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Opinión | Tormenta perfecta

Por Antonio ABASCAL

21 agosto, 2023 8:53 pm




Otra derrota en casa, otra oportunidad desperdiciada para definir un estilo de juego, otro partido en el que el cuerpo técnico experimenta con los jugadores cambiándolos de posición, otro duelo en el que el propio timonel exhibe a uno de sus futbolistas al colocarlo en una posición en la que el jugador (con mejores maneras de las que presupone la afición) se ha cansado de demostrar que ni está cómodo, ni aporta mucho. El Puebla de la Franja es penúltimo lugar de la tabla general con un punto de doce disputados, los refuerzos no acaban de oficializarse y la molestia de la afición crece y se expresa desde no ir al estadio hasta gritos pidiendo la salida con el técnico y con abucheos específicos a jugadores.

La directiva del Puebla de la Franja afronta la tormenta perfecta, una tormenta que se formó por decisiones de la propia directiva que no ha sabido planear los torneos y que se ha llenado de extranjeros con lesiones muy largas, un técnico con poca experiencia que no acaba de encontrar lo que quiere de su propio equipo y que con sus decisiones no sólo confunde a la prensa y a su afición, sino a sus propios futbolistas que parecen superados por el entorno. Un grupo de auxiliares que debería ser más propositivo para ayudar a su técnico, y que al menos desde lejos, parece todo lo contrario porque no hay quién se acerque al estratega. Un técnico que va a todos los juegos de la categoría sub 23 para seguir a los canteranos pero que lejos de su discurso no ha podido consolidar alguno de una cantera, que por otro lado, sí muestra trabajo. A todo esto se le suma la salida de referentes por petición del propio técnico, la tardanza en conseguir refuerzos extranjeros de calidad, mientras que la base mexicana tiene a varios futbolistas que al menos deberían ser más agradecidos con la oportunidad que les da el Puebla de mantenerse en la Liga Mx como Daniel Álvarez y Carlos Baltazar. Incluso podríamos agregar la falta de claridad para explicar algunas decisiones que se han tomado y que aumentan la sensación de orfandad por parte de la afición.

Foto: Especial

Todos estos son factores internos que han cargado las nubes en el campamento del Puebla, conviene señalar algunos externos no como justificación sino como una lista para que usted tenga el panorama completo: El sui generis Apertura 2023 con un inicio prematuro en julio donde hasta la fecha los equipos mexicanos no están completos anunciando altas y bajas, de la misma manera la complejidad de realizar una pretemporada como mandan los cánones a tal grado que varias escuadras nacionales utilizaron a la Leagues Cup como esa pretemporada que les hacía falta. Jugar tres fechas para parar el torneo, ir a Estados Unidos y luego de un mes regresar para retomar el certamen nacional complica el panorama de todos, habla muy mal de la Liga y de sus dirigentes. A esto se le podría sumar ciertas decisiones personales de parte de jugadores que afrontando problemáticas personales y familiares prefirieron hacerse a un lado cuando todo parecía estar arreglado. Esos son factores que como institución el Puebla no puede controlar pero que sumados a los enumerados líneas arriba lo colocan en una tormenta perfecta que no da visos de disiparse.

El Puebla jugó su último partido en la inútil Leagues Cup el 31 de julio, nueve días más tarde, el 9 de agosto, le brindó una despedida a Federico Mancuello, para regresar a las canchas el viernes 18 de agosto, es decir, a pesar del golpe de la salida del futbolista más talentoso de la plantilla, Eduardo Arce tuvo cerca de diez días para preparar el duelo ante el Atlético San Luis, un equipo sin reflectores pero con buenos jugadores. Desde la previa se conocía que uno de los puntos que explotaría el cuadro potosino era la velocidad de John Murillo, pero el cuerpo técnico del Puebla prefirió mantenerse en el experimento de la Leagues Cup cuando adelantó al mediocampo a Brayan Angulo, por cierto sin mucho éxito. Para permitir que el colombiano jugara adelantado, Arce Peña improvisó a Efraín Orona como lateral por izquierda y armó una defensa de cuatro con Olmedo y Gastón Silva como centrales y con Ferrareis por derecha, colocando a Diego de Buen como contención, con Baltazar y Angulo como interiores, mientras más cargados a las bandas estaban Luis Arcadio García por derecha y Daniel Álvarez por izquierda dejando en punta a Guillermo Martínez.

