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Columna | HORA DE APRETAR TUERCAS

Por Antonio ABASCAL

4 abril, 2022 1:34 pm




Un punto de los últimos nueve en disputa, dos derrotas en las últimas dos salidas, un partido que se ganaba 2-0 y que finalizó 2-2 son los tres últimos resultados del Puebla de la Franja que ayer perdió 2-1 ante un Toluca que salió de su crisis de resultados. A esta pequeña mala racha podríamos sumar la aparición de lesiones, primero la muscular de Jordi Cortizo que evitó que apareciera en el once poblano para enfrentar a los Choriceros y en pleno juego la de Emanuel Gularte de la que habrá que esperar el tiempo de recuperación, lo que constituye  la muestra de que el camino hacia la liguilla está plagado de contratiempos porque ambos futbolistas son los de rendimiento más regular en la escuadra de Larcamón.

Aunque parezca contradictorio, la mala racha ha llegado en un buen momento ya que terminar como líder del campeonato no representa algún beneficio mayor y había un colchón importante para mantener el tercer lugar de la tabla aunque ahora ya se apretó con Cruz Azul llegando a los 20 puntos y con Atlas y León en las 19 unidades. Al hablar de tres fechas sin ganar se puede empezar a escuchar la frase “crisis de resultados” pero en realidad en ninguno de esos tres partidos se ha perdido “la identidad Puebla” de la que habla Larcamón, aunque sí hay llamados de atención que deberá resolver el cuerpo técnico para que no se repitan en la liguilla y para regresar a la senda de los buenos resultados.

Si bien es cierto que la llamada “identidad Puebla” no se ha perdido, también es justo mencionar que hay instantes en que los jugadores han dejado de hacer cosas en la cancha. El gran secreto de este Puebla es su capacidad para mantener la intensidad en cada minuto de los partidos, sin embargo, ante San Luis el equipo de la Franja fue superado en ese rubro en el primer tiempo y aunque recompuso en la segunda mitad, un error de concentración costó un punto y mantener lo que ya era una racha histórica; ante Santos, el cuadro de la Franja ofreció un buen juego, supo ponerse en ventaja y luego se desconectó tres minutos que le costaron los goles del empate y ayer frente a Toluca esa intensidad no se mantuvo al parejo: La escuadra local no había llegado y en su primer tiro encontró la ventaja luego de que la marca consintió a los toluqueños, es decir, faltó intensidad en la recuperación de la pelota, luego cerca de la finalización del primer tiempo, los locales elaboraron una buena jugada en la que Antony Silva había hecho una gran parada pero sus defensores carecieron de poder de reacción y permitieron el contrarremate definitivo.

Al contrario de lo que sucede con varios aficionados que a las primeras de cambio han puesto nombres propios a la “crisis” del Puebla, habría que insistir en que más allá de ciertas decisiones individuales, otro de los secretos del equipo de la Franja es su trabajo colectivo. Cuando el cuadro camotero ganaba y estaba invicto se debía primero que nada al gran trabajo colectivo, a la capacidad de mantener la intensidad y los niveles de concentración, lo que generaba el lucimiento personal de varios como los ya comentados Cortizo y Gularte sin olvidar a los Aristeguieta, Mancuello, Araújo, hasta Maia y Reyes, pero era el funcionamiento colectivo el que producía la brillantez individual, ahora que los malos resultados han aparecido algunos aficionados señalan a Javier Salas, otros extrañan a Diego de Buen, unos más se molestan con Pablo Parra y así sucesivamente. El Puebla requiere del capitán Salas, un hombre fundamental para Larcamón y necesita de la mejor versión del chileno para el trabajo de mediocampo, más allá de alguna jugada puntual de alguno de estos dos casos, los malos resultados llegaron en parte por la propia naturaleza del campeonato, los rivales también juegan y hacen sus ajustes como ayer el Toluca, y porque por momentos los jugadores poblanos han aflojado en la intensidad para recuperar la pelota o en sus niveles de concentración, ya que en los últimos tres partidos se han recibido goles en las partes finales del primer lapso (ayer) y de la segunda parte.

