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HISTORIAS DE GUARDAMETAS

Por Antonio ABASCAL

19 junio, 2023 9:02 pm




Si bien es cierto que ningún jugador está por encima de la institución, ciertas posiciones son más sensibles a los cambios y en la historia del Puebla de la Franja eso ha quedado de manifiesto cuando se han dado las salidas de guardametas icónicos. Hoy vamos a recordar algunas salidas y a los personajes que han intentado llenar el hueco; la portería es una posición clave que no puede ser manejada por la misma lógica con las que se llevan a cabo las de otras posiciones. Encontrar un guardameta líder es muy importante y entrenadores con sabiduría lo han constatado en la historia del equipo Moisés Camacho y Pedro Soto que compartieron el arco en la 82-83 y luego Pablo Larios (qepd) en la 89-90 fueron claves con sus atajadas pero con también con su don de liderazgo; otros porteros también han sido líderes, una virtud que no es tan fácil de encontrar y que reputados directores técnicos buscan para sus equipos.

Robert Dante Siboldi jugó una campaña en el Puebla de la Franja pero lo hizo a gran nivel y dejó una huella de profesionalismo que fue muy difícil de llenar; el uruguayo llegó al equipo camotero para la 94-95 bajo las órdenes de Alfredo Tena, justamente cuando había terminado la era de Pablo Larios Iwasaki quien emigró a Toros Neza, una campaña antes el oriundo de Zacatepec, Morelos había jugado treinta y siete de los treinta y ocho partidos, mientras que Juan Ignacio Palou había disputado el otro, por lo que era fundamental encontrar un guardameta de garantías, ese Puebla estaba bajo el mando de los alemanes Udo y Uwe Thoma Kiwus aunque en realidad las decisiones se tomaban en Chapultepec 18. Desde su llegada a México Siboldi había construido una gran reputación primero en el Atlas y luego en el Cruz Azul aunque en la campaña 92-93 no la jugó en nuestro país. Siboldi inició con la máquina una larga racha de más de cien juegos consecutivos tuvo un promedio de .87 goles por encuentro pero los celestes cayeron en cuartos de final ante América y hubo dudas ante la progresión del canterano Oscar Pérez, además de la contratación del argentino Norberto Scoponi.

Siboldi llegó a Puebla en calidad de préstamo pero de inmediato dejó huella: Su profesionalismo al ser el primero que llegaba a los entrenamientos y el último que se iba, su trabajo con los arqueros jóvenes del club ya que al acabar se quedaba con Guillermo Matíes y los que venían atrás fue muy bien valorado por el timonel del equipo, Alfredo Tena Garduño. En la cancha, transmitió seguridad a un equipo que fue creciendo a lo largo de la campaña y que contra todos los pronósticos alcanzó la recalificación para eliminar al Veracruz y clasificar a la liguilla; ese Puebla volvió a ser un equipo muy duro en el Cuauhtémoc con una gran campaña del propio Siboldi, con el regreso de Paúl Moreno quien fue habilitado por Tena como carrilero por derecha, con el brasileño Alexandre Pimentel como líder de la defensa, con Edgar Plascencia como contención, con Tita a pesar de su irregularidad, con Narciso Cuevas como goleador en la primera campaña en México del chileno Rodrigo Ruiz quien de inmediato mostró sus credenciales.

El arquero uruguayo jugó los treinta y seis partidos de esa temporada, todos completos por los que encabezó a los cancerberos, recibió 41goles (en el último juego de la fase regular recibió seis en un vibrante 6-6 contra el Atlante en el Estadio Cuauhtémoc) y detuvo un penal. Estuvo presente en los dos duelos de recalificación ante Veracruz (1-1 en el puerto y 0-0 en el Cuauhtémoc) para después estar en la portería contra el América en cuartos de final, el duelo en el estadio poblano finalizó 0-0; era el América de los africanos, Biyik y Kalusha, el que había volado en la fase regular con Leo Beenhakker en la dirección técnica pero tras empatar en Puebla a uno la directiva azulcrema le dio las gracias por lo que la liguilla la dirigió el croata Mirko Jozic quien había brillado en el Colo-Colo. Tras el 0-0 de la ida jugada en martes, el siguiente viernes al medio día el Estadio Azteca fue testigo de un gran juego que finalizó 4-2 favorable a las Águilas con polémica arbitral incluida gracias a Pascual Rebolledo quien expulsó a Alí Fernández y marcó un penal muy rigorista por mano de Alfonso Sosa que decidió el rumbo a pesar del golazo de chilena de Narciso Cuevas.

Cabe destacar que a finales de octubre de 1994 el Puebla había dejado de “pertenecer” a los Thoma Kiwus y José Abed (qepd) había adquirido la franquicia con la idea de “recuperarla para los poblanos”, esa directiva se encontró con una escuadra competitiva que caminaba bien y que al cierre de la primera vuelta apuntaló con el delantero brasileño Toninho alcanzando los cuartos de final, pero luego vinieron los problemas: Pese al interés de Tena, Cruz Azul dueño de la carta de Siboldi la vendió a Tigres; el 4-2 en el Azteca fue el último juego del uruguayo en el Puebla, el equipo se desprendió de otros buenos jugadores, los que llegaron estaban lejos de la calidad del año anterior y Tena renunció tras no sentarse en el banquillo en la fecha uno ante Toros Neza, en lugar de Siboldi el equipo camotero apostó por Alejandro “Gallo” García quien jugó diez partidos de la primera vuelta de la 95-96 recibiendo diecisiete goles, en los otros ocho apareció el poblano, Juan Ignacio Palou quien recibió dieciséis. Bernardino Brambila (qepd) se quedó al frente del equipo hasta la fecha diez cuando luego de perder 5-1 ante Cruz Azul en la Ciudad de México fue relevado por Hugo Fernández (qepd) quien así regresó al equipo.