Dicho parado fue una invitación para que el San Luis explotara sus virtudes: Buen trato de balón en el mediocampo y la velocidad por las bandas. De Buen fue superado por el buen trabajo potosino, carecía de ayudas sobre todo la de Baltazar, las bandas hicieron agua específicamente la izquierda donde Orona no pudo controlar a Murillo, para colmo cuando tenía la pelota la perdía muy rápido salvo cuando conectaba por derecha donde Luis Arcadio García generó peligro en la meta visitante pero, por desgracia, sólo fueron chispazos. Así no tardó caer el gol en una jugada donde Murillo aprovechó la avenida Orona para mandar un centro venenoso al que reaccionó de buena manera Iván Rodríguez, pero su rechace no pudo ser complementado por algún compañero y Mateo Klimowicz sacó un disparo que venció el regreso del cancerbero poblano y el recorrido de Orona quien estaba en la línea. El gol aumentó el enojo del poco público local, las dudas del equipo camotero y el buen juego visitante. Hubo más oportunidades a las que Iván Rodríguez respondió bien para mantener en la pelea a su equipo, pero pese al cambio de banda entre Baltazar y Álvarez la sangría era muy grande.

Arce Peña modificó con tres cambios que le dieron algo de lógica al parado para el segundo tiempo, sobre todo el ingreso de Pablo González para trabajar el mediocampo, retrasó a De Buen a la central para hacer línea de tres con Olmedo y Silva. La idea era mejor que la inicial pero para mantener a Angulo en el mediocampo decidió volver a probar a Daniel Aguilar como carrilero por izquierda, en una de las mayores contradicciones que ha tenido como técnico: El pasado 7 de abril, el Puebla perdió en casa ante Toluca por 2-1 pese a una reacción bravía donde los cambios de Daniel Aguilar y Alberto Herrera fueron claves, esa noche Aguilar jugó en el mediocampo y tras el juego en la rueda de prensa el timonel elogió a su futbolista en esa posición, pero luego de ese partido no volvió a ponerlo en esa zona y al contrario lo ha mandado a cubrir el carril izquierdo donde el oriundo de Guadalajara se ha cansado de demostrar que no está cómodo; pese a ello no arrancó mal el segundo tiempo cuando ingresó por Orona. En esa serie de cambios para arrancar hubo otra incongruencia del técnico poblano para permitir el ingreso de Pablo González sacó a Luis Arcadio García quien en el primer tiempo había sido el que más peligro había generado por parte de los camoteros y dejó en el campo a un Carlos Baltazar que había deambulado, de la misma manera sacó a un inoperante Daniel Álvarez para que Martín Barragán entrara al terreno de juego.

Baltazar gozó de minutos inmerecidos hasta el 58 cuando entró por él Miguel Sansores debutando con la Franja para tener tres delanteros en punta con Martínez y Barragán, luego al 65 ingresó Ángel Robles por un Gustavo Ferrareis lejos, pero muy lejos, de su mejor forma. Aquí cabe subrayar las incongruencias de Eduardo Arce, jugadores de flojo desempeño se mantienen en la cancha y quienes estaban generando peligro se fueron temprano. Primero hablamos de un técnico que ya está improvisando, sacando a los jugadores de la zona donde mejor pueden desempeñarse y luego un manejo incongruente al dar demasiadas oportunidades a quienes no han pesado y castigar con la banca a otros por un mal juego, o de plano como el viernes sacar a los que por lo menos están generando algo de peligro como fue el caso de Luis Arcadio García quien, con razón, salió muy molesto.

