La Grilla

Columna Entre Chairos y Fifís | PARA LLORAR

Por Leonardo Torixa Cervantes

22 septiembre, 2021 9:51 am




En días recientes, por cuestiones de trabajo, acudí a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicada en la Unidad Habitacional San Bartolo, al sur de Puebla capital y sin exagerar casi me pongo a llorar.

La madrugada del siete de septiembre, poco después del sismo con epicentro en Guerrero y que también sacudió Puebla asaltaron la farmacia de esa unidad de Medicina Familiar, pero más allá del evento delincuencial, mismo que fue minimizado por la delegación del IMSS que preside María Aurora Treviño García, fue una tragedia para los derechohabientes, pero en especial para los adultos mayores que encontré a mi llegada al pequeño sanatorio que principalmente brinda consultas de medicina familiar.

Al arribar a la clínica, me identifiqué como reportero y fui abordado por al menos seis personas de la tercera edad, lo mismo hombres que mujeres, y que encontraron en mí –literal- un paño de lágrimas; con caras que expresaban desesperación se acercaron para denunciar desde la falta de medicamentos, que en ese caso era comprensible, la pésima atención que reciben de todo el personal, empezando por la guardia de la entrada, atención al derechohabiente e incluso los médicos, hasta el hecho de que ni siquiera les habiliten un lugar digno para esperar su turno a consulta, ya que durante horas permanecen bajo la lluvia o los rayos del sol.

Tras escuchar al puñado de derechohabientes, que en ese momento representaron a la totalidad de los mexicanos que reciben atención del IMSS, me puse a reflexionar y me di cuenta que el Seguro Social va de mal en peor, pues no solo se trata de poner como pretexto a la pandemia para justificar los deficientes servicios médicos que brinda, sino que la crisis del instituto se agudizó desde el año 2017 cuando, por causa de otro temblor, los poblanos nos quedamos sin el Hospital General No.36 mejor conocido como San Alejandro, ahí comenzó la debacle del IMSS en Puebla y me atrevo a decir de la región.

El Hospital San Alejandro, ese monstruo que sin temor a equivocarme atendía más del 80 por ciento de la derechohabiencia en Puebla, hoy se ha convertido en el principal causante de la crisis del IMSS en la entidad y ni San José y mucho menos La Margarita han logrado suplirlo, de ahí que los servicios médicos del instituto no se dan abasto y el hartazgo que me expresaron los ciudadanos no es solo de ellos, sino también de los médicos, enfermeras y administrativos que todos los días deben atender a cientos de pacientes sin las herramientas e insumos necesarios para hacerlo, sin duda están cansados y ese es el motivo de la deficiente atención que brindan sin importarles que la gente llegue con bastón, silla de ruedas, a pie o en transporte público y regresen a casa sin medicamento o frustrados por la mala atención que reciben.

Pero lo más lamentable, es que este negro panorama va para largo, pues no se ve para cuando inicie la reconstrucción o construcción de San Alejandro y los proyectos para edificar nuevos nosocomios en Amozoc o San Andrés Cholula, simplemente no existen y ni siquiera fueron contemplados en la carpeta de 55 prioridades que el IMSS incluyó en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año, tendremos que seguir llorando ¡que triste!

 





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