

Durante años, WhatsApp fue ese espacio íntimo en donde hablábamos con amigos, compartíamos memes, planeábamos cenas o trabajos. Pero hoy, con más de mil 500 millones de usuarios activos diarios, la app propiedad de Meta parece tener una nueva ambición: dejar de ser solo un mensajero y comenzar a comportarse como una red.
En su más reciente actualización, WhatsApp anunció nuevas funciones centradas en la pestaña Novedades —ese espacio donde conviven los Estados (su versión de historias) y los Canales. La apuesta es clara: transformar este rincón en un verdadero centro de contenido personalizado y monetizable. ¿Por qué? Porque en la era digital, la atención es el nuevo petróleo.
A partir de ahora, veremos tres cambios significativos: suscripciones a canales con contenido exclusivo; canales promocionados dentro del directorio para aumentar la visibilidad de ciertos administradores; y anuncios dentro de los Estados, que permitirán a empresas conectar directamente con sus audiencias.
¿Estamos ante una red social encubierta? La promesa de que estos cambios no afectarán la experiencia de los chats personales es, sin duda, tranquilizadora. Pero el giro es evidente. WhatsApp ya no solo busca que “converses”, sino que descubras, consumas y te quedes.
El enfoque en la privacidad, con cifrado de extremo a extremo y un uso limitado de datos para personalizar anuncios, busca marcar distancia respecto al historial invasivo de otras plataformas. Sin embargo, la integración con el Centro de cuentas de Meta abre la puerta a una segmentación más profunda.
Además, este movimiento coloca a WhatsApp en la competencia directa con otras plataformas de contenido e influencia como Telegram o incluso Instagram. ¿Estamos ante el inicio de una nueva era donde los canales de WhatsApp se conviertan en medios de comunicación masiva? La posibilidad está sobre la mesa.
La gran pregunta es: ¿aceptaremos este nuevo rostro de WhatsApp o extrañaremos aquella app “simple” de mensajería? Tal vez, en el fondo, ya no usamos WhatsApp solo para hablar… sino para estar.