En el año 2006, en una decisión de los Magistrados cuando ratifican a Felipe Calderón como ganador de la Presidencia, el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador, nos dijo a todo pulmón “Al diablo con sus Instituciones”, ahora traer a cuentas dicha frase, tiene gran relevancia, pues arremete contra Instituciones, los Otros Poderes del Estado Mexicano, Organismos Extranjeros y todo aquello que en su mañanera se le ocurra y esté en contra de su pensamiento.
intransigencia es ya una constante y, su capricho se lo concedieron, con la ya aprobada y publicada en el diario oficial el pasado 9 de septiembre del presente año, las Reformas a la Ley de la Guardia Nacional que da total control a la Defensa Nacional de la misma, para todos nada es extraño lo hacían y ahora lo harán con todas las de la Ley, pero debemos preguntarnos, realmente esto que se acaba de decretar, cambia en algo lo que en Inseguridad nos acontece, pues hasta donde la experiencia nos dice, en nada, durante 16 años el control del combate a la Inseguridad la ha tenido las Fuerzas Armadas y, en forma débil las corporaciones locales, lo que se ha observado es fracaso y debilidad cada día mayor en su actuación y, del lado de los Grupos Criminales fortalecimiento, no se puede tener un futuro esperanzador con los datos estadísticos y, lo más importante la percepción ciudadana.
El mapa con división Municipal, determina que contamos con 2,471 Municipios y 16 demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México, esto nos lleva a la pregunta de qué manera serán coordinados los esfuerzos para adquirir compromisos, estrategias, acciones y resultados favorables, para el combate de la Inseguridad, las divisiones en los Cuarteles que tiene la Guardia Nacional, sus actividades las realizan con una marcada estrategia de corte militar, los operativos conjuntos de verdad no los hay, la inversión está concentrada solamente en la Defensa Nacional, conforme se observa en el proyecto de Egresos de la Federación 2023, pero el fortalecimiento de las Policías Estatales y Municipales, no se ve un avance para fortalecerlas, entonces es actuar de manera deficiente y centralista.
El hecho consumado, de la entrega de la Guardia Nacional a la Defensa Nacional, no nos debe extrañar por parte del Presidente, su intención siempre fue esa, la obediencia de sus correligionarios en las Cámaras, a sabiendas que están cometiendo una flagrante inconstitucionalidad, le fue aprobada sin una coma de corrección, pero hay que ir más profundo, la izquierda siempre ha estado en contra de los monopolios, pero hoy parecen olvidarlo, desde el Presidente y sus aliados, el tener el monopolio de la Seguridad Pública por parte de las Fuerzas Armadas, los convierte en un monopolio no solo de ello, sino también, de los grandes presupuestos que entre otras cosas los ejercen sin control ni tamiz de nadie, pero van más allá, se han metido a todos los negocios habidos y por haber, las obras emblemáticas del sexenio, son protagonistas aunque aún no se les vea que estén realizando y en operación, para lo que fueron creadas las ya terminadas, la pregunta salta de inmediato, entonces ¿por qué el combate a la Inseguridad será lo contrario?, si al fin estamos a dos años de que termine el sexenio y, si no han podido en cuatro ¿cómo lo harán en dos?.
Esa frase de “Los contrapesos”, ya se despejó, en México entra en una nueva etapa donde de forma velada o declarada, la presencia Militar será una constante, la proximidad social con sus policías solo será una utopía, esa crítica en el discurso del Presidente de la militarización de pronto pareciera como lo dijo y lo comente en mi pasada columna “Cambie de opinión”, y se escucha con mucha regularidad “El Ejército es bueno, porque el Ejército es pueblo”, en ello que puede contener que diga que serán eficientes, a los ciudadanos no nos importa que sean pueblo, conservadores o marcianos, lo que queremos es eficiencia que no se ha visto por ningún lado, más ejemplos, pues las famosas Sucursales del Banco Bienestar, no operan, y eso sí, los famosos correcaminos servidores de la Nación, andan en su misión de hacer tortuoso el cobro de los programas del Bienestar, en ello notamos, más personas agradecidas y votos de facto en las próximas elecciones, pregunten a cualquier persona del beneficio del programa de adultos mayores si cobran con eficiencia y calidez humana y verán sus respuestas.
La adjudicación directa, es la forma favorita de contratos, compra de bienes y servicios, saltando los mecanismos de transparencia y supervisión estipulados en los mecanismos de licitaciones públicas, las dependencias de las Fuerzas Armadas, son hoy en su monopolio, la arbitrariedad y opacidad de esos procesos que deberían estar perfectamente fiscalizados, claro lo enmascaran con la Ley de Seguridad Nacional y crean los procesos con reserva, sin oportunidad que la información sea pública.
En ese mismo sentido, creo serán los procesos en materia de Seguridad Pública, la rendición de cuentas será ante la Justicia Militar, los tribunales civiles poco a poco serán relegados, espero y miren quiero pecar de fatalista y, que me equivoque y, sobre todo, que en estos dos años tengamos tiempo de corregir el rumbo, esté control del Ejército de la Guardia Nacional, no está por concluido, cabe, si así lo determinan los Legisladores o Senadores, presentar una controversia Constitucional, en ellos está el corregir lo que la historia les puede juzgar y, también, que el Poder Judicial actué en consecuencia.
Las Fuerzas Armadas, son hoy con estás innumerables actividades y control, protagonistas y actores políticos muy influyentes, de seguir el mismo camino, en un futuro muy corto no tendrán cabida los políticos, ellos, serán los nuevos políticos de México, desde el Presidente Miguel Alemán Valdés quien gobernó de 1946-1952, el riesgo de un retroceso, hacia una nueva militarización de la política puede estar muy cerca.
“No me gustan los guerreros; estrechos de miras y nada finos. ¡El honor! ¡El honor ha matado a millares y nunca ha salvado a nadie!”. (Gary Leonard Oldman
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