El uruguayo pidió refuerzos en el mercado invernal y uno de ellos fue el guardameta uruguayo Gerardo Rabajda quien tenía mucha calidad y una personalidad extrovertida que lo llevó a conectar de inmediato con la afición poblana. El apodado “He-Man” apareció en diecisiete juegos, recibió 21 goles con un equipo que finalizó en el último lugar pero sus actuaciones generaron que se quedara con la organización poblana. Rabajda se convirtió en ídolo, ya en la era de los torneos cortos (campeonatitos como los llamaba don Isaac Wolfson) fue clave en el Invierno 96 donde el Puebla llegó a semifinales, estuvo en los diecisiete partidos, en la fecha cinco (7 de septiembre de 1996) ante el América en el Cuauhtémoc tuvo una actuación apoteósica para mantener el cero y luego Carlos Muñoz hizo un golazo al minuto 86 para darle la victoria al equipo de la franja…naranja.

Rabajda jugó dieciséis partidos del Verano 97, torneo en el que detuvo dos penales y tuvo un promedio de 1.12 goles por encuentro aunque el Puebla no clasificó a la liguilla, estuvo en la puerta en los diecisiete del Invierno 97, cifra que repitió en el Verano 98 (aunque fue el más goleado con 30 en contra), ese equipo llegó al repechaje ante Tecos y en Puebla el uruguayo detuvo un penal en el triunfo de 2-1 con tantos de Carlos Muñoz y Manuel Sol aunque en la vuelta los tapatíos le dieron la vuelta con un categórico 4-1 ante una escuadra que ya dirigía Raúl Cárdenas. Ese fue el último partido de Rabajda con el Puebla, la directiva y Cárdenas apostaron por cambiar a toda la base extranjera (que era la que le daba cierta calidad) y trajeron a cuatro desconocidos yugoslavos y un macedonio iniciando así una era macabra que acabó con el descenso, fue el último servicio de esa directiva ya que con las decisiones tomadas vendió la franquicia a Francisco Bernat y Enrique Regordosa quienes pagaron muy caro su derecho de piso en el futbol mexicano.

Ante el cambio de guardameta nuevamente se apostó por Alejandro García quien si bien apareció en los diecisiete juegos del Invierno 98 recibió 41 pese a que detuvo un penal. Desde la fecha ocho, Alfredo Tena había regresado a la dirección técnica para evitar el descenso, por lo que en el mercado invernal pidió refuerzos: Los regresos de Roberto Ruiz Esparza y Miguel Pardeza, las llegadas de Francois Omam Biyik y Martín Ubaldi, así como el paraguayo Rubén Ruiz Díaz quien había gozado de buenas campañas en el Monterrey para la portería, lo que parecía una buena idea se convirtió en pesadilla porque la “Bomba” no estuvo a su nivel y el poblano Guillermo Matíes tuvo que entrar al quite, tras un inicio aceptable el equipo entró en mala racha y tras perder en la fecha doce ante las Chivas se decidió cesar a Tena Garduño pese a que en ese partido el Puebla mejoró e hizo figura al guardameta tapatío Martín Zuñiga. La apuesta fue traer a José Mary Bakero quien nunca había dirigido y que no tenía el título de entrenador por lo que el brasileño Manuel Miluir aparecía como responsable, el equipo no pudo mantener la categoría y el descenso se consumó aunque Francisco Bernat compró la franquicia del recién ascendido por lo que el equipo de la Franja no pisó la Primera “A”.

Pese a quedarse en el máximo circuito el Puebla vivió años de dudas en la portería: Matíes y Alan Cruz en el Invierno 99, que se quedaron para el Verano 2000, Oscar Dautt y Saúl Sánchez en el Invierno 2000, Dautt se quedó como gran titular para el Verano 2001 donde se llegó a semifinales, pero en el Invierno 2001 Christian Martínez fue el arquero porque Dautt se fue a Tigres, el propio Martínez y Sergio Bernal se alternaron en el Verano 2002. Jorge Campos y Adolfo Castro fueron los guardametas poblanos para el Apertura 2002, Martín Zuñiga fue el arquero para el Clausura 2003, Jorge Campos y Oscar Dautt estuvieron el Apertura 2003 incluso el último partido de Campos en el futbol mexicano fue con la casaca del Puebla el dos de noviembre de 2003 en una derrota por 4-3 ante Veracruz en el Estadio Cuauhtémoc. Oscar Dautt se quedó para el Apertura 2004 y para el Clausura 2005 que se cerró con un nuevo descenso del Puebla que ahora sí tuvo que vivir el infierno de la Primera “A” por dos años donde Francisco Durán, Silverio Rochi, Javier Morán y Jorge Villalpando fueron sus arqueros.

Estas historias demuestran que cuando un equipo tiene un guardameta de calidad, con personalidad y con dotes de líder debe ser muy inteligente para cambiarlo. La actual directiva del Puebla ya tuvo éxito cuando salió Nicolás Vikonis y llegó Antony Silva, pero en realidad no es fácil cambiar de guardameta porque no sólo hablamos de calidad sino de otras características inherentes a la posición que no son fáciles de conseguir; el Puebla ha encontrado estabilidad en la portería porque más allá de algunos errores el guardameta paraguayo ha sido clave en la recuperación de identidad que gozó el equipo y si bien es cierto que ningún jugador está por encima de la institución, también es cierto que todo equipo necesita de líderes en el campo más allá del director técnico, sobre todo cuando el estratega es joven y sus números tras su primera temporada son a la baja por lo que a falta de confirmaciones la directiva tendrá que ser muy cuidadosa con las decisiones.





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