La Grilla

Opinión | Apuntes de una derrota

Antonio Abascal

17 agosto, 2020 9:32 pm




Que el Puebla de la Franja jugó mal ante los Tuzos del Pachuca y ofreció su peor partido no sólo del torneo (apenas llevamos 5), sino en mucho tiempo nadie lo duda; que fue un equipo que exageró en la postura defensiva a pesar de estar en casa y que en el pecado llevó la penitencia, otra vez mediante un  penal como mínimo rigorista, en un duelo pasado por agua y de baja calidad donde el derrotero iba de forma inexorable a un empate a cero hasta que el árbitro, Fernando Guerrero, apareció con su dosis de protagonismo para decretar una pena máxima que estuvo a punto de detener Nicolás Vikonis y ahí el equipo camotero se quedó sin respuestas, también es cierto, sin embargo, conviene poner en la mesa de discusión algunos puntos para que la afición los pueda tener en cuenta y ya no se suba a la montaña rusa de las emociones.

Hace una semana tras vencer a Chivas y ganar 7 de los 9 puntos en disputa en todos los espacios (incluidos este) se hablaba maravillas de la solidez defensiva camotera, del estilo que ya había encontrado Juan Reynoso, de los efectos positivos de la continuidad y algunos comentarios más en la línea de los anteriores. El martes 8, el Puebla perdió lo invicto ante Tigres en Monterrey, pero lo hizo jugando bien, regresando de un 2-0 al minuto 7 y dejando la impresión de que existían variantes para ir al frente; tras la derrota decorosa los comentarios también iban en el sentido de que hacía mucho tiempo que los Camoteros no comunicaban tantos aspectos positivos como ese día y pese a la derrota la afición se quedó tranquila.

Pero vino el partido del viernes en casa donde el Puebla (a pesar de jugar con dos delanteros nominales en punta) se vio chato al frente, como un equipo muy defensivo que se quedó sin respuestas cuando recibió el gol de Ismael Sosa. La montaña rusa de las emociones inundó las redes sociales donde se habló de la inexistencia de variantes, de la exageración defensiva de Reynoso y del regreso a las situaciones habituales en los últimos años (en este punto no soy vidente ni profeta y no puedo ver el futuro por lo que eso habrá que verlo partido a partido), pero de las otras dos sí se pueden hacer apuntes para discutirlos.

El Puebla fue uno de los cuatro equipos que jugó sus tres partidos de la fecha doble en seis días ya que los otros fueron Pumas, Juárez, San Luis y Atlas; de esos cuatro equipos, los potosinos resultaron a los que mejor les fue ya que ganaron cuatro puntos (un triunfo, un empate y una derrota), seguido de Pumas que empató los tres para sumar tres unidades, el Puebla que ganó uno y perdió dos y Juárez que sólo sumó un punto tras igualar a uno con Pumas en un juego donde se quedó con nueve hombres. No es un pretexto señalar que jugar tres duelos en seis días le pasó factura a la escuadra camotera ya que además hubo otro imponderable que se presentó el viernes y fue la lluvia que hizo que la cancha del Cuauhtémoc estuviera más pesada de lo habitual. En contraparte conviene resaltar que Tijuana terminará hasta hoy su fecha doble y habrá disputado tres partidos en 11 días y Tigres la solventó con una derrota en Toluca tras jugar tres duelos en 10 días, siendo los equipos que más descanso tuvieron entre partidos, una situación que revela la inequidad que existió a la hora de estructurar el calendario.

La escuadra camotera pagó los viernes botaneros de su empresa pese a que Juan Reynoso intentó mover ciertas piezas: Angulo ingresó en lugar de Salvador Reyes en la banda izquierda cuando el colombiano había ingresado en los duelos ante Chivas y Tigres: Paganoni (que no había jugado con el primer equipo) fue por el lado derecho en lugar de George Corral que había hecho bien las cosas; el mediocampo se mantuvo igual dejando a Ormeño en punta pero con Escoto acompañándolo en lugar del lesionado Tabó que cuando está también apoya a los mediocampistas. De hecho, hay que recordar que contra Tigres se probó a Daniel Álvarez como carrilero por derecha y tras fallar en el intento se regresó a Corral.

