
Más de 180 mil personas se congregaron en el Centro Histórico de Puebla para participar en la XXXIII Procesión de Viernes Santo, un evento que, año tras año, llena de fe y esperanza los corazones de los feligreses.
Encabezada por Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla, la procesión recorrió las principales calles de la ciudad en un ambiente cargado de solemnidad y reflexión.
La procesión inició y concluyó en la majestuosa Catedral de Puebla, donde Monseñor Sánchez Espinosa invocó la bendición divina sobre todos los presentes.
En sus palabras, recordó la importancia de estos días santos en el calendario litúrgico: “Iniciamos la celebración de la Pasión, la muerte en la Cruz, el sufrimiento, pero también la resurrección de nuestro Señor Jesucristo”.
Su mensaje resonó profundamente entre los fieles, quienes acompañaron las imágenes veneradas con fervor.
El Arzobispo expresó su agradecimiento al comité organizador y a las parroquias que contribuyeron al éxito del evento.
Las imágenes del Santo Niño Doctor de Tepeaca, la Virgen de la Soledad, la Virgen de los Dolores del templo del Carmen, el Señor de las Maravillas, Jesús Nazareno, Señor de las Tres Caídas de Analco y Jesús de la Misericordia fueron parte del recorrido espiritual. Presidió la procesión el Cristo de la Expiración, ubicado en el Atrio de la Catedral.
Monseñor Espinosa también reconoció el apoyo de instituciones gubernamentales y organizaciones civiles, destacando especialmente a la UPAEP por su colaboración logística.
Acompañado por Emilio José Ardavín, rector de la UPAEP, y su esposa, el Arzobispo invitó a la comunidad a continuar con la reflexión y oración durante la Vigilia Pascual.
El padre José Luis Bautista González ofreció conmovedoras reflexiones sobre el significado de esta jornada sagrada, recordando el sacrificio de Cristo en la Cruz como expresión suprema de amor. En sus palabras, evocó los rostros venerables de las imágenes y subrayó la compasión divina hacia la humanidad.
En un llamado a la reflexión sobre el relativismo moral, Bautista González instó a los feligreses a reconocer los desafíos actuales. Citando al Papa Benedicto y al profeta Isaías, advirtió sobre los peligros del relativismo que distorsiona valores fundamentales.
Finalmente, Monseñor Sánchez Espinosa concluyó la procesión con una bendición para todos los presentes, exhortándolos a llevar consigo el espíritu de esta celebración y a servir a Dios y a sus hermanos con amor y devoción.
La XXXIII Procesión de Viernes Santo en Puebla culminó dejando un profundo sentido de gratitud, reflexión y esperanza renovada en la fe cristiana.