Las recientes declaraciones que salieron del ejecutivo del estado de posibles vínculos de encubrimiento y complicidad entre el ex Auditor Superior del Estado, Francisco Serrano Romero y un líder del PRI, retumbaron fuertemente en las instalaciones de la diagonal.
La vinculación entre personajes políticos del Partido Revolucionario Institucional y la ASE, son por la presunta presión o extorsión a expresidentes municipales que fueron cooptados para que sus cuentas pasaran sin más, ni más.
El edificio de la diagonal, sería la sede para que personal encargado de revisión, supervisión, expedición de resolución de cuentas públicas, se manipularan, resolvieran según conviniera el caso.
El gobernador del estado, Luis Miguel Barbosa Huerta, aseguró que el encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado, Rubén de la Fuente Vélez, se encuentra desmontando un conjunto de compromisos que construyó el ex auditor.
Su versión, fue a más.
En conjunto con ediles, reveló que un ex diputado local y un personaje de la dirigencia estatal del PRI pactaron mecanismos de vinculación con el órgano de fiscalización
Para nadie es un secreto, que la Auditoría Superior del Estado, siempre se ha presumido como un garrote político para presidentes y ex presidentes y cientos de sujetos a revisión.
Hoy, la cloaca revelada, tendrá que ser sancionada, que se llegue hasta las últimas consecuencias y no se quede en lo mediático.
Los diputados de la sesenta y uno legislatura tendrán que manifestar su postura en torno a este tema que huele a un presumible tufo de corrupción.
Un personaje que impulsaba este tipo de arreglos de cuentas públicas ya está tras las rejas, pero no por lo revelado, sino por otras cuestiones, incluso, con la acusación de su presumible enriquecimiento ilícito.
Después de esto, quién seguirá.
El ex diputado o el ex líder priista que encabezaban está red de vinculación de extorsión y presión.
Quién.
Lo cierto, es que la versión resquebrajó las paredes de la sede del tricolor en la diagonal.
