Es una constante, que los ciudadanos nos preguntamos cómo se debería gastar en la Seguridad Pública, los presupuestos que se destinan para ello los apreciamos deficitarios mal enfocados y, siempre sin una visión de que se emplean en el tan necesario combate a la Delincuencia Organizada y no Organizada.
El gasto per cápita, es alrededor del 5.4%, entonces porque no comparar con la tasa de homicidios, donde es en muchas regiones más de ocho veces superior, a la inversión en Seguridad, gastar por gastar, no es la solución a nuestro grave mal, los políticos y sus amigos que colocan en la Seguridad Pública, no analizan objetivamente los destinos de los recursos financieros, los ejemplos son evidentes, solo hay que ver Zacatecas, pronto más temprano de lo que imaginan nuestro estado de Puebla, sino se atiende debidamente, estará viviendo el desastre del olvido y la necedad, hay que verse en el espejo de Zacatecas.
Conocer el nivel de eficiencia, para identificar las fortalezas en el gasto bien aplicado, de nuestro Estado y de los Municipios, nos dará el porcentaje de certeza y aplicación correcta y, puede ser comparado con Estados y Municipios de otras partes de la República, que tienen una Seguridad mejor, esa política de aislarnos, no es correcta en estos tiempos, la Delincuencia es multifactorial y ella si se fortalece en cualquier parte de México.
Hay que aplicar una política, que incluya métricas que nos den escenarios de la eficiencia medible, comparando presupuesto aplicado, contra tasas de baja de Delitos, cito de nueva cuenta un ejemplo, tenemos la Ciudad de México, donde se está bajando considerablemente las tasas de los diversos delitos, es por ello que, recomiendo, aplicar recursos con destinos perfectamente determinados y sus resultados, es simple si los operativos de Inteligencia son los funcionales aprovechar ello e inyectar más recursos, para abatir el delito, como es el caso de la Ciudad de México.
Las acciones preventivas, son abandonadas por cualquier Gobierno, en específico los Municipios, las políticas reactivas dejan mayor visión del ciudadano que se está actuando, pero en el caso de las primeras, evitan en su gran mayoría, el dolor que causa las pérdidas de vidas y materiales de la población, sino que también, resulta mejor aplicado el presupuesto, que reaccionar ante los delitos consumados y, no se diga de sus consecuencias como lo cito, cuando esto sucede el Estado, gasta en el empleo de policía en la persecución del delito, los servicios de la Procuración de la Justicia, un Sistema de sanciones y promover la Rehabilitación del infractor y, como siempre al final la Reparación del daño a la víctima, si es que la hay, ¿que no es mejor la prevención¿.
Focalizar en forma de Territorios de conflicto, así como, la determinante de alto riesgo de tal o cual región hace de la aplicación del presupuesto, con mejor destino, es claro que así, se puede concentrar en los barrios problemáticos, con una incidencia alta de Delincuentes locales y, el avance de la Delincuencia Organizada, donde sí se ataca con la Prevención, genera mayores resultados y avances de disolver la Criminalidad, los comportamientos antisociales, son el común denominador que se observa cuando se realiza la Prevención del Delito, pero así también en sentido inverso, se diagnostica como actuar.
Consideren y analicen, el porcentaje más alto de los Delitos son en la calle, cuál es su facilidad, para que ello se realice, en primera instancia, la proliferación de armas en los ciudadanos, nadie, pero nadie, actúa para abatir la portación ilegal de las mismas, el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, genera violencia ya sea contra las personas más violentadas como son las mujeres o, el caso de ese estigma ancestral del valiente portando un armas de fuego y agrediendo a quien se le dé la gana.
Hay que destinar y actuar en el gasto, mediante las intervenciones basadas en evidencias científicas, en lugar de la intuición muy usada en el medio policial, como se recolecta, pues mediante la Inteligencia, no es el hilo negro, toda política de Seguridad Ciudadana que presuma de eficiente y, que aspire a gastar bien sus recursos, debe de construir y aplicar más dinero, en portafolios de intervenciones basadas en investigación de Inteligencia, con objetivos medibles y certeros en el momento de su realización.
Algo que no puede ser ignorado, es el Liderazgo Gubernamental de quien o quienes deben realizar la Seguridad de los Ciudadanos, la mayoría de los Municipios como es el caso de Puebla, en específico la Capital, carece de un Líder con la fortaleza Institucional, quien está en este momento se escuda bajo las alas del Presidente Municipal, porque ello, porque es necesario que asuma su responsabilidad en todas sus formas, no solo la de Ejecutivo de Escritorio, ello es el centro de su realidad a la que se enfrenta como Funcionaria Pública, ejemplo de los programas sociales orientados a la Prevención del Delito, no tienen una focalización en perfiles de riesgo delictivo y, con escasa evidencia de recolección de información y, presentación al Público.
Para concluir y, no tratar de que me promuevo o sentirme el dueño de la verdad, solo les comparto que los modelos de vigilancia, son reactivos tradicionales, basados en patrullajes aleatorios y respuestas a emergencias, lo actual, es el modelo proactivo, que basa su operación en el anticipo de la comisión de un delito, como se aplica, sencillo les digo que solo hay que saber de Seguridad, Primero, es un Financiamiento acorde a los que se pretende realizar, Segundo, el análisis criminal para identificar la dinámica y la concentración de los delitos, Tercera, estrategias policiales preventivas para anticiparse y disuadir el delito y, por Último, la investigación de la proliferación de bandas o la penetración del Crimen Organizado en cualquier cuadrante o Región a cuidar, no hay mucha ciencia, no es todo pero creo que les pagan para que lo hagan, y reitero, si no pueden renuncien, porque una forma de corrupción es ser ignorantes del cargo que les fue asignado y no desempeñan correctamente..
“La sociedad es un manicomio cuyos guardianes, son los funcionarios de la Policía”. (August Strindberg)
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