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OPINIÓN | EL SHOW DEBE CONTINUAR

Por Antonio Abascal

14 junio, 2021 11:34 am




Brian May escribió “Show must go on” en 1990 para cerrar el último disco de la banda británica “Queen”, “Innuendo” que se lanzó en 1991 cuando los rumores sobre la salud de su vocalista, Freddie Mercury crecían justo unos meses antes que falleciera en noviembre de ese año; incluso se habla de que el propio May tenía dudas sobre si Mercury podría llegar a las notas más altas debido a su delicada salud, pero el cantante lo hizo. En algunos fragmentos, la letra de la canción dice: “¿Alguien sabe lo que estamos buscando? Otro héroe, otro crimen sin sentido. Detrás de la pantomima, mantenga la línea, ¿alguien quiere aguantar más? El show debe continuar, el espectáculo debe continuar, sí.  Dentro, mi corazón se está rompiendo, mi maquillaje se puede estar resquebrajando, pero mi sonrisa, aún, permanece encendida”.

En la búsqueda de otro héroe no importan las circunstancias, los torneos se juegan a pesar de la pandemia, los planes de realizar una Eurocopa itinerante con algo de público se han puesto en marcha y los partidos ya se disputan con una buena actuación de Italia, un partido muy emocionante entre Países Bajos frente a Ucrania, la primera victoria austríaca en este tipo de torneos, la goleada de Bélgica a Rusia y la sorpresiva victoria de la debutante Finlandia frente a Dinamarca en Copenhague. Pero lo que debería ser un espacio para hablar de los detalles futbolísticos e incluso para destacar la brillante ceremonia inaugural que presentaron los italianos coronada con la actuación del tenor Andrea Bocelli y su interpretación de “Nessun Dorma” que pudo significar un momento de esperanza para la humanidad tras más de un año en pandemia, chocan con los últimos instantes del primer tiempo entre Finlandia y Dinamarca y las decisiones posteriores que obligaron a la reanudación de un juego porque “el show debe continuar”.

Minutos antes del medio tiempo, el mediocampista danés Christian Eriksen se desplomó al ir al encuentro del balón pero sin sufrir algún choque con un rival, de inmediato sus compañeros pidieron la entrada de las asistencias, el propio guardameta finlandés corrió para ayudar y la televisión siguió emitiendo imágenes de lo que sucedía aunque de inmediato se percibía la gravedad de la situación. Los jugadores daneses se acercaban y se volteaban, algunos de ellos llorando, mientras que los finlandeses se alejaron y se hincaron. El estadio enmudeció, mientras los compañeros de Eriksen, organizados por el capitán Simon Kjaer, formaban un círculo para evitar que la imagen de la persona que luchaba por su vida se difundiera en las pantallas. Minutos de desesperación ante un estadio enmudecido se vivieron cuando se alcanzó a ver que un miembro del cuerpo médico practicaba la reanimación cardiopulmonar.

Los técnicos hablaron con el árbitro y se tomó la determinación de suspender el partido por lo que los jugadores finlandeses fueron a su vestuario. Minutos más tarde, se oyó un aplauso, se vio llegar a la camilla, se mostró (incorrectamente) a una mujer desesperada que era consolada por Kjaer y Schmeichel, y luego, se notó algo de movimiento y un pequeño murmullo en el estadio. Eriksen pudo ser reanimado por el desfibrador y luego lo colocaron en la camilla para trasladarlo fuera del campo, pero los minutos que siguieron también fueron de desconcierto.

Más tarde se informó que Eriksen estaba consciente y estable, pero que sería llevado al hospital para practicarle más estudios. Durante todo este tiempo que duró la emergencia en el estadio, la producción televisiva cometió varios errores al fijar la imagen de Eriksen con la mirada pérdida, al enfocar a la mujer, cuando en otras ocasiones, por ejemplo, la invasión al campo de espectadores de inmediato se recorta y se presenta alguna otra. ¿Por qué aquí se siguieron emitiendo imágenes de una persona luchando por su vida ante miles de ojos?  Pero lo peor no fueron esas decisiones inmediatas, lo peor vino después una vez que se supo que el mediocampista danés ya estaba estable. UEFA determinó reanudar el juego completando los cuatro minutos del primer tiempo, con un descanso de cinco y toda la segunda parte.

