Resulta que todos los que fueron o son militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) son tan malos que hasta pueden considerarse como lo peor

El siete de septiembre pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) comenzó formalmente con el proceso electoral 2024 y con eso también inició el tiempo de las definiciones.

Sin embargo, hay un discurso desgastado que incluso ya conocen los ciudadanos y la mayoría consideran que se trata de una estrategia sin argumentos que permita a los electores tomar o no una decisión.

Hoy, y sin el afán de defender a nadie porque es no es mi rol, resulta que todos los que fueron o son militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) son tan malos que hasta pueden considerarse como lo peor de la sociedad mexicana.

Eso es totalmente falso, fuera de la realidad, pero sobre todo la afirmación tampoco ayuda en lo absoluto a los ciudadanos; así como en México, en Puebla existen priistas valiosos, con carrera política, preparados, experimentados y que, sin duda, en cualquier otro instituto político desearían contar con esos cuadros que actualmente están escasos.

Voy a omitir los nombres para no entrar en una polémica infructuosa, pero es lamentable que, para tratar de desacreditar la carrera de algún político, algunos actores rasquen en el pasado –según ellos- para difundir lo que los ciudadanos ya saben, pues muchas veces tienen más memoria que nosotros los periodistas.

Salen y dicen: “Es que trabajó con el ex gobernador fulanito de tal”, “Es que resulta que le cargaba el portafolio a este otro ex gobernador”, “Es que fue artífice de la corrupción que edificó este otro gobernador”, en fin, hablan de supuestos que de ninguna manera aportan al buen desarrollo del proceso.

Vivimos en un país donde cualquier ciudadano tiene el derecho de participar en política, sin embargo, considero que como sociedad también estamos obligados a cambiar de chip, pues si no lo hacemos, continuaremos siendo responsables de que la política sea lo peor del mundo, sinónimo de inmoralidad, corrupción, y que creen, entonces nos seguirá gobernando la “escoria” de la sociedad.

Así que el llamado es para que edifiquemos una sociedad preparada, crítica, con valores, pero sobre todo con la capacidad para saber elegir a los buenos políticos y no solo nos vayamos con el canto de las sirenas.

Por cierto, Andrés Manuel López Obrador militó en el famoso partidazo y tras cinco años de gobierno está mejor evaluado que todos sus antecesores.