Precisamente estos movimientos ya van con las variantes y aquí hay que explicar que Reynoso consolidó la línea de tres con Arreola (que pasa por un buen momento), Perg (otro que anda muy bien) y Vidrio que a veces se carga a la derecha, a partir de ahí las variantes son jugar con Corral o Paganoni o intentar con Álvarez, por izquierda están Reyes y Angulo aunque el colombiano permite ir más al frente. En mediocampo se han consolidado Javier Salas y Pablo González que han tenido un buen arranque del torneo y después está el tema de Tabó y Fernández que apoyan la creación ofensiva pero también ayudan en la reducción de espacios para el rival, por lo que en punta queda Ormeño. A partir de este esquema se intentan variantes.

Contra Tigres fue sacar a Vidrio y Álvarez para dar paso a Angulo y Corral que ocuparon las bandas, mientras que Reyes fue al mediocampo para que Arreola y Perg quedaran en el centro. Contra Pachuca tras un flojo primer lapso, Reynoso movió ficha para sacar a Paganoni para que ingresara Acosta y a Maxi Araújo por Escoto para auxiliar a Angulo por la izquierda y adelantar a Fernández, es decir, sí buscó variantes ya que colocó a dos especialistas por la banda izquierda. La respuesta a la pregunta sobre por qué Acosta y Araújo y no Corral es porque el ex del Querétaro ni siquiera estaba en la banca al igual que Reyes, pero también va más allá ya que Acosta no había tenido minutos y Araújo sumaba 10 en el torneo por lo que teóricamente estaban más frescos que sus compañero y buscó inyectar eso que al equipo le faltaba. Otra variante fue sacar a un defensa central para volver a jugar con dos puntas con el ingreso de Cuesta (que todavía no está al ritmo de sus compañeros) pero intenta botarse y salir del área para que Ormeño o más tarde Herrera vayan por el centro.

Este comentario abona a explicar dos cuestionamientos de la afición: El equipo sí acusó el trajín de jugar tres partidos en seis días, el técnico sí buscó respuestas para solucionar esa falta de frescura y más allá de que no salieron sí hay variantes para tratar de atacar más; contra Tigres esas variantes dieron más resultado porque el Puebla finalizó con tres delanteros (Ormeño, Cuesta y Escoto), pero no amontonados ya que Escoto se tiró a la banda derecha, Ormeño siguió por el centro y Cuesta bajando y tirándose más a la izquierda, el viernes contra Pachuca no hubo forma de que el equipo se conectara y claro que es una llamada de atención pero no tiene que ser vista como el fin del mundo; es decir, el Puebla no pasó de ser un gran equipo tras el martes a la gran decepción el viernes, esta versión poblana sigue siendo un equipo ya con estilo definido (nos guste o no), que es competitivo y que va a estar en la pelea por la calificación ya que no debemos perder de vista que esta plantilla no es la más cara o la más lujosa y que faltan 12 juegos para llegar a la liguilla extendida que ahora tendremos.

Claro que hay aspectos cuestionables y enumero dos de ellos: 1.- Si Reynoso buscaba darle frescura al equipo tras el medio tiempo ¿por qué se olvidó de Osvaldito Martínez, el hombre más talentoso de mediocampo? Tal vez haya sido la situación de la cancha ya que en el juego contra Cruz Azul el paraguayo inició y la situación por la lluvia impidió su lucimiento y las condiciones contra Pachuca eran las mismas, pero yo creo que un tipo con la claridad de Martínez lo tienes que poner cuando más allá de la frescura tampoco hay ideas de construcción en el equipo; y el punto dos es la insistencia en Omar Fernández, puedo entender que Reynoso haya encontrado a sus centrales y que sean prácticamente intocables, pero darle tanto peso al colombiano me resulta incomprensible.

Fernández se involucra en el juego y eso no se puede negar, pero su gran problema es que nunca decide bien. El viernes en el primer lapso se logró una descolgada por izquierda y en lugar de pasar prefirió sacar un disparo que careció de peligro, todavía en el primer lapso hizo una vistosa jugada quitándose a un jugador de Pachuca para perder el balón al enfrentar al siguiente; es decir, siempre hace una jugada de más y eso hace que su futbol no trascienda. Insistir con un futbolista tan irregular es reducir la producción ofensiva del equipo.

Tras los primeros 5 partidos, el Puebla es séptimo de la tabla general con siete puntos, está en la pelea y mantiene un estilo que le ha permitido ser incómodo para todos los rivales. Hay margen de mejora, pero la realidad es que esta plantilla está cerca de su tope y eso no lo podemos perder de vista; particularmente creo que debemos dejar la montaña rusa de las emociones y dejar que el cuerpo técnico siga trabajando (porque más allá de gustos) debemos reconocer que en esta versión camotera se nota trabajo.





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