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DEPORTES | Duro despertar

Por Antonio ABASCAL

20 marzo, 2023 9:45 pm




El Puebla volvió a las andadas y reaparecieron las expresiones que han caracterizado a este equipo durante los últimos meses: La Franja es endeble defensivamente (veintiséis goles en contra) y mentalmente, es una escuadra que requiere que el guion del partido vaya conforme a lo planeado porque si se tuerce ya no tiene capacidad de respuesta; el viernes el guion se torció al minuto cinco y no hubo poder humano que levantara a una escuadra cancina en el traslado del balón, sin variantes y que defensivamente sufrió ante la velocidad de Julián Quiñones quien fue una pesadilla para los tres centrales poblanos. Al final del juego, Eduardo Arce reconoció exceso de confianza de sus jugadores y molestia por perder sin la identidad que caracteriza a este equipo.

Sin embargo a partir de este par de ideas del técnico camotero se tendría que explicar que, si acaso, la identidad de este Puebla sí ha sido una defensiva sin respuestas que venía de su mejor partido del campeonato cuando se pudo encerrar y la falta de imaginación de Chivas le facilitó la vida a los centrales que se dieron gusto rechazando la gran cantidad de centros que enviaron los tapatíos, pero ante Atlas la velocidad de Quiñones, la inteligencia de Furch, el manejo de Lozano y Rocha volvió a exhibir a una defensiva que carece de liderazgo entre los que conforman la línea de cinco, en la que los carrileros están improvisados y los Rojinegros fueron capaces por primera vez de hacerle daño a Emilio Martínez por el lado izquierdo, mientras que De Buen sufre cuando hay delanteros rápidos que atacan los espacios, Gularte no acaba de recuperar el nivel que tenía antes de la lesión del torneo pasado y Gastón Silva es un compendio de distracciones a lo largo de los partidos pero el cuerpo técnico se atreve a cambiar a todos (Gularte salió tras los primeros cuarenta y cinco minutos y Maia ha dejado de contar) pero el charrúa sigue apareciendo siempre y jugando la mayoría de minutos a pesar de que en cada juego hay una distracción o un mal recorrido por parte del futbolista que usa el número veintiuno en su dorsal.

Los cuatro goles en contra constituyen la mayor derrota jugando como local ante los Rojinegros (dato del historiador, Héctor Padilla) ya que supera el 1-4 de la campaña 91-92 cuando se abrió el torneo jugando en León por la persecución a Emilio Maurer (el juego se celebró el 16 de agosto de 1992, los goles tapatíos fueron obra de Silviano Delgado en un autogol al minuto dieciséis, Domizzi al 62, Vanderlei al 74 y Luis Flores al 78, mientras que por la Franja marcó Paulo César al 77). De cara al actual certamen esos cuatro tantos en contra significan que el Puebla ha recibido veintiséis goles en contra en doce partidos para un promedio de 2.16 goles por encuentro que refleja la gran problemática del equipo, misma que no ha podido ser resuelta, la escuadra poblana es la segunda defensa más goleada ya que sólo el hermano Mazatlán ha recibido más goles, 28, por lo que los equipos del Ajusco han aceptado 54 tantos en lo que vamos de la campaña lo que habla de la manera de entender el futbol por parte de ese grupo ya que no apuesta por la calidad.

De hecho los equipos que llevan más derrotas en el Clausura 2023 son los del Grupo del Ajusco, Mazatlán ha sufrido nueve, mientras que el Puebla siete para estar empatado con los Pumas que ya despidieron a Rafael Puente del Río como su estratega. Entre los hermanos no reconocidos acumulan cinco triunfos (cuatro del Puebla), dos empates y dieciséis derrotas con treinta goles a favor y cincuenta y cuatro en contra para un menos veinticuatro en la diferencia de goles, son números que reflejan la mediocridad del modelo futbolístico de este grupo, a pesar de lo cual su dueño insiste en sus recomendaciones para el crecimiento del futbol mexicano a la par de entablar discusiones con la afición de Morelia a la que dejó sin futbol al llevarse la franquicia a Mazatlán donde creó una escuadra sin identidad, sin historia, sin alma, que deambula en la Liga MX y se beneficia de la ausencia del ascenso y del descenso.

Arce Peña también habló de exceso de confianza en una declaración preocupante ya que esa confianza desmedida no afloró al llegar al Estadio Cuauhtémoc la tarde del viernes pasado, el exceso de confianza nace y crece durante la semana y el cuerpo técnico fue incapaz de entender las señales; el timonel dijo que seis jugadores no estuvieron a su nivel y eso no puede volver a suceder. Que seis jugadores no salgan en su noche por exceso de confianza no es un hecho que se produzca sobre el campo, el técnico poblano habló también de que había una sensación “extraña” previa al juego y que muchos de los errores que se dieron en el partido se debieron a falta de intensidad, pero otra vez él y su cuerpo técnico fueron incapaces de generar un llamado de atención que ubicara al equipo.

La historia del exceso de confianza es otro punto más a la hora de hablar de la fragilidad mental del Puebla de la Franja, si con dos victorias en fila, una ante una escuadra que se quedó con un hombre menos durante más de sesenta minutos y otra aliado con la diosa Fortuna ya que hubo dos remates en los postes y el guardameta Antony Silva fue la figura, los futbolistas poblanos se vuelan y se creen muy poderosos quiere decir que tampoco se ha alcanzado la madurez anímica; un hecho que quedó demostrado cuando al minuto cinco el disparo de Lozano con un desvío en la barrera ya no permitió la reacción de Silva quien además había dado un paso antes tratando de adivinar ante la buena pegada del uruguayo, a partir de ese momento, el Puebla se dejó ir, careció de ideas de mediocampo hacia el frente, tampoco hubo movilidad y tras el primer giro de tuerca los errores defensivos se siguieron en cascada: Un mal rechace de Gularte aprovechado por Quiñones para el 2-0 apenas a los quince minutos de juego, una descoordinación total entre la contención y los centrales que permitió que dos rojinegros hicieran daño ante cuatro poblanos en los primeros minutos del segundo tiempo, así como un error de concepto por parte de Antony Silva quien en otra jugada a balón parado quiso ganar un tiempo, dio un  paso tratando de adivinar y volvió a ser sorprendido por Brian Lozano quien la puso al ángulo superior de su poste más alejado.

