El fin de semana pasado, de gira proselitista por el estado de Sonora, el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, desafió a la autoridad electoral, arremetió duramente contra el INE y de paso “enseñó el cobre”, como popularmente decimos, aseguró que pronto, con la Reforma Electoral que promueve el presidente, Andrés Manuel López Obrador, todos los consejeros terminarían de patitas en la calle.
Por primera vez, después de siete meses en el cargo, vimos al exgobernador de Tabasco echado para adelante, tanto, que se pasó por el arco del triunfo la famosa “Veda Electoral” y como si las restricciones solo fueran para algunos, promovió la consulta popular para la revocación de mandato con singular alegría; “Al diablo con las instituciones”, aprendió rápido el secretario.
En la política, siempre o casi siempre, “forma es fondo”, por eso, desde ahora les puedo adelantar que en el Gobierno Federal, están preocupados, muy preocupados, por el famoso ejercicio democrático del próximo 10 de abril, de ahí que desde los más cercanos al mandatario, como el propio secretario de gobernación, pasando por senadores, diputados federales y hasta los limitados operadores del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), estén violando la ley sin tapujo alguno para garantizar que el domingo, los mexicanos salgamos a las urnas y al menos logren los más de 30,000,000 de votos con los que ganaron la elección constitucional.
Pero evidentemente eso no pasará, la consulta popular para la revocación de mandato tampoco no logrará el impacto deseado y quién creen que será el culpable, claro adivinaron, el INE, desde ahora les adelanto que el lunes 11 de abril, el Instituto Nacional Electoral se convertirá en el enemigo número uno del presidente, López Obrador, quien nuevamente, afirmará que sus consejeros y el propio presidente del organismo, son manipulados por la oposición y la maniobra política para el segundo tramo de su periodo será apostar por su desaparición.
Así que después de la consulta popular, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, España y el mismo Carlos Loret de Mola, dejarán de ser sus adversarios y el INE será el enemigo público número uno de Andrés Manuel López Obrador.
En fin, por mí que se destrocen, nos leemos en la próxima.