Esa falta de intensidad o de concentración no es general, este Puebla de las últimas semanas sufre de apagones, el más largo ante San Luis donde sí fue superado en el primer tiempo para después tener ese episodio ante Santos en casa donde le sacaron el juego en tres minutos y ayer en jugadas esporádicas que el Toluca con su gran contundencia supo capitalizar para ponerse en ventaja y para acrecentarla cerca del descanso. Las tuercas que deberá apretar Nicolás Larcamón para el cierre del campeonato son las de la concentración a lo largo de la duración de los juegos y mantener la intensidad, sin dejar escapar otras: Ciertamente el partido de Parra fue muy malo porque se equivocó en las decisiones ya que arrastró de más el balón, un mal que también aqueja a Maxi Aráujo, es decir, varios jugadores están conduciendo de más o se están equivocando en la decisión que marca la jugada, mientras que algunos otros también deben recordar que es el trabajo colectivo lo que les ha dado ciertos reflectores en el plano individual ya que Guillermo Martínez es el que más ha expresado con sus movimientos corporales la molestia de salir, pero cuando ayer ingresó lejos de ser factor cometió un  error que le pudo costar otro gol en contra al Puebla; en una acción en la que intentó controlar afuera del área toluqueña le dejó el balón muy corto a Mancuello y al quedarse parado eso se convirtió en un buen contragolpe de los locales que finalizó con un disparo en el área de Fernández al que respondió muy bien Antony Silva para evitar el que hubiera sido el gol de la tranquilidad para los hombres de Ignacio Ambriz.

Recuperar la concentración los noventa minutos, recuperar el mismo nivel de intensidad, eliminar estos rasgos de individualismo en Parra, Araújo y Martínez, entre otros, son las tuercas que deberá apretar Nicolás Larcamón con alguna otra que le corresponde a él. Tras el gol de Israel Reyes en la última jugada del primer tiempo, el Puebla creó dos o tres llegadas peligrosas por las bandas que no se terminaron de la mejor manera con centros que no pudieron ser empujados, una por Aristeguieta, otra por Mancuello y otra por Araújo, pero parecía que ese era el camino para lograr el empate; sin embargo, el cuerpo técnico se precipitó y ordenó el ingreso de Martínez y Barragán con lo que colocó a tres centro delanteros y pese a que Barragán se cargó por izquierda y Aristeguieta se botaba para dejar en el centro a Martínez lo cierto es que los movimientos terminaron por facilitar el trabajo defensivo del Toluca ya que el Puebla perdió la claridad que sí tuvo en el inicio del segundo tiempo.

Todavía hoy no hay razón para una mayor preocupación en el Puebla de la Franja aunque sí es tiempo de apretar las tuercas: Intensidad máxima, concentración total, que ciertos jugadores decidan mejor y aprovechar las conclusiones que ofrecen los encuentros como el de no juntar a los centro delanteros cuando todavía queda más de media hora para buscar el resultado porque la apuesta de ganar o morir además dejó muy expuesto al equipo camotero al contragolpe toluqueño y ahí al menos en tres ocasiones Antony Silva regaló grandes atajadas que evitaron un nuevo gol en contra; el torneo sigue y el Puebla sigue ofreciendo momentos de buen juego, sin embargo, debemos entender que este es un camino largo y que este tipo de sobresaltos iba a ocurrir por lo que es preferible que se dé en este momento y no en la liguilla, mientras que es fundamental que los aficionados entiendan que antes el Puebla ganaba como equipo y ahora en las primeras derrotas también lo ha hecho así, que el salir de la mala racha requerirá de ese trabajo colectivo y lo más importante que para ser protagonista en la liguilla requiere del mejor nivel de todos sus jugadores, a la par de recordar que otro de los aspectos positivos del trabajo de Nicolás Larcamón es que ha sido capaz de dar protagonismo a todos sus jugadores incluyendo a algunos que ahora son señalados por un sector de la afición.





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