Con González en mediocampo, con De Buen en la central y con un buen arranque de Daniel Aguilar, el Puebla mejoró y empezó a llevar el balón al campo potosino aunque sin éxito para encontrar el empate, en contraparte San Luis no dejó de ser peligroso pero también movió el banquillo y dio entrada a dos hombres que resultarían claves en el resultado final. Iker Moreno ingresó por Ricardo Chávez quien tenía algunas molestias y Vitinho Ferreira por Klimowicz; la velocidad volvió a hacer daño. Daniel Aguilar se confió ante un balón que parecía largo y que iba rumbo a la banda pero Moreno fue, rescató el balón y cedió fuera del área a Vitinho quien hizo un amague sobre Pablo González y saliendo de él sacó un riflazo que sorprendió a Rodríguez para el 2-0 en el marcador. El público sacó su enojo pidiendo la salida de Eduardo Arce, abucheando a Daniel Aguilar y a Gastón Silva cada vez que tocaban la pelota.

Iván Rodríguez en una buena actuación salvó al Puebla de más goles en contra y permitió que el equipo llegara con opciones a la parte final del partido; la buena actuación del guardameta poblano se conjuntó con la falta de contundencia potosina ya que Murillo y Damm (en otra demostración de que en el futbol no sólo cuenta la velocidad, sino se debe tener inteligencia y visión de juego) tuvieron oportunidades muy claras para terminar con el duelo y perdonaron al Puebla. El equipo poblano, con mucho desorden con Brayan Angulo cargado a la derecha en el mediocampo, tiró de orgullo y Robles generó peligro por derecha, mientras que Aguilar se sacudió los fantasmas y la presión con un gran servicio al área que remató Martínez para dar esperanza al minuto 88 y maquillar un resultado que reflejaba el dominio del Atlético San Luis en la cancha del Cuauhtémoc. Entonces sí hubo una inyección para la escuadra local que rozó el empate con llegadas donde Martínez y Robles estuvieron cerca, sin olvidar otra buena jugada de Daniel Aguilar quien estuvo a punto de generar el empate, mismo que no llegó.

Lejos de lo que se piensa no todo está mal en  el Puebla de la Franja ya que hay un trabajo serio en la categoría sub 23 donde hay varios proyectos interesantes como Leo Jiménez, José Pachuca (seleccionado nacional sub 18), Dylan Torres, Samuel González y Emiliano García entre otros, sin olvidar a un Alberto Herrera que con la selección sub 21 en Toulon jugó a un buen nivel. Eduardo Arce acude a todos los partidos, los conoce y hasta entrena con ellos, Pachuca estuvo en la banca ante San Luis, pero eso de nada sirve si no se atreve a ponerlos en la cancha y, sobre todo, a consolidarlos. Esta tormenta perfecta también afecta a las fuerzas básicas porque el Puebla se está llenado de jugadores jóvenes algunos de los cuales debutan, otros que tienen más minutos pero que luego dejan de aparecer y no se consolidan en el primer equipo donde podemos incluir a Ángel Robles.

La tormenta perfecta que vive el Puebla de la Franja se complementa con lo que pasa en la cancha y con las decisiones del técnico. Es cierto es una plantilla corta en la que se ha perdido talento pero ante esta situación la lógica tendría que ser la mejor compañera de Eduardo Arce y parece que se ha olvidado de ella; la lógica dicta poner a los jugadores en las posiciones en las que son especialistas como por ejemplo Angulo como carrilero por izquierda, el equipo no tiene hoy las condiciones para jugar en línea de cuatro porque da muchas ventajas, Daniel Aguilar no puede ser exhibido como carrilero por izquierda. Tampoco puede caer en incongruencias tan notables como sucedió con Carlos Baltazar y Luis Arcadio García; el Puebla está en penúltimo lugar de la tabla porque el técnico parece no darse cuenta de las características de su plantilla que él conformó con algunas decisiones y aceptó en otras.

Hoy no existen argumentos para que las condiciones “climáticas” cambien en el Puebla, aunque sí existe una posibilidad de salir de esta tormenta perfecta: Eduardo Arce debe aliarse con la lógica, dejar a un lado los experimentos y colocar a los jugadores que le quedan donde pueden rendir de mejor forma y con mayor seguridad.

 





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