Al organismo que rige el futbol en Europa y que dice defender valores humanos, no le importó que instantes antes una persona luchó por su vida y fue salvado por la rápida intervención de los servicios médicos, al organismo no le importó el golpe que sufrieron los jugadores de ambos equipos al ver a un compañero de profesión cerca de morir, mucho menos le importó si los jugadores daneses estaban listos después de sufrir el impacto de ver a un amigo a punto de morir. La planificación diaria del torneo, los contratos de televisión se tienen que cumplir sin importar las circunstancias porque el show debe continuar.

Horas después el médico de la selección danesa, Morten Boesen, explicó con mucha claridad todo lo que ocurrió tras el colapso y dijo hacerlo con el permiso de la familia de Eriksen. “Cuando llegamos a él estaba de lado: respiraba y le sentí el pulso, pero de repente no hubo más latidos y como todo el mundo pudo ver comenzamos el masaje cardíaco. La ayuda vino muy, muy rápido y con su ayuda pudimos hacer lo que tuvimos que hacer. Hemos comenzado a intervenir para mantenerlo con vida, por suerte se aferró a la vida”, fueron las palabras del doctor, mientras el técnico del equipo, Kasper Hjulmand, reconoció que los jugadores daneses están en terapia psicológica y que la charla dominical que sostuvieron con Eriksen les vino bien para tranquilizarse. Tras esa rueda de prensa, Dinamarca anunció que no habrá más ruedas de prensa hasta nuevo aviso.

Precisamente en ello radica la gravedad de volver al campo a completar los minutos faltantes. La UEFA obligó a un equipo que emocionalmente no estaba listo para competir y que cayó 1-0 en el único tiro a gol de Finlandia. Una vez que se comprobó que Eriksen estaba con vida sólo importó reanudar el juego para cumplir los compromisos comerciales y de organización sin importar que otras personas se sintieran mal emocionalmente, no importó la ansiedad del cuerpo técnico: El juego se llevó a cabo pese a que minutos antes un futbolista estuvo a punto de perder la vida. No hay justificación para la decisión de un organismo que se apoya de los valores humanos para promocionarse, pero que es incapaz de tener un gesto de buena voluntad hacia los jugadores, los verdaderos protagonistas del deporte, literalmente no importa si el maquillaje se está resquebrajando hay que salir y mostrar una sonrisa porque el show debe continuar.

En la búsqueda del nuevo héroe ya tenemos tres: El propio Eriksen al que se le mandan deseos de pronta recuperación provenientes de todo el mundo, se le dedican los goles de la Euro,  se habla de sus palabras hacia sus compañeros y de su forma de ser. Simon Kjaer, uno de los capitanes daneses, quien cuidó que Eriksen no se tragara su lengua, luego organizó a sus compañeros para formar el círculo humo que permitió la privacidad del cuerpo médico al atender al futbolista y más tarde acudió a tranquilizar a la pareja de Eriksen, así como el guardameta Kasper Schmeichel quien también estuvo cerca de la mujer de su compañero. Visiblemente emocionado, Hjulmand se mostró orgulloso de sus futbolistas y de su unión grupal y aunque todo lo anterior es cierto y plausible, también la elevación de estos tres héroes es parte de la gran rueda que gira y que ordena que el show debe continuar, como continuó tras el atentado del grupo “Septiembre Negro” en la villa olímpica de Munich 72 que finalizó con la muerte de 11 elementos de la delegación israelí por lo cual se izó la bandera olímpica a media asta, se suspendieron las actividades deportivas durante unas horas, hubo un homenaje en el estadio y luego los juegos siguieron su marcha porque el show debía continuar.

Christian Eriksen sigue con vida y ahora los médicos deberán detectar el padecimiento para ofrecerle respuestas que le permitan alargar su tiempo con los suyos, los jugadores daneses fueron ejemplares en su comportamiento y deberán responder a la terapia psicológica para eliminar la ansiedad, pero la pregunta que queda en el aire es ¿cómo se detiene la gran rueda de los negocios en el deporte?, ¿es más importante completar un juego que la salud mental y física de los jugadores? Por eso cuando la UEFA empiece a hablar de valores humanos convendría presentar un resumen de su decisión de reanudar un juego para el que ya sus principales protagonistas no tenían cabeza y aun así salieron a la cancha porque el show debía y debe continuar.





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