Policía

Vivir entre los restos de los muertos

Héctor Manuel Pérez Cuéllar

11 junio, 2023 9:11 pm




No se sabe cuanto más en nuestro país, se ha de “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”, las autoridades no hacen algo que frene los homicidios y posterior las fosas clandestinas qué nos condenan a “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”.

En el Estado de Jalisco, la desaparición de los 7 jóvenes y posterior muerte, nos refleja lo vulnerable qué está la sociedad entera, ellos trabajaban en un call center ubicado en Zapopan, hasta ahí pareciera normal, pero quien responde por la vida truncada de esos jóvenes de escasos 30 años cómo máximo de edad, qué en su afán de encontrar oportunidades de esas de las que esté país está escaso que es un trabajo bien remunerado, se toparon con ese negocio que pertenecía a la Delincuencia Organizada.

Los restos, tirados en la barranca de Huentitán ubicada al oeste de Guadalajara, serán parte de ese “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”, el fondo del asunto es de acuerdo a la Fiscalía del Estado de Jalisco, qué los call center, servían para estafar a extranjeros ofreciendo tiempos compartidos y propiedades fantasmas o sea, un claro ejemplo de que el crimen organizado experimenta todo con tal de ganar ganar, dichos centros de acuerdo a investigaciones pertenecen o pertenecían, al Cártel Jalisco Nueva Generación, la inventiva de los delincuentes es tremenda, mientras la autoridad va tres pasos atrás.

Esa maldita costumbre de criminalizar a las víctimas a quienes ya no tienen voz, se escucharon en las palabras de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de la Federación, Rosa Ícela Rodríguez, dijo “Qué se trataba de personas  que estaban realizando algún tipo de fraudes inmobiliarios y  algún tipo de extorsión telefónica”, como si ello justificará su homicidio, eso pasa cuando la sensibilidad gubernamental no está en Sintonía con la sociedad.

En una pasada columna en especial hablé de las fosas clandestinas, pero hoy me ocupa determinar qué ello nos conduce a “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”, lo mismo le ocurre a las personas que trabajan en el campo y en sus terrenos les toca encontrar esos escenarios de terror, hoy es un sistema normalizada de la delincuencia, para desaparecer a sus víctimas ya sean rivales o no, da lo mismo, son víctimas qué acaban en fosas clandestinas, de una o varias personas, las ciudades capitales, son testigos de ello en cualquier barranca de esas que son común y corriente y que sufren el abandono gubernamental, no hay un solo lugar que se salve.

Entramos de lleno, a la época de las campañas anticipadas de los políticos de todos los colores, será motivo perfecto qué los cementerios clandestinos nadie los voltee a ver, ¿Quiénes serán los únicos que su dolor los impulsará para hacerlo?, las familias de los desaparecidos y que en ellos encuentran una esperanza de encontrar sea cómo sea, a sus familiares, los gobiernos simplemente son incompetentes de encontrar mecanismos qué respondan a la sociedad.

Es de suma urgencia, encontrar varios proyectos de seguridad que sean vinculatorios entre sí, empezando por aquel que sea con la mejora para la persecución de los delitos del narcotráfico, con la intención de que se obtengan técnicas modernas de persecución y resolución precisa y exitosa, lo mismo un marco de actuación profesional para la Ciberseguridad e Infraestructura de la información.

La Inteligencia, creo es otro campo abandonado qué su no utilización, contribuye a “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”, pues después de que sucede o antes no está presente, con los factores que proporciona certeza, en su debida utilización.

Si analizamos, qué es un instrumento qué en cualquier delito existe, son las armas, el porte prohibido se da en cualquier parte lo que agrava los secuestros, los delitos contra las mujeres que terminan en restos humanos, unas identificadas y otras en la penumbra de la oscuridad de una tumba clandestina, quien realmente tiene el control en sus manos, son los delincuentes, ellos no necesitan permisos de la Defensa Nacional, hacen de un país que la seguridad está en el carajos, su territorio, por eso opino que la modificación de las estrategias de seguridad, son urgentes, escuchar a los aspirantes con eslogan de que mejorarán la seguridad, hasta yo se los diría, pero yo ofrezco en cada columna ideas para un proyecto de alcance y visión de lo que necesitamos, no soy el único ni mucho menos pretendo presumir nada, pero lo determinó con pequeñas pruebas constantes en mis perseverantes opiniones y, ahí pueden tomar referencia, cómo de otros columnistas qué se ocupan del tema tan álgido de la seguridad.

