El pleito ratero en el que están envueltos, tanto el líder del Partido de la Revolución Democrática, Carlos Martínez Amador y el diputado local del Partido Acción Nacional, Rafael Micalco Méndez, no es otra cosa que la descomposición de la oposición en todo su esplendor.
Cuando la sociedad y las propias autoridades estatales, , esperan una oposición, fuerte, congruente, pujante, con altura de miras, para ser un verdadero contrapeso en la discusión, debate social y cuestionar el actuar administrativo, lo único que se observa, es su perdida de peso.
Ya no digamos en materia política. Para las próximas elecciones en Puebla, con ese tipo de arrebatos entre aliados, entre opositores al régimen, no tendrán ninguna oportunidad.
Carlos Martínez Amador, amaga con que no le urge al PRD ir en alianza en el 2024
Rafael Micalco Méndez, habla de que el Partido del Sol Azteca, ni su líder, están en condiciones de condicionar una alianza.
Martínez Amador crítica la llegada de Micalco Méndez, de forma plurinominal.
Micalco Méndez, le pone el cara a Martínez Amador, dónde están los diputados del PRD.
Los descalificativos entre aliados, no dejará crecer en ningún sentido la posible alianza “Va por Puebla“ rumbo al 2024.
Alguien debe ponerle un alto a estos dos políticos de oposición en este momento, que su lucha política si pretenden ser competitivos en la elección poblana, tienen que tirar para el mismo lado, no jalar cada quien para su santo.
Los gobiernos estatales y municipales, necesitan pesos y contrapesos. La oposición en estos momentos en Puebla, llámese PRI, PAN y PRD, están perdidos.
Micalco y Martínez tendrán que remar para el mismo lado y no seguir elevando la voz, ni confrontándose para agrietar aún más, la alianza opositora.
Alguien que les pegue el manotazo en la mesa.
La sociedad y los gobiernos necesitan ver los pesos y contrapesos políticos.
No lo hay.
Si pudiera decir algo sobre la alianza “Va Por Puebla” en caso de concretarse para el 2024, lo que diría, que en estos momentos la hace competitiva, no ganadora.
Ya son competitivos, ahora que trabajen para ser triunfadores.
Pero el pleito encarnecido entre Carlos Martínez Amador y Rafael Micalco Méndez, dibuja perfecto, que la oposición, carece de peso y lejos de ser contrapeso social y lejísimos del político.
O no?