Fueron cuatro y pudieron ser más porque en ese dejarse ir hubo otra oportunidad para Quiñones que mandó a la tribuna, alguna otra en el área poblana que la defensa tapó y una más de Quiñones que sacó con la pierna Antony Silva, mientras que jugadas peligrosas del cuadro local podemos hablar de tres en todo el partido: Una especie de tijera de Guillermo Martínez que se fue desviada por muy poco y que ya había dejado sin respuesta a Camilo Vargas, un cabezazo de Gustavo Ferrareis que mandó a tiro de esquina el cancerbero colombiano de los visitantes y una que desperdició Kevin Ramírez tras una mala cesión de la defensa rojinegra ya que su disparo salió al achique que hizo Vargas, es decir ni siquiera hubo rebeldía ante la adversidad.

Tras la derrota del viernes, el Puebla perdió un lugar en la tabla general para amanecer este lunes en el décimo primer lugar de la clasificación general todavía en puestos de recalificación ya que si hoy hubiera terminado el torneo tendría que viajar a Monterrey para medirse a los Tigres en esa fase. El equipo de la Franja perdió terreno para buscar el boleto al repechaje jugando como local ya que Cruz Azul ya le saca tres puntos y todavía tiene un juego pendiente. Santos es noveno con dieciséis unidades, Juárez es décimo con los mismos trece puntos que el Puebla pero mejor diferencia de goles y precisamente el Atlas (cuyos dos triunfos en el campeonato son ante sus primos del Ajusco, Mazatlán y Puebla) cierra la lista de equipos invitados al que puede ser el último repechaje del futbol mexicano ya que alcanzó las doce unidades, todavía en la pelean están Necaxa, Tijuana y San Luis con doce pero peor diferencia de goles, los Pumas con once y más abajo Querétaro con nueve, mientras que el Mazatlán es último con apenas cuatro puntos.

El Clausura 2023 vivirá un receso por la fecha FIFA de marzo en la que debutará Diego Cocca como técnico de la selección nacional ante las “potencias” de CONCACAF Surinam y Jamaica, pero al regresar a la actividad se avecina un cierre muy duro para el Puebla porque deberá mostrar una mayor fortaleza mental, uno de sus graves problemas en este torneo. Al equipo de la Franja le quedan tres juegos fuera de casa y dos en el Cuauhtémoc, pero además tres de esos cinco partidos son ante rivales directos para buscar la recalificación: El viernes 31 visita a los Bravos de Juárez con los cuales está empatado en puntos pero con los fronterizos con mejor diferencia de goles, luego en la fecha quince, el catorce de abril, visita a los Rayos del Necaxa que están un punto por debajo, para cerrar en casa en la fecha diecisiete recibiendo a los Xolos de Tijuana que acumulan doce puntos y también están por debajo de los Camoteros. Los otros dos juegos que restan son ante equipos que están en la parte alta de la tabla y pelean por meterse a la liguilla de forma directa como uno de los cuatro primeros lugares: El siete de abril le hará los honores al Toluca (ahora tercer lugar general) y en la fecha dieciséis visitará a los Tigres el jueves 20 de abril.

Cabe destacar que en la fecha diecisiete en la que se recibe a los Xolos el viernes 28 de abril, el Puebla será el que abra esa jornada por lo que tendrá que esperar el desarrollo de toda  ella para definir su futuro, en otra de las malas decisiones del futbol mexicano que sigue prefiriendo el raiting televisivo que un certamen con mayor justicia deportiva como jugar a la misma hora todos los partidos donde haya algo en disputa.

Pero para llegar a esa instancia con vida el Puebla deberá mejorar mucho, Eduardo Arce deberá buscar esa solidez defensiva para lo cual deberá encontrar respuestas que no han aparecido en doce jornadas, a la par de trabajar la fortaleza mental que ha sido otra de las fallas ahora incluso con un exceso de confianza por ganar dos juegos en fila. De la misma manera el joven timonel deberá entender que él no puede hablar de identidad porque la famosa “identidad Puebla” que tanto se presumió en la era Larcamón se fue con el timonel argentino.

Precisamente esta versión poblana vive una transición entre lo que fue y lo que aspira ser con Arce Peña, tras doce fechas del Clausura 2023 este Puebla no es el de Larcamón pero tampoco es el de su nuevo timonel, es una escuadra que parece estar en el limbo entre lo que fue y lo que quiere ser, pero esta falta de identidad se expresa en la fragilidad mental, en las dudas de si presionar alto o quedarse, en la seguridad de la línea defensiva; por tal motivo tampoco puede darse el lujo de caer en los excesos de confianza porque falta calidad en algunas zonas de la cancha. Este Puebla es un producto inacabado, un  producto que no cuaja, un producto que ha perdido identidad y que si alguno de sus futbolistas empezó a soñar con aspirar a la grandeza por ligar dos triunfos tuvo un duro despertar porque los problemas de toda la temporada siguen estando vigentes y no se encuentran soluciones.

 





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