatales tienen cuentas de redes sociales en la mayoría de los canales; Facebook, Twitter e Instagram son los principales canales para comunicar sus acciones, las de las secretarías y además las de sus distintos titulares.

Realizan publicaciones a diario y buscan a toda costa dar a conocer sus obras, logros y avances, sin embargo, la comunicación institucional no logra entender que las redes sociales transformaron la manera de comunicarse de las personas, y mientras las plataformas y las tendencias cambian todos los días, los gobiernos y sus administraciones siguen igual: sumidos en una comunicación política superflua, ficticia, frívola y la mayoría de las veces irrelevante.

La interacción de los gobernantes con los ciudadanos se ha incrementado notablemente; sin embargo, 9 de cada 10 mensajes de los ciudadanos no tienen una respuesta lo que convierte a las publicaciones en redes en discursos vacíos en el desierto, porque no se cierra el ciclo de la comunicación, solo se difunde y poco se atienden los comentarios o sugerencias.

Desde hace más de una década, las redes sociales han sido herramienta importante y fundamental en los procesos de gobierno y progresivamente influyen de manera directa en las determinaciones electorales en todo el mundo y esto es debido a que ayudan a construir la opinión pública a un costo menor, lo que genera una figura de incentivos para los actores de la competencia electoral, que hacen uso de las mismas para posicionarse y generar información para que la gente tome las decisiones en las urnas en un futuro.

En este sentido, la comunicación política/gubernamental es un factor fundamental de la democracia, en ella radica la posibilidad de que la ciudadanía tenga herramientas de participación ciudadana y mecanismos y parámetros para la elección de sus gobernantes.

Tomando esto en consideración, las distintas propuestas de los actores políticos, estén o no en funciones, deberían deben generar mecanismos de intercambio permanente de información y a su vez una comparación de las convergencias y las diferencias de sus ideas y corrientes políticas, que en el fin, deben ser propuestas de cómo entienden y como implementarían cada uno las soluciones a los problemas comunes de las personas.

Por su parte los medios tradicionales y la ciudadanía deben replantear la comunicación política y gubernamental, con estrategia. Además, establecer la agenda para obligar a los políticos y sus respectivas redes sociales a ofrecer herramientas serias para que los ciudadanos formen una opinión sobre los temas importantes del contexto político, económico y social.

Y si bien es cierto que registramos un avance en la comunicación en redes de los equipos de comunicación gubernamental, la institucionalidad, el registro de metas, procesos o la misma burocracia complica la atención o gestión correcta de las redes, sacrificando la calidad y las buenas prácticas por la prontitud y lo urgente.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, muchos gobernantes impusieron una comunicación digital en su agenda cotidiana, utilizan principalmente Twitter para difundir sus propuestas y de vez en cuando intentar controlar la conversación en las redes sociales. Pero el sueño de gobernar a través de internet no se ha cumplido, los ciudadanos siguen sin ser escuchados y eso continúa ocasionando malestar, lo que se traduce en cientos de publicaciones que evidencian las fallas de las administraciones o su descontento con las propuestas o acciones de los actores políticos.

La escucha digital y su gestión, ayudará a los gobernantes a utilizar las plataformas y la tecnología para gestionar soluciones a los problemas cotidianos como fugas de agua, baches y cualquier otro trámite; porque han utilizado las redes sociales solo como instrumento informativo de lo que hacen y evitan la interacción.

En resumen, informan, pero no gestionan la comunicación para la solución de los problemas y las demandas ciudadanas.

Por ejemplo, los legisladores solo apuestan a informar de sus propuestas, causas y proyectos, pero no escuchan; por lo cual seguimos en una comunicación política tradicional contando con múltiples herramientas para recoger la opinión de los gobernados.

Abrir foros, diálogos, discusión y promover la participación de los ciudadanos en las redes sociales es lo que falta. La interacción es lo que puede modificar la comunicación política de un gobierno local, estatal o federal; pero todavía no hay jóvenes o personas realmente especializadas en estos puestos y es que, en los equipos de comunicación de los gobiernos los encargados rondan los 40 años, mientras que las nuevas tecnologías tienen 25 años de haber salido al mercado.

Por ejemplo, Facebook, se fundó en 2004 y tiene menos edad que la mayoría de los jefes de prensa o políticos mexicanos. ¿Es por ello por lo que hay un desfase de la comunicación de gobierno que solo colocan información irrelevante para los ciudadanos? ¿Tú qué opinas?

Escríbanme sus dudas o comentarios a luisgarcia.rupercalia@gmail.com y síganme en @ldgarcia_mkt ¡Hasta la próxima!





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