La reconstrucción de las policías Municipales y Estatales, es en principio una medida que debe contener una gran carga de ver la seguridad pública cómo una acción de derechos humanos, diría yo para eso está creada, la grave crisis de corrupción se tiene que combatir, los actuales miembros de cualquier corporación ven como lo he mencionado, a la seguridad como un Negocio, y no sólo ellos, también los presidentes Municipales y los Gobernadores, siguen con la idea que son sus Guardias Pretorianas de su persona y de sus cercanos.

Por décadas hemos padecido lo aquí planteado, por desgracia hoy esa ineficiencia tiene a México en un suelo de “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”, el Gobierno Federal se decanto poner su proyecto primordial de Seguridad en la Guardia Nacional, con la formación totalmente militar, es una corporación llena de hombres y mujeres, qué se presentan en los escenarios de terror, con la intención de desestimar a los delincuentes de su actuar, pero cómo lo vemos, no lo consiguen.

La ciudadanía se le pregunta con cierta frecuencia, qué si está de acuerdo con que las fuerzas armadas actúen en las tareas de seguridad pública, pues cómo dirían una respuesta negativa si sólo ellos están, las policías locales son insuficientes, ¿Qué es lo que queda en el olvido?, simple, el fondo del asunto, cuando se tenga una verdadera coordinación, tendremos unas Fuerzas de Seguridad fuertes y eficientes, de otra manera el título de está columna será una constante.

El Gobierno Federal, debe explicar a todo el país porque todos los ciudadanos de la comunidad de Santa Anita huyeron, cabe explicar que sólo los mestizos porque los indígenas se refugiaron en la Catedral de Guachochi pues no tienen vehículos, también en otro rincón de la república se presentan hechos similares en Chenalhó Chiapas, tuvieron que ver 7 cadáveres de las personas que se encuentran en desplazamientos forzados, qué el grupo delincuencial denominado “Los Ratones” imponen el rugir de las armas y, lo hacen sin respuesta efectiva de la autoridad en esa frontera olvidada, veremos por desgracia qué pronto será un polvorín sin control alguno.

La contabilidad de fosas clandestinas en el país, la Comisión de Búsqueda de personas habla de 3,000 qué se han encontrado, ¿Cuántas más existen?, ¿Cuál es el Proyecto de Prevención de Riesgos qué evite ello?, Veracruz el lugar con el mayor número, ahí su gobernador prefiere decir que en su “Territorio los baños de las Gasolineras ya no cobran”, por cierto que gran logro, así se ocupan del Ciudadano, existen otros Estados qué están en Guerra entre Cárteles, en corto plazo veremos Fosas y más Fosas qué tienen a México en el dilema de “VIVIR ENTRE LOS RESTOS DE LOS MUERTOS”.

Señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en sus manos está el cambiar el rumbo o por lo menos avanzar y, dejar que su corcholata elegida, continúe y mejore un proyecto de seguridad que resuelva el gran problema en el que nos encontramos, la oposición perdón qué los deje fuera, pero no tienen intención de nada, no plantean nada, se pierden en sus discursos de oponerse a todo, su mundo es decir que son mejores pero no dicen cómo, quieren que nosotros los veamos con buenos ojos, actúen con altura de miras.

Para concluir, los gobernadores ahora son promotores de los aspirantes presidenciales, qué tal si mejor se ponen a trabajar en lo que importa, diría el dicho “Primero lo que deja y luego lo que apendeja”, su trono de Virrey brillará mejor, dejen de ver a los ciudadanos cómo súbditos.

“Entre un gobierno qué lo hace mal y pueblo que lo consciente, hay una cierta complicidad vergonzosa”. (Víctor Hugo)





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